LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA

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Por su parte, la dupla Oesterheld (en los guiones) y Pratt (en los dibujos) ..... Pero es sin dudas El Eternauta la creación que le ha dado un lugar entre los ...
LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA-DÉCADA DEL ‘50 En esta década se presenta el punto más alto de la historieta argentina, ya sea por la diversidad de publicaciones, y el éxito masivo de éstas, como por las distintas vertientes, estilos y artistas que proliferaron. Incluso, comienza la exportación de historietas argentinas.

A principios de la década, el humor político aparece en diversos personajes, como ser "Contreras" (de Medrano), en la relanzada revista "PBT", y sobre todo en "Galerita" (de Calé) y "Mordisquito" (de Palacio), ambos en la revista "Pica Pica". Por otra parte, en los años ‘50 se afianza esta edad de oro con la aparición de dos figuras fundamentales para la historieta argentina, que comenzarán a destacarse en los primeros años de la década, y que, de alguna manera, iniciarán lo que después se conoció como "comic de autor": el guionista Héctor Oesterheld, que comienza a publicar en Editorial Abril, y el dibujante italiano recién llegado a la Argentina, Hugo Pratt. Es en 1952, en la revista Misterix, donde aparece el primer personaje importante de Oesterheld, "Bull Rocket" (izquierda), una historieta de un piloto de pruebas dibujada por Campani. Por su parte, la dupla Oesterheld (en los guiones) y Pratt (en los dibujos) crearía varios personajes muy populares, como "Sargento Kirk" (derecha), en 1953, también en la revista "Misterix", que era una serie del Far West en la que el protagonista a veces perdía, los indios eran buenos, y en la que había muy pocos disparos; fue el primer antihéroe de Oesterheld, dotado de una inusual humanidad.

Otros dos populares tiras de Oesterheld y Pratt fueron, en 1957, "Ernie Pike" (izquierda), para "Hora Cero", inspirada en un verdadero corresponsal de la Segunda Guerra Mundial, que aquí cumplía el rol de narrador (en la guerra que se contaba desde Ernie Pike no había buenos ni malos, todos eran víctimas); y "Ticonderoga", para la revista "Frontera", ambientada en la guerra que mantuvieron franceses e ingleses durante la Independencia de los Estados Unidos. Fue así que, con los guiones de Oesterheld (en compañía de diversos dibujantes), la historieta de aventuras alcanzaría su grado de madurez más elevado. Además, en estos temprano cincuenta ya brillan con luz propia, sumándose a las ya existentes, revistas como "Pimpinela", "Hazañas", "Bucaneros", “Poncho Negro”, “Sucesos”, y, un poco más tarde, desde 1957, "D'Artagnan". En el año 1953 aparecieron las revistas "Dibujantes" (con la participación de, entre otros, Juan Sagrera y Osvaldo Laino) y "Avivato" (iniciada por Faruk y Billi Kerosene). En el año 1954 apareció "El Conejo Fosforito", de Cammarota y Mordillo. Por esos años llega "Tita Dinamita", tira que Campani dibujaba para la Argentina desde Italia, y era protagonizada por una erótica y avasallante chica que a veces aparecía censurada por los otros personajes. Además, en la revista "Rayo Rojo" aparecieron importantes series, como "El Indio Suárez", de Oesterheld-Freixas (en 1955), "Marc

