TRADICIONES ORALES portada 1

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histórico-literario, de raíces andinas, surgen los 65 relatos que aquí ... Estos relatos fueron recogidos gracias al «Primer Concurso de Recopilación de.
T RADICIONES ORALES DE HUANCAVELICA RELATOS DEL PRIMER CONCURSO DE RECOPILACIÓN DE TRADICIONES ORALES Biblioteca Nacional del Perú

Obra suministrada por la Biblioteca Nacional del Perú

ÍNDICE PRÓLOGO ACORIA Los amantes condenados Encanto de Manuel a María ACOSTAMBO La maldición Oyoccoy Cuento de la sirena encantada El eficaz Tucu CONAYCA Cuento de Ayasamachina Wachaq-Puquio: El manantial procreador Toroqocha: Laguna del toro Reymundopa Wañusqan: Donde murió Reymundo Llacta Qolloy: Pueblo desaparecido Raqra Parar: Piedras paradas El cerro de Qaullapa Punko Piti : puerta pequeña Los gentiles de Conaica El borracho y el alma Las familias enemistadas La laguna de Chaqlla Qocha Unchu Qocha y el niño El zorro y el oso Dios y el Chiwaco La tentación El joven dormilón CUENCA La tradición cuenquina La leyenda del puquial de Salapata La leyenda del puquial de Jalganchany La leyenda del agua potable de Cuenca

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HUANDO El Unchuchuchuy ambicioso Los hombres vestidos de oro Piedra inkantada Qallu Miku Santiago Llupa Tayta Wamani El alma Pueblo sepultado "Pamparhua y Huaricuho" IZCUCHACA Historia de la Virgen de Cocharcas y Natividad Construcción de la Iglesia de Izcuchaca Ironías de la vida "La semilla: hay que escoger" El dueño de las fiestas La fiesta de Mayo: Señor de Ccehcamarca La cueva del diablo de Larmenta LARIA Matías Huarcaya y el alma en el panteón de Laria El chofer que se enamoró de Davi o mal espíritu Mamá Petoca, su perrito y su gallo MARISCAL CÁCERES Caminando solo Un hombre y el alma El cóndor Las dos palomas El Torowaca Los dos hermanos huérfanos Dionisio el capataz y sus tres perros El hacendado y los campesinos La rata y la chica NUEVO OCCORO Los diablos de la noche El Qoriñahui El Taita Huamaní Qori Mina El gentil PALCA El brujo arrepentido La sacavueltera La imagen de un cura y una virgen Warmi Puquio Doroteo el arpista Qaqacara Paya El alma por los niños y tristezas por delante

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PRÓLOGO En el tiempo, nuestros narradores debieron recurrir a diálogos y conversaciones diversas con gentes de distintos lugares de nuestro país, para poder recoger cuentos populares, ajustar datos, buscar huellas que den referencias y vivencias sobre esa otra historia que se advierte en el entorno local y provinciano: la historia popular. Con ese carácter histórico-literario, de raíces andinas, surgen los 65 relatos que aquí presentamos y que forman parte del acervo cultural del departamento de Huancavelica. Estos relatos fueron recogidos gracias al «Primer Concurso de Recopilación de Tradiciones Orales», en el ámbito de la Red de Bibliotecas Rurales de Huancavelica e inserto en el Proyecto PER 604 firmado por la Biblioteca Nacional del Perú y la UNESCO. La recopilación fue una labor ardua; pero al mismo tiempo placentera porque permitió el redescubrimiento de historias que están poblando las mentes y las memorias de todos los huancavelicanos, más allá de diferencias de género o edad. Indagar en el acervo cultural de un pueblo requiere, hoy más que nunca, recurrir a una fuente que ha sido revalorada por la investigación histórica: me refiero a la fuente oral. Como se ha constatado en múltiples investigaciones, acudir a los recuerdos de los hombres y mujeres de carne y hueso y pedirles un esfuerzo de narración, ofrece amplias posibilidades y ricas pespectivas para conocer el imaginario de una sociedad, sus sueños, esperanzas, miedos y frustraciones. La fuente oral, en tanto verbalización de un relato, expone ante nuestros sentidos y sensibilidades la manera de mirar el mundo de los involucrados, una cosmovisión que implica, inevitablemente, una forma de actuar en las circunstancias concretas en las que a cada uno le tocó vivir. La manera de entender el mundo no es sólo contemplativa. La integración de la fuente escrita y la fuente oral (a las que hay que agregar últimamente la imagen), nos pemitirá comprender un poco más y mejor la realidad que tenemos ante nuestros ojos. Después de todo, el mundo real se compone de estos elementos y más, y es tarea del analista buscar su reproducción lo más fielmente posible.

