GUARDA EL SECRETO- Cap 1.pdf - Webnode

43 downloads 46 Views 59KB Size Report
Abrí los ojos, despertando de aquella pesadilla que me había acompañado cada noche ... mi cuerpo mientras hablaba, me recordó tanto a la pesadilla del lobo.
1

1- Así empezó todo El miedo invadía mi cuerpo, la nieve me impedía desplazarme con agilidad. Pero no me daba por vencida, seguía corriendo aun sabiendo que aquel camino no tenía fin. Comenzaba a diferenciar entre sueño y realidad, pero la pesadilla seguía siendo demasiado intensa. ¿A qué se debía mi desalentada carrera? Entonces al darme la vuelta le vi… Sus ojos marrones me observaron con un brillo intenso. El enorme lobo me acorralaba. Notaba el vaho de su aliento en mi rostro, y como siempre… me acababa rindiendo. Abrí los ojos, despertando de aquella pesadilla que me había acompañado cada noche desde que empezó el verano. Unos golpes resonaron en la puerta de mi habitación, sin duda era la hora de ir a clase. Y mi hermana Clara era la encargada de recordármelo. -¡Sara!- gritaba con su vocecilla de niña de ocho años- ¡Ya está el desayuno! Me estiré en la cama, tenía los músculos de las piernas entumecidos debido a los nervios provocados por la pesadilla. ¿Algún día iba a parar? Después de lo que ocurrió hace ya algo más de dos meses, me decidí a escribir un diario, más por miedo que por deshago. -Ya voy…- murmuré bostezando, pero parecía que la pequeña revoltosa le había cogido gusto a golpear la puerta- ¡Ya voy!- grité con más fuerza, sin éxito. Me levanté enfada y abrí la puerta con brusquedad. -Buenos días- Mi hermana pequeña me observó desde abajo con sus alegres ojos marrones. Era imposible enfadarse con ella cuando te miraba así. Me miré al espejo preparada para enfrentarme a mi primer día de clase. Primero de Bachiller, no sabía si reír o llorar. Tenía el pelo castaño y liso más enredado que de costumbre. No podía ver con claridad, finalmente abrí mis ojos marrones del todo, era la típica mañana en la que no te apetece levantarte de tu acogedora cama. Pero suerte o no, yo tenía a Clara como “ayuda” para desperezarme. Mientras desayunaba imaginaba el reencuentro con mis amigas. No había hablado con ninguna en todo el verano. En cierto modo la mudanza me había quitado cualquier rato libre. Digamos que mi verano había sido difícil, mi padre se iba a pasar todo el año en Suecia. Aunque mis padres aseguraban que era debido al trabajo, yo sabía que algo en ellos no iba bien. Me di cuenta antes de que comenzase el verano, asique la noticia no me sorprendió tanto como esperaban. Sin embargo decirle adiós fue bastante duro. Solo esperaba que el tiempo pasase rápido. Puse una canción “Demons” de “Imagine Dragons” en mi móvil, me encantaba ese grupo. Mis amigas y yo íbamos a ir a su concierto… Si nos seguíamos hablando claro. Decidí que lo mejor era no pensarlo, pero cuando acabé de desayunar aún seguía dándole vueltas en mi cabeza.