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Cabot", de Ongaro-Vogt, y la humorística "Capicúa", de Mazzone, que con el tiempo llegó a tener su propia revista. Vale señalar que, en 1954, llegaría "Robert Ax, médico del siglo XXX", con textos de Grassi y dibujos de Clemen, una historieta considerada, por muchos estudiosos, como "la primera historieta argentina de ciencia ficción". Es el año 1957 el que dará a nuestra "literatura dibujada" el perfil que ha mantenido hasta la actualidad, puesto que se comienzan a hacer cosas nuevas, distintas de las que se hacen en el resto del mundo, con asuntos más complejos y más humanos, que se apartan del modelo norteamericano que se seguía hasta el momento. Sustentadas por el éxito de sus predecesoras y por el afianzamiento de Oesterheld como guionista, aparece la ya mencionada "Hora Cero", de editorial Frontera, fundada por el propio Oesterheld, autor también de la mayoría de los guiones, y rodeado de los mejores dibujantes del momento: un ya depurado Hugo Pratt, Alberto Breccia, Solano López, Arturo del Castillo, José Muñoz, Leo Durañona y Juan Giménez, nombres que harán que el comic no sea nunca más el de antes y que elevarán la historieta argentina al top que hoy ocupa a nivel mundial. Y es en 1957 cuando debuta, en las páginas de "Hora Cero", en la aparecerá hasta 1959, una historieta de "ciencia ficción" destinada a convertirse en uno de los pilares del comic universal: "El Eternauta". Llega a su cumbre el estilo narrativo de Oesterheld, que deja de lado las clásicas divisiones que hacía la historieta entre "héroes" y "villanos", "pistoleros" e "indios", y comienza a incursionar en la creación de personajes no tan "puros", héroes que tienen miedo, villanos queribles, perdedores y marginados, hombres que luchan por encontrarse y, sobre todo, por "el cambio de domicilio" de la aventura, que ubica hechos, que hasta entonces habían sido privilegio de lugares lejanos y exóticos, en sitios cotidianos. Otro de los aportes incuestionables de Osterheld es el hecho de haber agregado a una historieta que desde sus comienzos (dibujos de Caras y Caretas o P.B.T.) fue testimonial, la característica de ser definitivamente comprometida con la realidad. No es extraño encontrar en los guiones (sean realistas, de aventuras o de ciencia ficción) alusiones y críticas constantes a la realidad política del país que se van haciendo cada vez más evidente con el correr de los años. La producción de Héctor Oesterheld en estos últimos años de los ‘50 es impresionante; además de las tiras ya mencionadas realizaría a "Rolo, el marciano adoptivo", para "Hora Cero", con dibujos de Solano López; "Cayena" para "Hora Cero", con dibujos de Daniel Haupt; "Nahuel Barros" (del género gauchesco), para "Hora Cero Semanal", con dibujos de Carlos Roume; "Tip Kenya", para "Frontera", con dibujos de Roume; "Randall" , para "Hora Cero Semanal", un melancólico western con dibujos de Del Castillo; "Patria Vieja", para "Hora Cero", con dibujos de Juan Arancio; "Verdugo Ranch", para "Hora Cero", con dibujos de Ivo Pavone; "Buster Pike" para "Hora Cero", con dibujos de Julio Schiaffino, etc. En Julio de 1958 llegaría la revista "Hora Cero Extra", de Editorial Frontera. En ella aparecerían tiras como “Spitfire” (de Héctor Oesterheld y Solano López), "Sherlock Time", una serie de ciencia ficción que inicia la fructífera colaboración de Oesterheld con otro gigante, Alberto Breccia, ya desde aquí renovando el género, "Pedro Pereyra, taxista", con textos de Jorge Mora y dibujos de Durañona, "Dr. Morgue" de Oesterheld y Breccia, “El gaucho Fatiga” de Crike, etc. Además se publicarían varios de los éxitos originales aparecidos en las otras revistas de la editorial Frontera, como ser, por ejemplo, "Doc Carson", de Oesterheld y Carlos Vogt.

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También en esta década tan significativa, podemos mencionar que se comienzan a realizar los primeros intentos serios de "trasposición" en la historieta argentina, o sea intertar una proyección o interrelación entre la historieta y otros medios o lenguajes. Ya desde fines de la década del ‘20, Raúl Roux había adaptado algunas obras literarias famosas al comic para "El Tony" ("Hansel y Gretel", el cuento de los hermanos Grimm, fue la primera, en 1928, seguida por "Robinson Crusoe", "La Isla del Tesoro", etc.), así como José Luis Salinas lo había hecho a lo largo de toda la década del ‘30 y del ‘40 (con "Miguel Strogoff", "La Costa de Marfil", "El último de los Mohicanos", etc.) a partir de sus publicaciones en las revistas "El Hogar" o "Salgari", ésta última siempre con adaptaciones de obras de un solo autor, Emilio Salgari, que le daba título a la publicación. Pero éstos fueron intentos muy "primitivos", antecedentes de los que mencionamos con la aparición de Intervalo y con el mismo estilo, que había impuesto por estos tiempos en Estados Unidos Harold Foster, con "Tarzán" y "Príncipe Valiente". Las "verdaderas adaptaciones", en cambio, son las que comienza a realizar para esta época Alberto Breccia para la revista "Aventuras" (y que marcan el estilo que se seguirá en adelante), auxiliadas por un aliado inesperado: el humor. Con una temática completamente diferente, y volviendo otra vez al año 1957, se funda otra de las revistas que trazarán una senda a seguir: "Tía Vicenta", publicación humorística, dirigida por Landrú, con un dibujo y un estilo desenfadado, surrealista y transgresor, de comentarios de actualidad, sin tomar partido por nadie, a la manera de la ya famosa "La Codorniz", que venía apareciendo en España desde hacía algún tiempo. La revista "Tía Vicenta" fue una sorpresa cotidiana, cambiando secciones y estilos, y hasta cambiando la cubierta para parodiar a otras revistas de moda.