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El lector que no comparte la manera de ver el mundo que traslucen los relatos que componen este volumen seguramente se sorprenderá al constatar que no son expresiones de una mirada infantil. Por el contrario, son fiel reflejo de una visión común de los huancavelicanos. Estas tradiciones no son contadas para niños, y nos recuerdan aquellas historias analizadas por el historiador francés Robert Darton pertenecientes a la Francia medieval. Como señala Marc Soriano, las historias populares se convirtieron en cuentos infantiles sólo cuando llegó la modernidad, hasta antes de ello esas historias que se trasmitían por la vía de la palabra hablada eran las que daban seguridad y ubicación a los campesinos de Europa del Antiguo Régimen. Algo similar se puede ver en las tradiciones huancavelicanas. Las historias que ahora ponemos en papel parecieran reflejar un mundo en el que la modernidad no se ha asentado todavía, en consecuencia estamos frente a historias populares y no ante cuentos infantiles. En otras palabras, la venganza de la naturaleza, la imposición de fuerzas inescrutables, la intromisión de los animales en el mundo humano son vistas como posibles, por lo tanto se trata de la visión del mundo en el cual el hombre y la naturaleza actúan de consuno y guiados por designios más allá de la voluntad de los individuos. Los pecados se pagan, las mentiras obtienen su castigo, la infidelidad es sancionada y la vida toda se convierte en un escenario que trasmite una moraleja: que el ser humano ha de portarse correctamente si no quiere ser castigado, y no importa si su error es cometido en la más absoluta intimidad; pues no habrá escapatoria ante los ojos de los jueces y verdugos que pueblan su mundo. Pero también se encuentra en los relatos referencias históricas fundacionales, a conflictos sociales como las pugnas entre hacendados, y no siempre terminan en tragedias. Esta recopilación ha sido realizada gracias al entusiasmo mostrado por profesores y alumnos de las distintas escuelas de los distritos de Acostambo, Acoria, Conayca, Laria, Cuenca, Huando, Izcuchaca, Palca, Mariscal Cáceres y Nuevo Occoro. Su amor e identificación con sus raíces permitieron que recorrieran cada uno de los poblados, superando retos y carencias materiales. El fruto de todo ese esfuerzo lo tenemos ahora en las manos.

Dr. Osmar Gonzales Director Técnico Biblioteca Nacional del Perú

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ACORIA LOS AMANTES CONDENADOS: CUENTO HUANASPAMPINO

Una noche en la comunidad de Huanaspampa, aparentemente tranquila, Julián y Cirilo cenaban conversando amenamente. De pronto se oyó un raro ruido que nunca se había escuchado, entonces Cirilo dijo: ¿Qué es eso? Julián contestó: ¡No es nada, sigamos cenando! Continuaron con la cena y al rato nuevamente se volvieron a oír los ruidos extraños y escalofriantes. Cirilo se levantó exaltado y cogió un lazo grueso que se encontraba tras la puerta y salió apresuradamente de la casa para ver que causaba aquellos ruidos extraños. Observó a todos lados y vio dos llamas comiendo heno de su corral, enojado empezó a seguirlos, con el lazo iba golpeándoles el cuerpo y al suelo enérgicamente una y otra vez. Siguiéndoles a corta distancia las dirigió hacia un corralón de piedras donde las encerró, las llamas estaban cansadas y se quedaron dormidas. Pensando que al día siguiente alguien las reclamaría, Cirilo se quedó cuidando a los animales para saber a quien pertenecían sin importarle el frío y la tenebrosa oscuridad.

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Al amanecer la sorpresa de él fue enorme pues en el corralón habían dos personas conocidas de la comunidad. Eran los hermanos Juan y Juliana que hace poco habían contraído matrimonio. Desde entonces las personas de la comunidad temieron contraer matrimonio entre hermanos, primos o algún familiar cercano porque se condenarían igual que ellos. Juan y Juliana habían decidido casarse porque pensaban que sería mejor ayudarse mutuamente y tomarían las mismas decisiones, pero nunca pensaron en que se condenarían. Ambos al darse cuenta de su error lloraron amargamente y decidieron separarse legalmente para tomar cada uno su propio rumbo. Poco tiempo después Juan se enamoró perdidamente de Flor, una mujer hermosa como una rosa primaveral, de igual modo en Juliana nació el amor cuando conoció a Martín. Posteriormente ambas parejas contrajeron matrimonio y fueron felices. RECOPILADOR Diana Adita Ccanto Gaspar. INFORMANTE Rosario Condori Paccorio.