GUARDA EL SECRETO

ASÍ EMPEZÓ TODO

2 -¡Sara!- el grito de mi hermano Nacho me sobresaltó- ¡Es Silvia!- Me incorporé instantáneamente. -¡Dile que ya bajo!- Grité con todas mis fuerzas. No perdí más tiempo, pasé corriendo al lado de Nacho sin apenas despedirme. Bajé por las escaleras y sin frenar me abalancé sobre una de mis mejores amigas. ¿Por qué hablar cuando sobraban las palabras? -¿Has hablado con…?- Negué con la cabeza adivinando el resto de la pregunta. No, no había hablado con ninguna de las otras chicas. De lo que en esos momentos me arrepentía. -Yo tampoco- aseguró con miedo. La observé, no había cambiado absolutamente nada, su rostro era igual de redondito, con las mismas pecas decorando sus mejillas y con los ojos del mismo tono verde. Su pelo más rizado a la altura de la raíz caía rubio por su espalda. -¡No has adelgazado!- bromeé intentando recuperar la confianza. -Lo intenté- aseguró convencida lo que provocó que ambas riésemos, quizás todo hubiese vuelto a la normalidad. Salimos a la calle y comenzamos a relatar nuestros respectivos veranos, pero no parecían ser muy interesantes. -Yo he estado ayudando a mi padre con la mudanza- Le expliqué todo lo relacionado con Suecia. Le hablé de mi soledad, y de las nuevas responsabilidades que tendría con mis hermanos mientras mi madre trabajaba. Un escalofrío envolvió mi cuerpo mientras hablaba, me recordó tanto a la pesadilla del lobo que no pude evitar mirar hacia atrás. Entonces le vi, David Castro observándome con sus ojos azules desde la acera de enfrente. -¿Es Castro?- Parecía que Silvia también había reparado en él, e incrédula le observaba con la boca abierta- te prometo que ahora mismo no me importaría conocerle mejor- Y es que mi amiga no tenía un pelo de tonta. Y tenía razón, el friki de antaño había desaparecido y en su lugar se encontraba un modernizado David. Había cambiado completamente todo, su pelo antes largo y descuidado tenía un corte en forma de tupé, como dictaba la moda. Sus kilos de más se habían convertido en músculos, y los rasgos de su cara se habían endurecido. Sus ojos… sus ojos seguían siendo del mismo tono azulado. -¿Sigues con Gabriel?- Pregunté recordándolo de repente. -Bueno, tú y las chicas no sois las únicas con las que no he hablado en verano- soltó atropelladamente- y se fue con Virginia a Londres asique… -Espera, espera…- No pude evitar que una carcajada escapase de mi boca- ¿Insinúas que te ha engañado con Virginia? -Es una posibilidad- Respondió molesta andando más rápido.

GUARDA EL SECRETO

ASÍ EMPEZÓ TODO

3 -Oye, oye- intenté alcanzarla- era una broma, sus padres son amigos por eso van juntos. -¿Tú que tal con Guille?- Contraatacó rastreramente. -Se fue un año a Las Vegas. -¿Y ya está?, ¿No habéis vuelto a hablar? -No desde que se fue…- respondí incómoda. -¿Chicas?- Una voz nos sorprendió a ambas. -¡Gema!- gritamos Silvia y yo al unísono. Nos fundimos las tres en un abrazo. No podía creer que Gema hubiese crecido aún más. Ella hacía que yo pareciese mucho más bajita de lo que era. Se había cortado el pelo negro, y llevaba lentillas en lugar de gafas. Continuamos andando y poniéndonos al día. Al subir la cuesta que conducía a la puerta del colegio encontramos a Helena. -No me hace ni la menor gracia- le gritaba su hermano mayor Lucas- te prometo que como vuelvas a… -Hola chicos- Les interrumpió Gema. -Hola…- respondió Lucas algo avergonzado- No voy a repetírtelo más veces- añadió antes de marcharse. -¿Qué pasa aquí?- Pregunté tras asegurarme de que su hermano ya no nos oiría- ¿Otra vez vuestros padres? -Podría decirse- dejó caer enigmáticamente nuestra amiga. -Insisto, si vuestros padres siguen ignorándoos podéis poneros en contacto con alguien de servicios sociales y…-Comenzó Gema atropelladamente. -Y no volvería a veros el pelo en la vida- respondió Helena tajante, su pelo rizado y pelirrojo estaba recogido en un moño, lo que dejaba a la vista sus pequeñas orejas. -No me gusta tu moño- Comentó Silvia sin venir a cuento. Los ojos verdes de Helena se clavaron en los de Silvia amenazadores. -Bueno, ¿qué sucede entonces?- Pregunté intentando dar sentido a la conversación. -Como mis padres no están muy atentos se cree mi protector…- enseguida me di cuenta de que había algo que o bien no quería, o no se atrevía a contarnos. -¡Escupe!- gritó Silvia, las tres la miramos extrañadas- la verdad- añadió- es una frase hecha. -No le gusta que hable con Iván, simplemente- soltó Helena. -¿Qué?- Preguntó Gema atónita.