Entre los personajes de Landrú que aparecían en la revista "Tía Vicenta" estaban "Rogelio, el hombre que razonaba demasiado", "El señor Porcel", y, más adelante, "Babú el hámster". Hasta el año 1966 (cuando fue clausurada por Onganía) "Tía Vicenta" brindó desopilantes ocurrencias con un formato bastante revolucionario para su época: se usaron por primera vez los fotomontajes y echó mano del humor absurdo que tenía éxito en teatros de revistas para aplicarlo al tema de la política argentina. Cuando "Tía Vicenta" rompe el fuego y hace tambalear el monopolio adulto que venía ostentando la historieta "seria" hasta ese momento, comienzan a surgir otras publicaciones, como por ejemplo "Dr. Merengue", en la que César Bruto (guionista) y el humorista cordobés Oscar Conti "Oski" (dibujante), encaran la adaptación de la literatura a partir de la risa, resumiendo en dos o tres páginas desopilantes los "intocables" modelos literarios: El Cid, Don Quijote, obras de Shakespeare, Dumas, Stevenson, e, incluso, las óperas de Verdi, etc. En realidad, todo esto se origina porque la historieta, en su etapa de maduración, comienza a sentirse "culpable" de sus inicios marginales en lo cómico y lo infantil y apunta a los grandes modelos literarios como una forma de ganar prestigio y de presentarse como divulgadora y medio de acercamiento a la "literatura de verdad". Si bien no podemos negar que en muchos casos la versión en comic de una obra literaria tradicional fue una forma de acercamiento a los textos originales, esta función que la historieta se asigna con sentimiento de culpa, como "catarsis", no es, evidentemente, su verdadero fin, sino solamente una de sus posibles manifestaciones, y de ninguna manera una justificación de su existencia. Nacido a principios de la década del ‘50 en las tiras del diario La Razón, en 1957 recala en las ya tradicionales revistas de Columba "El Cabo Savino", primero en El Tony, después en D'Artagnan y finalmente en Fantasía. El Cabo Savino es el primer militar de la historieta argentina y su autor, Carlos Cassalla, recrea con el personaje el mundo desesperante y marginado del soldado del fortín en las campañas al desierto reflejando a la perfección la ambientación histórica, las armas, el paisaje, la ropa, etc. Uno de los grandes temas que cuestiona Cassalla con esta historieta es la legalidad sobre o de estas campañas al desierto. Con esta misma temática gauchesca, podemos mencionar como representantes de los ‘50 las historietas "Lindor Covas" (desde 1954, de Walter Ciocca), en La Razón, así como también "El Huinca" (desde 1957, de Enrique Rapela y Fabián Leyes), que apareció durante varios años en La Prensa.

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En materia de novedades, en 1956 Patoruzú (con Andanzas de Patoruzú) y en 1957 Patoruzito (Con Correrías de Patoruzito) se "independizan" de las publicaciones que llevan sus nombres y que comparten con otras historietas, para estrenar sus propias revistas, con aventuras exclusivamente de ellos. Por su parte, el dibujante "Divito" ya es famoso no sólo por el dibujo de las curvas de sus personajes femeninos, sino también por sus revistas (Rico Tipo, El Doctor Merengue), en las que propuso una renovación al humor y la historieta cómica argentina, retomando la picaresca que no se practicaba desde hacía varias décadas. Un capítulo aparte lo conforman las insuperables "Chicas" (izquierda), que formaron parte del imaginario colectivo: objetos eróticos inalcanzables para los hombres e ideal de belleza femenino no exento de envidia para las mujeres. Y se da que, en este decisivo año 1957, comienza a colaborar, tanto en esas revistas como en la recién salida Tía Vicenta, un autor que también revolucionará el comic mundial, y lo cambiará para siempre: Joaquín Lavado (Quino), quien, algunos años después, dará a luz a "Mafalda". Desde 1958 (y por 10 años) en la revista "Canal TV" se publicaría la historieta “Cholula, loca por los astros”. Era una tira creada por De la Torre, guionado por Sagrera y dibujada por Toño Gallo. En la misma, el personaje principal, "Cholula", se la pasaba persiguiendo a los famosos, para, por ejemplo, conseguir autógrafos, y era capaz de montar guardia veinticuatro horas, con tal de ver en persona a su ídolo favorito. Todo lo referido está relacionado con la parte "artística" propiamente dicha. En cuanto al mercado, es importante destacar que en el final de la década existían en Argentina alrededor de 60 revistas de historietas (sin contar las extranjeras). Las revistas Argentinas vendían aproximadamente 1.300.000 ejemplares. Basten ejemplos como Patoruzito, que llegó a una tirada de 300.000 ejemplares, y el hecho de que, de las 6 revistas más vendidas en Buenos Aires, 5 eran argentinas ("El Tony", "Intervalo", "D’Artagnan", "Patoruzito", "Patoruzú") y sólo una extranjera ("El Pato Donald"). A fines de la década (en 1958), Oski realiza un libro de historia con historietas, "Vera historia de Indias", y, en 1959, Fernando Birri filma, sobre planchas humorísticas de este mismo autor (Oski) la película "La primera fundación de Buenos Aires". Finalmente, cabe destacar que, el 1º de Junio de 1960 apareció, con una frecuencia mensual, la revista infantil Pepín Cascarón, de la editorial Dante Quinterno.