EL ENCANTO DE MANUEL A MARíA : LEYENDA

En el Centro Poblado Menor de Pucaccocha, perteneciente al Distrito de Acoria, Provincia y Departamento de Huancavelica, sucedió una de las tragedias más tristes en el año de 1941. En Pucaccocha vivía una familia muy pobre que era odiada por los pobladores debido a que no eran de la comunidad sino de Huancayo. Alquilaron un cuarto al señor Gregorio

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Solano, hombre viudo con un solo hijo llamado Valentín, sintió lastima por el señor Aurelio y su esposa Elena, padres de María. El señor Aurelio y su familia estaban agradecidos por la gentileza del señor Gregorio. Pasaron cuatro meses y dicha familia quiso comprar un lugar para construir su hogar. Su esposa le decía: ¿Por qué no compras siquiera un terreno? No sirves para nada, sino sácanos a otro lugar más tranquilo porque ya estoy cansada de ver el rostro de estas personas. La señora Elena presionaba mucho a su esposo y empezó a llorar abrazándose a su única hija diciendo: ¿Por qué mi familia tiene que sufrir? ¡Dios mío, por qué me tiene que pasar esto! - Me arrepiento de haber venido a este odioso pueblo de Huancayo, pero no podemos irnos porque no tenemos dinero, no tengo nada - decía el señor Aurelio. En este momento entró al cuarto el señor Gregorio y le dijo: - No tienes que sufrir Aurelio, al contrario. Tengo una oferta para ti. El señor Gregorio había conseguido trabajo a María para que pueda pastar ganado cerca de la laguna Azul Qucha, pero ella no estaba acostumbrada. Ella aceptó el trabajo aunque su padre no quería porque ella era aún pequeña. María empezó a llorar y dijo: No te preocupes padre querido, yo ya estoy grandecita y puedo trabajar en cualquier cosa. No quiero que te presione mi madre, ya no tenemos ni para comer, no tenemos nada ni siquiera nuestro hogar. Todo lo que hemos traído ya esta acabándose, papá. María le dijo al señor Gregorio: ¡Acepto! ¡Trabajaré, en lo que me diga! Porque usted es el único que siente amor por nosotros ¡pero que pena! Pensé que iba a estar mejor que nunca y no me faltaría nada aquí en Pucaccocha, pero qué pena, me equivoqué. María sale el primer día a pastar ganado cerca de la laguna. Diariamente de 8 de la mañana hasta las 5 y media o 6 de la tarde, pagándole al mes la suma de 5 céntimos. Ella ya había cumplido un mes de pastar y con el dinero compraron un terreno para su casa. Luego construyeron una casita de adobe en un morrito cerca de la laguna. Ella seguía pastando mientras sus padres iban a cosechar papa, cebada, olluco, etc., del terreno de sus vecinos. Un día viernes ella estaba muy cansada y pensaba en la muerte cuando en ese momento se apareció un joven de cabellos castaños y ojos azules. Él le preguntó: ¿Por qué quieres morir? Niña tonta, eres muy linda, muy linda. Mi nombre es Manuel para servirle. Ella le contestó: Mi nombre es María y tengo 16 años, yo quiero morir porque no tengo nada, ni siquiera para comer, mi vida no es vida.

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Manuel le dijo que confíe en él y que no tenga miedo, además le pide que regrese al día siguiente. Ella acepta y mientras estaba reuniendo sus animales para regresar, él desapareció. Cuando llegó a su casa le contó a su padre lo que había pasado. Su padre le aconsejó hacerle preguntas sobre el lugar de dónde era y dónde vivía. La madre aparece en estos momento y pregunta sobre lo que ha sucedido. María tranquiliza a su madre. Al día siguiente cuando va a pastar, Manuel no apareció y cerca del mediodía mientras comía su almuerzo escuchó un sonido parecido a un relámpago. Ella mira hacia la laguna y ve que una nube emerge del mismo centro. Ella se asustó y vio que su ganado empezó a esparcirse, luego de reunirlo la nube había desaparecido. Estaba pensativa sobre esto cuando apareció Manuel y le dijo: Hola mi querida María, me parece que estás asustada porque te ves pálida. Ella le hace preguntas sobre su familia y sobre dónde vive, pero él le dice que no tiene a nadie, sólo a ella en quien confía. Le pide matrimonio pero le dice que nadie debe saberlo hasta un mes después, ella acepta. Cuando llegó a su casa sus padres le hicieron preguntas sobre su amigo pero ella no respondió. Más tarde los padres conversaban sobre el lugar donde ella pastaba, era un sitio malo y no querían que su hija vaya nuevamente. Por la mañana ella partió alegremente a trabajar. Su padre habló con el señor Gregorio para que su hija no vaya a pastar y se dedique a estudiar pero él reaccionó muy molesto. Cuando María se encontraba pastando su ganado Manuel aparece con una nube y un poco de lluvia. Ella pensando que él se iba a ahogar en la laguna se arroja hacia el fondo. Manuel la llama y con la nube se la lleva hacia el fondo. Los dueños de los ganados van a la casa de María a reclamarle la tardanza, como ella no estaba sus padres se preocuparon y salieron a buscarla por todos lados. Pensaron que había viajado sola debido a que esta cansada de todo. En ese momento apareció el hijo del señor Gregorio: Valentín, quien muy triste les dijo que su hija no iba a regresar nunca porque la laguna de Azul Qucha la había encantado y se la había llevado. Los padres de María lloraron por su hija, maldijeron al pueblo que tan mal los trató y se despidieron con agradecimiento del señor Gregorio. Se fueron de Pucaccocha para siempre. RECOPILADOR Liliana Quispe Enriquez. INFORMANTE Santosa Solano Quispe.