GUARDA EL SECRETO

ASÍ EMPEZÓ TODO

4 -Lo que oyes…- añadió sintiéndose comprendida. -No, no- añadí yo- ¿Qué hacías hablando con Iván? Todas hicimos un semicírculo quedando Silvia contra la pared. Esperamos a que pasasen dos chicos de un curso inferior antes de continuar hablando. -Tengo frío…- intentó evadirse- ¿podemos entrar? Ninguna de nuestras caras le dio a entender que podía marcharse. -Ha venido él- susurró- para asegurarse de que nos habíamos olvidado de lo de Julio. -¿Qué?- Preguntó Gema, de nuevo ese escalofrío recorrió mi espalda. -¿Se sabe algo de E…? -Llegáis tarde- no me dio tiempo a terminar la pregunta, José Prieto nuestro profesor de Biología nos condujo hacia la puerta. No hubo tiempo para más conversaciones, cada una se fue a su respectiva clase. Silvia y Helena se fueron a Historia, y Gema y yo nos dirigimos al laboratorio de Biología. Sentía curiosidad por ver si había gente nueva. Pero había unas caras en especial que no me apetecía volver a ver. Sin embargo allí estaban, en primera fila Fran Robles uno de los integrantes de la “chupipandi” era el nombre en clave que usábamos para hablar de ellos. Estaba escoltado por los gemelos Castillo, Rafa y Jose. Me sorprendió ver que no estaban solos, el cabecilla de la pandilla estaba en la modalidad de Sociales. Sin embargo una cuarta persona estaba con ellos. Cuando David Castro se dio la vuelta, el tiempo se detuvo. No podía ser verdad… -¿Os habéis propuesto llegar más tarde que yo?- De nuevo José Prieto, el profesor nos apremió para que entrásemos al aula. Me dirigí a un asiento del final, mientras el profesor Prieto comenzaba a hablar sobre el nuevo curso y recitaba el discurso de cada año. -¿Has visto a David?- Me preguntó Gema. -Sí, claro que le he visto… -¿Qué hace con ellos? -No lo sé pero créeme, no voy a preguntárselo- Contesté decidida. Miré entre dos de mis compañeros, y vi a David mirándome. El sueño no podía referirse a él, por un lado tenía los ojos azules, los del lobo eran marrones. Por otro lado, pocas veces nevaba en Madrid, aunque estuviésemos a las afueras, y mucho menos a mediados de Septiembre. Entonces… ¿Por qué esa sensación cada vez que le veía? -Hay que averiguarlo- insistió Gema mientras levantaba la mano.