“El Eternauta” o “la maestría hecha viñetas” ‘El Etenauta’ se publicó en las páginas de ‘Hora Cero Semanal’- semanario historietístico- durante ciento cinco semanas, es decir, dos años y una semana de entregas ininterrumpidas, desde el 4 de septiembre de 1957 hasta el 9 de septiembre de 1959. Más de 350 páginas de historieta elucubradas por H. G. Oesterheld y F. Solano López. Era una de las tres historias que conformaban ese semanario junto con ‘Ernie Pike‘ del maestro Hugo Pratt y ‘Randall the Killer‘ de Arturo del Castillo. Una revista con menos de veinte páginas en formato apaisado y blanco y negro. Se suele decir de ‘Watchmen‘ que fue la historia con la que el cómic americano se hizo adulto, en La Argentina esta madurez llegó casi treinta años antes con El Etenauta’.

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Héctor Germán Oesterheld-BREVE BIOGRAFIA: Nació en el año 1919. Hijo de Ferdinand Kurt. Estudió y se graduó en la carrera de geología. Fanático de H. Melville y Joseph Conrad. A partir de 1950 cuando comienza a escribir guiones de historietas y relatos de aventuras. Publicó en las revistas "Misterix", "Hora Cero", "Frontera", entre otras. Sus personajes más conocidos son Sargento Kirk, Bull Rocket, Ernie Pike, Sherlock Time y Mort Cinder. Pero es sin dudas El Eternauta la creación que le ha dado un lugar entre los maestros de la historieta, y le permitió superar ampliamente el género. Apareció por primera vez en 1957, en la revista "Hora Cero Semanal" con dibujos de Solano López. Más tarde modifica algunos detalles del guión y la publica en "Gente" con dibujos de Alberto Breccia, pero por problemas con la editorial, Oesterheld es obligado a terminar la historia en tres entregas, transformándola en un resumen de la historia original de "El Eternauta". En la década del setenta aparece la segunda parte en la revista "Skorpio", otra vez de la pluma de Solano López. A principios de la década del setenta se incorporó a la organización Montoneros. El 27 de abril de 1977 fue secuestrado en La Plata. Estuvo detenido en Campo de Mayo y en una cárcel clandestina de La Tablada. Se cree que fue asesinado en Mercedes. Sus cuatro hijas también están desaparecidas. Oesterheld desapareció en 1977, durante la última Dictadura Militar. CONTEXTO HISTORICO DE LA PRIMERA PARTE DE EL ETERNAUTA EN LA ARGENTINA: La Revolución Libertadora (1955-1958) Generales Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu, los dos dictadores sucesivos de la «Revolución Libertadora» El 23 de septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas al mando del general Eduardo Lonardi derrocaron a Perón y establecieron una dictadura llamada Revolución Libertadora. El gobierno militar impuso la proscripción del Partido Justicialista (peronista) y persecución de sus simpatizantes, que se mantendría por 18 años, y la intervención de los sindicatos, cuyos líderes son encarcelados y torturados. También, en un caso sin precedentes en la historia argentina moderna, en 1956 el gobierno militar fusiló, en algunos casos en forma pública y en otros clandestinamente, a 31 militares y civiles peronistas. La Revolución Libertadora contó con una Junta Consultiva integrada por la mayor parte de los partidos políticos: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Nacional, Partido Demócrata Cristiano y Partido Demócrata Progresista. El grupo golpista se dividió en dos sectores: un sector nacionalista-católico liderado por el General Eduardo Lonardi, que tomó el gobierno al comienzo, y un grupo liberal-conservador liderado por el General Pedro Eugenio Aramburu y el Almirante Isaac Rojas que finalmente mediante un golpe de estado interno desplaza al primero y reemplaza a Lonardi por Aramburu como «presidente». El gobierno militar asignó el Ministerio de Economía a un civil, sucediéndose Eugenio Folcini, Eugenio Alberto Blanco, Roberto Verrier y Adalberto Krieger Vasena, que llevaron adelante