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ACOTAMBO LA MALDICIÓN

Contaban los ancianos que, en tiempos remotos por el camino que se dirige del paraje denominado Otuto hacia Conopa, caminaba pausadamente un anciano de barbas largas y plateadas, con vestimenta haraposa, en el trayecto encontró a un labrador que sembraba maíz a quién deteniéndole preguntó: - ¿Qué siembras? El labrador contestó: Siembro maíz, taita. - Así ha de ser -dijo el viejo y continuó caminando. En seguida encontró a otros quienes sembraban papas y dirigiéndose al parecer al jefe del grupo preguntó: - ¿Qué siembran? - Sembramos piedras, viejo -respondió y soltó una carcajada muy burlona. - Pues así ha de ser -respondió el anciano. Pasado un momento, toda la extensión del terreno sembrado se convirtió en cerros rocosos. Se dice que aquel anciano andrajoso era Dios, quien había descendido a observar sus predios y probar a su gente. En la actualidad aquel lugar es una hermosa columna de rocas que merece ser visitado.

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RECOPILADOR Hugo Edinson Rojas de la Peña. INFORMANTE Germán Rojas Vilcas.

OYOCCOY Historia muy triste, que trata de tres hermanos que abusan de su abuelita hasta el último de sus días.

Había una anciana que vivía en el lugar llamado PARCCAY PAMPA, ella tenía tres nietos que eran todos haraganes a quienes les brindó todo sus cuidados con mucho amor y ternura, pensando en que ella recibiría en recompensa la atenciones necesarias en su ancianidad, pero no fue así los malvados nietos resultaron ser ociosos y ladrones; quienes antes de trabajar y cultivar sus chacras prefirieron dormir todo el tiempo que pudieran. Y cuando la generosa abuelita los invitaba a sembrar lo que hacían era tostar la semilla del maíz para luego comérselos, pero por la tarde al llegar a su casa simulaban haber trabajado, estar cansados y exigir comida a la pobre abuelita. Cuando llegaba la cosecha y a la exigencia de la abuela, los muy listos enseñaban la siembra de otra persona, es así que la pobre anciana fue llevada ante las autoridades. Enterada la abuelita de todo lo malo y negativo que eran sus nietos cayó enferma y sin posibilidad de conseguir algo para alimentarse ella y sus malos nietos. Una tarde optó por una decisión lamentable, tomando un cuchillo se cortó un pedazo de su propia carne para luego dar de comer a los malvados nietos. Pero ocurrió algo terrible, pues se produjo una terrible tormenta con granizadas y ventarrones que espantaron a los hermanos quienes salieron corriendo de su casa, en el acto fueron

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envueltos por una fuerte ventarrón entre truenos y rayos, dos de los hermanos fueron llevado hacia el lado este del paraje denominado CHALLUHAS, otro de ellos quedó pegado en la las inmediaciones del cerro del lado noreste del paraje PARCCAY PAMPA que quedó con el nombre de OYOCCOY CACHA, en donde quedó impreg-nado a la roca y tiene la forma de una calavera gigante. Es un lugar inaccesible por la figura que tenía forma de estrellas fue arrasados por un derrumbe. En la actualidad el lugar en donde se encuentra el Oyoccoy existe la creencia de que todo niño que lo ve también será ocioso y haragán. Además mi informante manifiesta que en el mes de marzo de 1999 ha desaparecido parte del cráneo del Oyoccoy y que en la actualidad solamente hay una parte. Se cree que se ha caído por efectos del tiempo. RECOPILADOR Pither Rrober Ninanya Mucha INFORMANTE Armando Villalba Chávez

CUENTO DE LA SIRENA ENCANTADA

Cuenta la historia que en el distrito de Acostambo, existe una catarata natural que se encuentra ubicada en el paraje denominado «Paccha» a una distancia aproximada de dos kilómetros del centro poblado urbano del distrito. En dicho lugar, un día temprano salió de su casa una humilde campesina llevando a su dos hijitas con la finalidad de pastar su rebaño de ovejas, llegando al campo la madre le dijo a su hija mayor:

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-Cuida de tu hermanita que yo cogeré leña. Cargó a su hermanita sobre su espalda y se alejó del lado de la madre como toda niña inquieta. Después de un largo rato regresó y le dijo a su mamá que cargue ella a su hija por que no podía hacerlo ella. La mamá le preguntó: - ¿Por qué no puedes cargarlo si yo estoy cogiendo leña? Ella respondió: - No puedo por que en «paccha» están saliendo unos matecitos y poronguitos y quiero cogerlos. Entonces la mamá le dijo que no debía estar viendo ni cogiendo nada y que no se aleje de su lado, pero la niña desobediente espero que ella esté ocupada para dejar sentada a la hermanita y a escondidas se alejó de allí. La madre se dio cuenta cuando la bebé empezó a llorar, echó de menos a la hija y empezó a buscarle con gritos y llantos, buscaba la pobre madre desesperada a su hija. Cuando preguntó a la gente, éstos le dijeron que ese sitio estaba encantado y que de allí sale una sirena todas las mañanas y por las tardes se escuchaban lindas canciones. Le dijeron que su hija había sido encantada por la sirena y si quería comprobarlo tenía que venir al día siguiente muy temprano para verla. La pobre madre fue temprano y su hija estaba sentada en la orilla asoleándose, adornada con vestidos muy hermosos, la madre quiso tomarla pero no pudo porque regresó al agua como si fuera un pez, en realidad era mitad niña y mitad pez y todas las veces en luna llena sale a cantar lindas canciones. RECOPILADOR Carlos Nolberto Ramos Minaya INFORMANTE Julia Santillán Torres