GUARDA EL SECRETO

ASÍ EMPEZÓ TODO

5 -¿Qué haces? -¿Sí Costa?- Preguntó el profesor dándole la palabra a Gema. -Mitosis- respondió dejándome incrédula. -Correcto, ¿quién recuerda…- El profesor continuó su clase después de poner un positivo a mi amiga. Había respondido adecuadamente a la pregunta que por lo menos yo no había oído. -¿Cómo le has escuchado?- pregunté incrédula- En momentos como este me das miedo… -Lo sé- contestó restándole importancia- el caso es que hace unos meses David Castro era el tío más pringado del colegio, y de repente ha ascendido en la escala social de un plumazo. Y no creo que se deba tan solo a su aspecto físico… Sí, ha ganado bastante todo hay que decirlo- Me costaba entender a Gema cuando explicaba sus deducciones tan rápidamente, por suerte tuve tiempo para pensar, mientras mi amiga respondía una nueva pregunta del profesor. -¿Y qué me dices de él?- Pregunté aún más bajo. -¿De quién?- Dijo Gema imitando mi tono de voz. -De Eric, el mejor amigo de David eran inseparables, y ahora de repente ¡pum! No está. Podemos fingir que lo de verano no pasó, pero no va a cambiar las cosas. Gema tengo miedo ¿vale?, tiene que ser importante si Iván ha amenazado a Helena. Y lo peor de todo es que Eric no está, y a nadie parece importarle, ni siquiera a su mejor amigo, que estuvo presente ese día y que ahora se ha unido a la “chupipandi”. -Baja la voz. -No me pidas que baje la voz- respondí haciéndole caso- tengo miedo Gema. He pensado tanto en lo que ocurrió que ya ni siquiera sé lo que vi.- Levanté la mano con efusividad sorprendiéndome incluso a mí misma.- Meiosis-respondí llena de miedo y orgullo a partes iguales- yo también se hacerlo- sonreí a mi amiga. Me aseguré de que me pusieran el positivo antes de continuar con la conversación. -Oye, no creo que sea tan importante… lo mejor es que hagamos como si nada. Eric seguirá de vacaciones, mucha gente lo hace. Vamos a esperar unos días, y si no aparece ya podremos preocuparnos. O, puedes ir a hablar con David directamente y averiguarlo. -No voy a hablar con David- respondí enfadada. Sí, había sido mi mejor amigo cuando éramos niños, y nuestros padres seguían hablándose, pero eso no implicaba que tuviese que llevarme bien con él, no ahora. No cuando tanto miedo me daba. Estaba tan nerviosa que ni siquiera esperé a Gema cuando sonó el timbre. Recogí mis cosas y me marché rápido. Ella no me lo tuvo en cuenta, nos tocaba clase distinta la siguiente hora, yo había escogido inglés como idioma alternativo, y ella francés. Gema respiró hondo, la verdad era que la situación no le afectaba tanto como a mí. O eso quería creer ella. Era cierto que pensaba centrarse en los estudios, para obtener una buena media y estudiar medicina. Pero ese año iba a tenerlo difícil.

GUARDA EL SECRETO

ASÍ EMPEZÓ TODO

6 Al incorporarse un papel se deslizó desde su libro hacia el suelo, lo cogió pero no lo reconoció. Era un sobre cerrado a cal y canto con su nombre escrito en permanente negro. El laboratorio se había ido vaciando poco a poco, aunque quedaban algunos rezagados. Miró en el interior. En ese momento se dio cuenta de que estaba igual de asustada que yo. Incluso más… Dio la vuelta a la foto que acababa de ver, escrito con el mismo permanente se podía leer una única y escalofriante frase escrita por detrás. Broma o no, Gema supo lo que significaba. Alzó la vista, observó unos ojos azules clavados en ella. David intentó disimular colocándose bien la mochila, y pronto se perdió de vista. Escuchó unos pasos y se puso nerviosa. Se había quedado sola en el laboratorio, retrocedió de espaldas y tropezó cayéndose encima del esqueleto, al que en clase habíamos apodado Tommy. No pudo contener un desagradable grito, alguien se acercaba corriendo y temía lo peor. ¿Por qué no me había hecho caso?, ¿Por qué se había quedado sola? Todas esas preguntas cruzaban su mente cuando una mano se aferró a su brazo, haciéndola gritar todavía más alto. Tiré de ella, haciendo caso omiso a su forcejeo. -¿Qué te pasa? -Sara…- murmuró aliviada, me abrazó fuertemente mientras se incorporaba- tenías razón… Saben que estuvimos allí. Me tendió la carta con la frase escrita en francés que me acababa de traducir, “Sabemos que estuvisteis allí”. Nunca creí poder sentir tanto miedo. Sin duda esto respondía la pregunta de esta mañana, todo esto no había hecho más que empezar. Recogí el estuche que me había dejado y ambas fuimos al encuentro de Helena y Silvia. Tenían que ver la foto.

GUARDA EL SECRETO

ASÍ EMPEZÓ TODO