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una política inspirada en los criterios de los sectores socialmente más acomodados y poderosos económicamente. Una de las medidas institucionales más importantes de la dictadura militar fue dictar una proclama derogando ipso facto la Constitución Nacional vigente, conocida como Constitución de 1949, para reemplazarla por el texto de la Constitución de 1853. Esta medida sería luego avalada por una Convención Constituyente elegida con proscripciones, que sesionó bajo el régimen militar y le agregó el artículo 14 bis sobre protección del trabajo. En 1958 la Revolución Libertadora convocó a elecciones limitadas y controladas por las Fuerzas Armadas, con proscripción total del Partido Justicialista que fueron ganadas por la UCRI, el sector de la Unión Cívica Radical liderado por Arturo Frondizi. Presidencia de Frondizi (1958-1962) En 1958 Arturo Frondizi, por la Unión Cívica Radical Intransigente con un proyecto desarrollista ganó las elecciones presidenciales de 1958 con el apoyo del peronismo ilegalizado en ese entonces. Su periodo de gobierno se caracterizó por adoptar el desarrollismo como política básica de gobierno, a partir de las recomendaciones de la CEPAL y las definiciones de la llamada teoría de la dependencia desarrollada a partir de los años 1950. La política desarrollista permitió un relativo crecimiento de las industrias automotriz, siderúrgica y petroquímica. Sus políticas económicas y educativas generaron gran resistencia entre los sindicatos y el movimiento estudiantil. Las protestas populares fueron duramente reprimidas llegando a utilizar el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), elaborado durante el peronismo, aunque nunca puesto en práctica, que ponía a los manifestantes bajo jurisdicción de los tribunales militares. El gobierno de Frondizi estuvo sumamente restringido por el poder militar. Sufrió 26 asonadas militares y 6 intentos de golpe de Estado. En cada caso los militares imponían nuevas condiciones, que entre otras cosas se manifestaron en los funcionarios conservadores que debió incluir en su gabinete, como de Álvaro Alsogaray y Roberto Alemann, en el ministerio de Economía, y otras personalidades como Miguel Ángel Cárcano, Federico Pinedo, y Carlos Muñiz, todas ajenas a la UCRI. Su política exterior se caracterizó por mantener una posición independiente, estableciendo buenas relaciones con la administración de John F. Kennedy, y al mismo tiempo se opuso a la expulsión de Cuba de la OEA, reuniéndose con el argentino y representante del gobierno cubano Ernesto Guevara en la residencia presidencial de Olivos. En 1961 Frondizi anuló la ilegalización del peronismo. En las elecciones de 1962 el peronismo ganó las gobernaciones de 10 de las 14 provincias, incluida la poderosa Provincia de Buenos Aires, donde triunfó el combativo dirigente sindical textil Andrés Framini. Las Fuerzas Armadas exigieron que Frondizi anulara las elecciones, lo que no sucedió, desencadenando el golpe de Estado que lo derrocó, el 29 de marzo de 1962. Ciencia ficción: La ciencia ficción es un género literario propio del siglo XX que agrupa la narrrativa fantástica que tiene como tema la incidencia del progreso científico y tecnológico en la historia y la vida de las personas. El término "ciencia ficción" fue utilizado por primera vez en 1926, cuando Hugo Gernsback creó "Amazing Stories", primera revista dedicada en forma exclusiva al género que se estaba gestando.

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Este género se nutre de mitos, esperanzas, expectativas, temores y angustias de los seres humanos o de una sociedad en particular, incorporando elementos didácticos, de realismo social, policial y psicológicos y adquiriendo progresivamente gran complejidad. DEFINICIÓN: Reúne el rigor científico con la fantasía, para presentar una perspectiva insospechada del hombre y de su ámbito vital. ·

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Temas frecuentes: la aventura espacial/ los viajes por el espacio –con armas insólitas, naves interplanetarias- pluralidad de mundos, el futuro de la humanidad, la extinción de la raza humana, los viajes en el tiempo, la relación del hombre con las máquinas, las alteraciones de la causalidad, del tiempo y del espacio, los experimentos científicos, los adelantos biológicos y estudios de organismos unicelulares. Espacio: la tierra, otros planetas, donde pueden realizarse descubrimientos, invasiones la dimensión desconocida, los espacios paralelos. Tiempo: se desarrolla en el futuro o el presente. Personajes: Los personajes pueden ser tanto humanos como seres de otros planetas, seres mecánicos, humanoides, monstruos de otros mundos y galaxias, astronautas y exploradores del espacio. Objetivos literarios: advertir sobre la extralimitación de la ciencia y la tecnología que amenaza el futuro de la humanidad y que atenta contra la supervivencia de los valores morales, denuncia las deformaciones de la conducta humana, poniendo de relieve que el exceso de tecnicismo llevará a la destrucción del hombre, señala el posible futuro de la humanidad, para que el lector reflexione sobre sí mismo y sobre su condición actual de vida.