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EL EFICAZ TUKU

Cierto tiempo en la localidad de Acostambo vivía una modesta familia que se dedicaba al cuidado de animales y un pequeño campo agrícola, era una familia unida dentro de su pobreza, los hijos pastaban a sus animalitos en los campos, eran muy alegres, cantaban huaynos, lucían vestimentas típicas como chullos multicolores, llanquis, ponchos tejidos a mano y pantalones de bayeta. Un día decidieron conducir sus animales al lugar denominado CCARA PUQUIO, para ello tenían que pasar por un lugar inhóspito llamado HUARMI JARCANA, que era un paso de camino muy angosto con un precipicio, pero no había otro lugar por donde pasar pues se dice que en ese lugar los jóvenes esperan a la chica de quien están enamorados y las detienen hasta convencerlas para luego marcharse juntos. Por ese trayecto nadie podía dar una pestañada, de lo contrario corría el riesgo de desbarrancarse, los felices pastores de retorno a su casa se distrajeron mientras sus animales avanzaban y en esos momentos uno de sus toros perdió el paso y se desbarrancó quedando destrozado el cuerpo del animal. Los muchachos en su desesperación y sin poder hacer nada optaron por ir a comunicar a sus padres quienes al recibir esta triste noticia se pusieron a llorar y regañaron a sus hijos, quienes se culpaban unos a otros. Finalmente decidieron dirigirse al lugar del accidente para levantar al animal caído para luego entregar la carne a otros moradores en calidad de trueque y de esta manera no remplazarlo por otro. Como consecuencia de lo ocurrido, el jefe del hogar cayó enfermo, postrado en cama sin poder hacer nada estaba triste y apesadumbrado. Toda la familia sumida en la desgracia hasta que una noche el terrible y certero TUKU*, se posó en el techó de la casa y anunció con un contundente Tucú currrrr tucú currr el lamentable desenlace del jefe del hogar, al tercer día de lo ocurrido.

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De esta manera también quedó confirmado una vez más que el TUKU es certero en sus anuncios.

RECOPILADOR William Común Valer INFORMANTES Frilán Ninanya Santillán Armando Villalva Chávez

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CONAYCA CUENTO DE AYA SAMACHINA (Lugar donde hacen descansar a los muertos)

En aquellos tiempos antiguos cuando el distrito de Conayca tenía muchos anexos, uno de ellos el distrito de Laria, desde este lugar traían sus muertos al cementerio del distrito de Conayca para enterrarlos, a unos cuatro kilómetros de esta localidad. Tenían costumbre de descansar en lugares determinados. Allí las lloronas lloraban desconsoladamente; como también había una persona que representaba al cura, hacía responso, rezaban, luego masticaban su coca, fumaban cigarrillos y tomaban sus cañazos. En uno de estos descansos ya borrachos se habían quedado dormidos y cuando se despertaron grande fue la sorpresa, no había el muerto en su camilla, desesperados y asustados empezaron a buscar. De tanto buscar encontraron en una quebrada que unos zorros nocturnos lo estaban arrastrando y una parte de su cuerpo ya estaba comido, al ver eso los hombres se arrepintieron de su borrachera y nunca más se quedaron dormidos llevando a sus muertos... RECOPILADOR Jerry Edgar Raymundo Luque

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WACHAQ PUQUIO: (El manantial procreador) MITO

Hace mucho tiempo vivía en este pueblo una familia muy felíz. Sucedió que, un día, la esposa fue a traer agua de un manantial cercano en momentos que estaba lloviendo y saliendo a la vez y al instante se formó el arco iris. Pero la gente ya había comentado que traer agua del manantial en esas circunstancias es malo porque el manantial es un ser que hace daño; por lo que desde entonces la señora apareció gestando y como su marido no creía en esas cosas, pensaba que su esposa estaba embarazada de otro hombre y se puso celoso y empezó a establecer una denuncia argumentado que el niño que estaba gestando su esposa no era suyo, ya que ellos no habían practicado las relaciones sexuales. Así pasaron los meses, y la mujer dio a luz y de cuyo vientre salieron sapos y culebras. El hombre sorprendido se preguntó y dijo que si era cierto que un manantial hace parir, y desde aquel momento al manantial del pueblo le llamaron los pobladores «WACHAQ PUQUIO».

RECOPILADOR José Huarocc

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TOROQOCHA: (Laguna del toro) MITO

Sucede que hace muchos años atrás en el pueblo de Conaica había escasez de agua por lo que los habitantes que tenían animales vieron la posibilidad de vivir conjuntamente con sus animales en un extremo de la laguna, con la finalidad de abastecer suficientemente de agua a sus animales y así lo hicieron. En el centro de la laguna se encontraba dos piedras gigantes pegadas, no pensaban que eran animales entonces ya aumentaron más pobladores y como el sitio era favorable para la agricultura, los comuneros pensaron en construir un canal de irrigación para la población. Entonces las dos piedras todas las noches empezaron a mugir o gritar en forma de toro y vaca, la gente se dijo que estas dos piedras eran la riqueza del cerro. Aprovechando el día caluroso que hacía en esos momentos, los comuneros ya estaban listos para iniciar el trabajo. El día empezó a nublarse y poco a poco desaparecieron las dos piedras mugiendo y al mismo tiempo también la laguna se secaba y desde entonces la laguna fue conocida como «Troqocha» y que en la actualidad el lugar ya está seco.

RECOPILADOR José Huarocc

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REYMUNDOPA WAÑUSQAN: (Donde murió Reymundo) MITO

Cierto día una señora de treinta años de edad apacentaba sus rebaños cerca al cerro de Aqallqay, y en uno de esos días de tanto concurrir al lugar, se perdió su fiambre que consistía en charqui y queso. Llorando de hambre se dirigió a ese cerro a comer el fruto del suelo que era el huaraqo. En su soledad la señora estaba viendo el oleaje del viento y en esos momentos salió un hombre joven y muy elegante con un sombrero grande, montado en un caballo blanco. Éste preguntó por qué lloraba y la señora le contestó diciendo que había perdido su fiambre y no tenía qué comer, entonces el gringo le dijo, vamos yo te daré bastante comida. Y tomándola de la mano la condujo al cerro y en esos momentos empezó a nublarse y allí desaparecieron los dos. El señor Reymundo, esposo de la señora, había pensado que ella había muerto, pero después de tres días de afanosa búsqueda se sentó a descansar en la cueva de Aqallqay y tuvo la suerte de ver salir a su esposa con un desconocido simpático que se sostenía en el aire. Pues el esposo señor Reymundo desencantó a su esposa, envolviendo con una bufanda tejida de lana de oveja. Y cuando le preguntó dónde había estado esos tres días, le contestó diciendo que me llevó un gringo a su palacio de cortina de mil colores y me ha conducido por un camino subterráneo y así llegué aquí. Así pasaban los días, la esposa del señor Reymundo iba avanzando en su gestación por lo que le preguntó de quién está gestando, la señora llena de miedo en esos instantes empezó a correr desesperada, el esposo también empezó a correr tras ella y en esos momentos la señora antes que le alcanzara cerró los ojos.

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El cerrar de sus ojos dio lugar a la aparición de truenos y relámpagos matándolo al instante a taita Reymundo. Pues desde aquella vez, los pobladores de Conaica, a este lugar le llamaron «REYMUNDOPA WAÑUSQAN». RECOPILADOR José Huarocc

LLACTA QOLLOY: (Pueblo desaparecido) LEYENDA

Llacta Qolloy significa pueblo desaparecido y cuentan que anteriormente los primeros conayquinos habitaron Llaqta Qolloy, y que posteriormente bajaron al lugar que hoy conocemos como Conayca, debido a que varios científicos vinieron a estudiar la geografía de dicho lugar donde permanecieron mucho tiempo, llegando a la conclusión de que era favorable para habitar pero con el tiempo bajaron dejando en Llaqta Qolloy chozas y casas de muros circulares que hasta la actualidad existen todavía, en el que sólo los animales son pastoreados. RECOPILADOR Soledad Harocc

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RAQRA PARAR: (Piedras paradas) Leyenda

Hace muchos años atrás habían dos indios muy poderosos que hacían prodigios, y en cierta ocasión empezaron a desafiarse usando sus poderes mágicos. De tanta discusión acordaron competir para saber cuál de ellos tenía más poder. Para ello, en el lugar denominado Aqlas, habían tres piedras, el acuerdo era cuál de las tres piedras Llegaría primero al lugar conocido como PILAPAMPA, para eso pusieron nombre a cada piedra: costa, sierra y selva. Para empezar el desafío cada uno de ellos clamaban al astro Sol para que les conceda el poder, luego listos con sus varas golpearon a las rocas y empezaron a correr, llevando sólo la piedra llamada sierra al lugar de la competencia y el resto perdieron y hasta la actualidad se encuentran las piedras. Se comenta que si hubiera ganado la piedra llamada selva, se cree que hoy existiría en abundancia toda clase de árboles frutales y otras plantas que existen en la selva.