CONTEXTO HISTORICO-MUNDIAL de EL ETERNAUTA. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue un conflicto armado que se extendió por todo el mundo y en el que se enfrentaron las Potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) y las Potencias Aliadas (Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la Unión Soviética y China). La Segunda Guerra Mundial surgió en función del enfrentamiento entre ideologías que amparaban sistemas político económicos opuestos. Se enfrentaron tres ideologías contrarias: el liberalismo democrático, el nazismo - fascismo y el comunismo soviético. El descontento alemán y austríaco por el Tratado de Versalles derivó en problemas étnicos y raciales que acrecentaron el sentimiento de superioridad de la raza germana. Los trastornos ocasionados por la crisis económica de Estados Unidos en 1930, también conocida como "Gran depresión" y los efectos devastadores ocasionados por la Primera Guerra Mundial (1914-1918) fueron las causas de la Segunda gran contienda global. En la Segunda Guerra mundial surgieron los campos de concentración, donde murieron miles de personas, no se respetó ningún acuerdo sobre los prisioneros y se utilizó por primera y única vez, la bomba atómica: Estados Unidos arrojó dos bombas, con tres días de diferencia, en Hiroshima y Nagasaki (Japón).

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Consecuencias Las principales consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fueron: ·

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Masacre indiscriminada de la población civil. Desarraigo y miseria. El mundo quedó dividido en dos bloques, socialista y capitalista: la URSS y Estados Unidos. Se inicia la Guerra Fría. Se modificó el mapa político o territorial de Europa. Benito Mussolini (régimen fascista, Italia) fue ajusticiado, Adolf Hitler (nazismo, Alemania) se suicidó junto a su mujer antes de ser capturado y el

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emperador Hirohito (Japón) recibió inmunidad en su favor luego de firmar la rendición a bordo del acorazado estadounidense Missouri. Europa queda desbastada, sin comunicaciones, sin infraestructuras, sin suelo apto para el cultivo, sin industrias. Se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para fomentar la paz, el 24 de octubre de 1945.

GUERRA FRÍA Y MACARTISMO: El macarthismo (mccarthismo, maccarthismo o macartismo) es un episodio de la historia de Estados Unidos que se desarrolló entre 1950 y 1956 durante el cual el Senador Joseph McCarthy desencadenó un extendido proceso de delaciones, denuncias, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de «comunismo». Los sectores que se opusieron a los métodos irregulares e indiscriminados de McCarthy denunciaron el proceso como una "caza de brujas" y llevó al destacado dramaturgo Arthur Miller a escribir su famosa obra Las brujas de Salem (1953).

Joseph R. McCarthy, senador que lideró el Comité de Actividades Antinorteamericanas entre 1950 y 1956. Por extensión, el término se aplica a veces de forma genérica para aquellas situaciones donde se acusa a un gobierno de perseguir a los oponentes políticos o no respetar los derechos civiles en nombre de la seguridad nacional. Los hechos El macarthismo (mccarthismo, maccarthismo o macartismo) es un episodio de la historia de Estados Unidos que se desarrolló entre 1950 y 1956. El contexto de la guerra fría era particularmente tenso en la medida que la URSS experimentaba con la bomba atómica en 1949, Mao Zedong llegaba al poder ese mismo año y la guerra de Corea empezaba en junio de 1950.