RECOPILADOR Noemí Raymundo

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EL CERRO DE QAULLAPA Leyenda

Qaullapa es el cerro más alto del pueblo de Conaica, significa «De donde se ve todo», de este cerro elevado se observa toda la costa del Perú, también se observa Castrovirreyna y Huaytpallana. Qaullapa es un cerro peligroso y poderoso. Cierta vez una señora muy pobre que no tenía familia vivía en Conaica, poseía diez ovejas y como cada vez iba en aumento ya no había campo en su casa para que duerman sus animales, entonces decidió irse con sus animales al cerro de Qaullapa. La señora hizo su estancia al pie del cerro donde vivía con sus ovejas y así seguía aumentando hasta que de un momento a otro empezaron a morir sus ovejas y la señora se puso muy triste al ver morir a sus animales. Ella iba a distintos pueblos llevando carne y hacía trueque con comida y decidió algo mejor, ir a los pueblos a pedir ayuda, así llegó a un pueblo y se encontró con un ancianito, quién le preguntó de dónde venía y le contestó que iba de una estancia a pedir ayuda porque sus ovejas estaban muriendo y no tenía a nadie que le ayudara. El anciano era muy bueno; no llores, yo te voy a ayudar, le dijo; entonces el anciano le dice: vamos a tu estancia, llevemos frutas, cigarros y vino. El anciano fue en la noche al cerro a anqosar, o pagar, y al día siguiente las ovejas que estaban enfermas se sanaron y la señora se puso alegre y el anciano le dijo que debía continuar así constantemente pero en luna llena, y el anciano se volvió a su pueblo. La señora desde aquel entonces, siempre llevaba el anqoso al cerro, cada vez en luna llena y empezaron a aumentar sus ovejas más y más pero una tarde ocurrió lo siguiente, después de llegar al cerro, la señora se sentó al pie del cerro y se puso a masticar la coca y de pronto el cielo empezó a nublarse y apareció un hombre en caballo blanco, el

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hombre estaba bañado de oro al igual que su caballo Y preguntó a la señora cómo se llamaba y asustada la señora no pudo contestar y el hombre le dijo: no te asustes yo me llamo taita Huamaní. Entonces la señora le da su nombre y el hombre le propone matrimonio diciéndole que se casara con él, y que si así lo hiciera ya no sufriría, le daría oro y plata. Tal propuesta es rechazada por la señora entonces el hombre se bajó de su caballo y le muestra abriendo una puerta en el que hacia adentro todo era bañado de oro, el hombre le prometió que todo ello le daría, entonces frente a la negativa, el hombre se encolerizó y le pegó hasta dejarle enferma y la señora sabía que iba a morir botando sangre por la boca y así pasó de verdad. RECOPILADOR Rafael Cárdenas Paymundo

PUNKO PITI: (Puerta pequeña) LEYENDA

Cuentan que muchos años atrás el cerro de Punko Piti era una ciudad muy hermosa, en ella crecían plantaciones como limón, zanahoria, coca, caña de azúcar; también había abundancia de peces, asimismo era una ciudad muy poblada. Los pobladores de Punko Piti vivían de los más felices, cuando de pronto Dios mandó un castigo consistente en una hambruna. De una ciudad que era hermosa en el que abundaba toda clase de plantaciones y abundancia de peces, desaparecieron y no había nada, pero no murió toda la gente y siguieron viviendo. Pasaron muchos años, pero Dios nuevamente mandó otro castigo, esta vez era un diluvio pero que no llegó al centro de la ciudad por lo que no murieron en su totalidad. De poco tiempo Dios nuevamente manda otro castigo, surge un animal gigante llamado tigre, pero como había muchos habitantes en ese lugar, el tigre fue perseguido con flechas y dinamita y en esa loca carrera, el tigre fue encantado por el cerro y convertido en roca.

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La gente en Punko Piti no desaparecía a pesar que Dios mandaba muchos castigos, pero en esta oportunidad envió el cuarto castigo, el cerro que había convertido en roca al tigre, dio a la aparición de dos astros o soles, frente a esta situación, la gente se escondía bajo los cerros, en las cuevas para salvarse de la insolación, pero no pudieron salvarse y murieron quemados en las cuevas quedando sólo huesos que hasta la actualidad existen. RECOPILADOR Zaida Huarocc

LOS GENTILES DE CONAICA Cuento

Cuentan nuestros antepasados, que los gentiles eran seres humanos que se caracterizaban por ser salvajes, egoístas y peleaban entre ellos constantemente. El más fuerte se apoderaba de las mejores tierras de cultivo, pastos y demás riquezas que ofrecía la naturaleza. Así que llegaron a tal punto que cuando un gentil robaba aunque sea una pequeña porción de tierra de propiedad de otro, el otro reconocido por su olor y sabor lo hacía regresar. Vivían en las cuevas, no sabían construir sus viviendas, pero eran dotados de sabiduría, eran adivinos por eso sabían cuándo y cómo iban ha morir. La Pachamama, Dios supremo, dueño de los reinos, de la tierra, al ver que estos hijos suyos eran tan malos y que no podían vivir en paz y tranquilidad decide la llegada del fin del mundo. Como primer castigo aparece el SUPAY WAYRA, arrasando con todo lo que encontraba a su paso. Ante este hecho los gentiles se refugiaron en las cuevas cargando piedras para no ser llevados por el SUPAY WAYRA. Como éstos no habían desaparecido, la Pachamama ordena otro castigo. Esta vez el SUPAY PAPRA (lluvia) donde la tierra es cubierta por el agua; sin embargo, muchos de ellos se salvaron al subir a la cima de las