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Esta atmósfera amenazante pesaba sobre la opinión pública estadounidense que deseaba una política enérgica y ofensiva contra el bloque soviético. En febrero de 1950, Joseph McCarthy, senador por Wisconsin, intervino ?con un éxito inesperado? denunciando una conspiración comunista en el mismo seno del departamento de Estado. Así se inició lo que sus oponentes denominaron como "caza de brujas". Gente de los medios de comunicación, del gobierno y algunos militares fueron acusados por McCarthy como sospechosos de espionaje soviético o de simpatizantes del comunismo. Apoyándose en unas fuerzas de entusiastas anticomunistas, alimentándose de la delación, adquirió un poder considerable. Su actividad destinada a desmantelar eventuales infiltraciones de agentes comunistas en la Administración pública se extendió pronto a los laboratorios de investigación y a Hollywood. Los empleados públicos debían hacer frente a un control de lealtad que costó la carrera a varios de ellos. De este modo, Alger Hiss, presidente de la fundación Carnegie para la paz internacional, fue acusado en un proceso por haber trasmitido documentos secretos de la época del New Deal. Uno de los episodios más célebres del periodo fue el proceso seguido a los esposos Ethel y Julius Rosenberg. Fueron acusados de haber dado a la URSS el secreto de la bomba atómica, lo que ellos negaron. Bastante controvertido y atrayendo una campaña internacional en favor de los acusados, el proceso terminó con su ejecución en junio de 1953. Eisenhower fue elegido en 1952 en el momento en el que McCarthy gozaba de su máxima influencia. Ejercía, en efecto, la presidencia de la comisión senatorial de operaciones gubernamentales además de su sub-comisión de investigación. Su influencia era tan importante que el mismo Secretario de Estado se deshizo de algunos de sus colaboradores para no enfentarse a McCarthy. Del mismo modo, Robert Oppenheimer fue expulsado de la Comisión de Energía Atómica por haberse opuesto al proyecto de la bomba H. Algunas voces comenzaron a elevarse contra el maccarthismo y sus excesos. Por ejemplo, en 1953 se representó la obra Las brujas de Salem de Arthur Miller, un alegato eficaz para estigmatizar la política de su tiempo. Lo que quebró el reinado de McCarthy fue su decisión de atacar al ejército. El Pentágono, incluso más vigorosamente que el apoyo que recibió de Eisenhower, ya consideraba incómodo a McCarthy. McCarthy fue finalmente «censurado» por el Senado estadounidense en 1954, por 67 votos contra 22, acusado de "conducta impropia de un miembro del Senado" por la forma en que había dirigido la Comisión (por su lenguaje «demasiado directo») y por no haber comparecido ante otra comisión del Senado cuando fue requerido, además de otros cargos difusos y fabricados sobre la marcha. Continuó otros dos años en sus tareas de senador, pero sus colegas le evitaban y lo sucedido afectó a su ánimo y a su salud: hospitalizado por problemas de alcoholismo crónico, murió a los 48 años víctima de cirrosis y hepatitis. Víctimas Escritores (Bertolt Brecht, que escapó a Europa tras declarar su inocencia) y gente perteneciente al mundo del cine fueron algunos de los más afectados por este fenómeno, que creó las llamadas listas negras, o de escritores y guionistas para los cuales existía una ley no escrita que les impedía publicar nada en cualquier medio de comunicación, so pena de que dicho medio fuera acusado de trabajar a sueldo de los comunistas. Hubo, sin embargo, una cierta resistencia, que se plasmó en la actividad de numerosas personas, incluyendo relevantes personajes del cine (Lauren Bacall, Humphrey Bogart), o periodistas como Edward R. Murrow (cuya historia es descrita en la película Buenas noches y buena suerte), que afirmaban que en lo que en teoría era una actividad para proteger al estado no era sino una sistemática destrucción de los derechos civiles. Entre las protestas, la más significativa fue la de los llamados Diez de Hollywood, los cuales se negaron a declarar sobre sus afiliaciones políticas, siendo citados por el congreso, instalados automáticamente en la lista negra y condenados a penas de cárcel por "desacato al Congreso", iniciándose, a partir de allí, una caza de brujas particular y aún más terrible en Hollywood, en donde algunos de los más conocidos cineastas (incluyendo a Walt Disney,

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Elia Kazan, Robert Rossen, el productor Budd Schulberg los actores Sterling Hayden y Adolphe Menjou) actuaron como informantes de McCarthy. Las persecuciones también se realizaron a escritores famosos comunistas, procomunistas, antianticomunistas y ex-comunistas. Así se lograron censurar más de 30.000 libros, los cuales fueron quitados inmediatamente de bibliotecas y librerías, entre los cuales se encontraba el famoso Robin Hood o la novela Espartaco de Howard Fast. Las técnicas de McCarthy se basaban en gran medida en lanzar incriminaciones falsas sobre los acusados (que nunca eran comprobados), o incluir a determinadas asociaciones en su lista de organizaciones pro-comunistas (sin tener nada que ver). En ese sentido, y de ahí el nombre, se parecía bastante a las caza de brujas medievales, donde también las acusadas no tenían la posibilidad de demostrar su inocencia. De hecho, promovió todo un pulso en el seno del Sindicato de Directores Norteamericanos, donde John Ford le ganó la partida a Cecil B. de Mille, profundo seguidor de McCarthy. Varias películas hablan de este período de la historia de Estados Unidos. Aparte de la ya mencionada Buenas noches y buena suerte, the front, protagonizada por Woody Allen, es uno de los mejores ejemplos. Nombres de artistas puestos en la lista negra: John Garfield, Dashiell Hammett, Charles Chaplin El declive En la segunda mitad de los años 50 el macarthismo comenzó a declinar en los Estados Unidos. La opinión pública y una serie de decisiones judiciales incidieron en el fin del macarthismo. Una figura clave para terminar con las listas negras fue John Henry Faulk. Conductor de una comedia radial, Faulk era un dirigente sindical de izquierda de la Federación Americana de Artistas de Televisión y Radio. Faulk fue investigado por AWARE (ALERTA), una de las empresas privadas que investigaban ciudadanos para encontrar "signos de comunismo" en ellos. Marcado por AWARE como "no apto", fue despedido por CBS Radio. A diferencia de lo que hicieron la mayor parte de las víctimas, Faulk demandó judicialmente a AWARE y ganó el caso en 1962. A partir de esta sentencia las empresas privadas de listas negras y aquellas que las usaban tomaron nota de que podían ser demandados judicialmente por daños y perjuicios. Aunque algunas continuaron, la mayor parte debieron cerrar. Incluso antes de la sentencia en el caso Faulk, ya en Hollywood se había comenzado a desobedecer las listas negras. En 1960, Dalton Trumbo, uno de los artistas más conocidos dentro de la lista negra conocida como Los Diez de Hollywood, fue públicamente contratado para escribir los guiones de las películas Éxodo y Espartaco. Reevaluación crítica del período Algunos autores, como el politólogo estadounidense James Burnham reevaluaron a la luz de la estadística hasta qué punto fue real la represión que la cultura popular atribuye al periodo del maccarthismo, convertido por el cine y la literatura en un periodo de supuesta histeria colectiva y de terror medieval (imagen consagrada en El crisol de Arthur Miller, con la referencia de las persecuciones de Salem en 1692). Según los datos manejados por Burnham, durante la llamada «caza de brujas» no hubo ni un solo muerto, herido o torturado, ningún ciudadano arrestado arbitrariamente, encarcelado sin juicio, desahuciado, deportado, exiliado o privado de sus derechos procesales. En la misma línea, algunos intelectuales conservadores actuales como Ann Coulter lo han calificado como «el mayor mito orwelliano de nuestro tiempo» Otros, como el español Martín Alonso, lo considera «el mito fundacional de lo políticamente correcto» y ha señalado irónicamente que McCarthy fue «la única víctima real que se cobró el maccarthismo.» Otros autores han reevaluado el macarthismo a la luz de la represión del terrorismo en los Estados Unidos luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, encontrando una linea de continuidad

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entre ambos fenómenos. En su libro The Age of Anxiety: McCarthyism to Terrorism (La Era de la Ansiedad: del McCarthismo al Terrorismo, 2005), Haynes Johnson compara los "abusos sufridos por los extranjeros arrojados a las prisiones estadounidenses de alta seguridad en los inicios del 9/11" con los excesos de la era McCarthy.[10] En el mismo sentido, David D. Cole ha escrito que el Acta Patriótica es una «resurrección de la filosofía macarthista, simplemente substituyendo "terrorista" por "comunista".» En un paper publicado en el año 2000, en el marco del debate sobre la Guerra Fría y reevaluando el papel jugado por el macarthismo en la anulación de la libertad de expresión, la historiadora Ellen W. Schrecker sostuvo: ...en este país el macarthismo hizo más daño a la constitución que lo que jamás haya hecho el Partido Comunista Americano.

DISTOPÍA: Una distopía es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. El término fue acuñado como antónimo de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia (frecuentemente emplazada en el futuro cercano) en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos. Temática y uso de la DISTOPÍA: Los textos basados en distopías surgen como obras de advertencia, o como sátiras, que muestran las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos. Las utopías, en cambio, no se basan en la sociedad actual, sino que transcurren en una época y un lugar remotos, o indeterminados, o luego de una ruptura de la continuidad histórica (por ejemplo, las obras de H.G. Wells). Las distopías guardan mucha relación con la época y el contexto socio-político en que se conciben. Los ejemplos de distopías son invariablemente conceptos de sociedades futuras (una sociedad con una historia distinta a la nuestra, con eventos históricos distintos, sería una ucronía... buena o mala), y contienen normalmente un fin didáctico, el de mostrar hacia donde se dirigen los pasos del hombre si la situación no se remedia. En muchas ocasiones este fin didáctico se alcanza a través de la sátira. Las distopías comenzaron a proliferar a finales del siglo XIX, y han continuado hasta nuestros días. Expresan miedo, el miedo a la aparición de una sociedad gobernada por una élite dirigente que aplasta al individuo, de una u otra manera, y protestan contra diversos sistemas políticos o sociales: socialismo, comunismo, capitalismo, fascismo, feminismo, gobierno secular, tiranía religiosa, antiecologismo.

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Temática y fondo ideológico

Literatura de posguerra

Estética

Ideal

La critica literaria, el psicoanálisis, los sueños, naturalismo y neorrealismo, filosofía existencial, religión, futuro

Imágenes sensoriales Utopía Metáfora Distopía La tragedia

Conciencia social y activismo político, una mejor sociedad la comunicación la democracia la libertad

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