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altas montañas. Como quiera que en este segundo castigo tampoco desaparecieron los gentiles en su totalidad, pues envía el castigo ISKAY INTI, castigo de mayor grado, del cual estos gentiles ya sabían de su llegada y al no encontrar forma alguna de defensa renegaron con que después de muertos se pagarían con la nueva generación. Con este castigo, casi la totalidad de los gentiles murieron quemados por las dos estrellas que aparecieron, y sólo uno que otro pudo salvarse por haberse refugiado en las cuevas más profundas sobre todo por tener la moral más superior. Éstos ya sembraban algunos tubérculos como el kurao (tubérculo que crece sin sembrarla, parecida a la papa) y lo hacían en los cerros más elevados donde no era factible para la agricultura lo que hoy la gente no lo puede hacer. Al haber sido achicharrados, se cree que éstos no han muerto del todo; sino simplemente perdieron su estructura física. Por eso sus huesos que hasta hoy se encuentran en las cuevas son dañinos; pues si una persona se aproxima hacia estos huesos, se introduce al organismo el mal aire y afecta sin que esa persona se dé cuenta. De ahí que la gente dice en quechua «gentil tullu usturusunki» lo que significa que el hueso del gentil se te introduce, la persona que es afectada con este mal de gentil, primeramente se inmoviliza el cuerpo y se deforma o produce una herida de donde salen huesos pequeños con dolor y para recuperar la salud se tiene que hacer una serie de saumerios y otras veces es ya incurable. En la actualidad existen en las cuevas huesos de los gentiles y esto en los alrededores de Conaica. RECOPILADOR Rosana Huamancaja

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EL BORRACHO Y EL ALMA

Había una vez un hombre llamado Santiago. Este hombre acostumbra beber licor constantemente y cuando estaba borracho le pegaba a su esposa Agustina y entre ellos peleaban mucho. Un día la señora al no soportar más golpes y peleas, aprovechando que su esposo se iba a trabajar al campo tomó sus cosas se escapó de la casa para no volver más. Cuando Santiago llegó en la tarde, la esposa ya no estaba. Él muy triste se sentó en el poyo de la cocina y se puso a llorar diciendo: Yo soy el culpable de que mi mujer se haya ido. Diciendo esto se dirigió a la tienda de la comunidad para tomarse unas copas y olvidarse de todo. Tomó una copa tras otra hasta que al final estaba completamente borracho, Santiago tenía que volver a la casa, ya era medianoche. El hombre de pronto escuchó unas voces que le llamaban y eran las de su esposa Agustina, haciendo caso a la esposa, Santiago salió a su encuentro diciéndole que había regresado y así fue conducido por ella aparentemente a la casa, pero no era su casa sino una cueva donde había llegado el borracho y le propinó una gran paliza al que el hombre no puso resistencia porque a pesar de que se defendía con golpes, no le hacía llegar ninguno a la señora. Al día siguiente, cuando amaneció el hombre estaba en su cama muy maltratado. El alma de la señora Agustina le había golpeado. Desde aquella fecha Santiago ya no se emborracha más, los pobladores creen que los hombres que maltratan a sus esposas emborrachándose serán golpeados por el alma.

RECOPILADOR Odalí Gaspar

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LAS FAMILIAS ENEMISTADAS Relato

Hace muchos años atrás, en Conaica vivían dos familias que se odiaban a muerte por motivos que desconocemos. Un día los hijos de estas familias se enamoraron y como sabían que sus padres no iban a aceptar dicha relación decidieron huir hacia un lugar denominado ANTAHURA, en cuyo lugar había una cueva conocida como SUWAPA TIYANAN, que significa donde se sienta el ladrón. En dicha cueva estos enamorados vivieron durante una semana. Los padres de ambos, desesperados comenzaron a buscarlos con las autoridades por toda la población y al no encontrarlos, al día siguiente se trasladaron a la ciudad de Huancayo, como en aquella fecha no existía todavía el tren, el padre del joven se fue a pie así también el padre de la señorita viajó a Huancayo la misma tarde y les hicieron buscar con policías por todos los hoteles y justo cuando la pareja acababa de llegar a Huancayo, fueron capturados por la policía y conducidos a la comisaría. Pero a pesar de ello la pareja no quiso separarse, entonces los familiares de la pareja comprendieron que era imposible separarlos, por lo que decidieron casarlos. Los padres también se perdonaron olvidando sus viejas rencillas y desde entonces vivieron ambas familias muy felices.

RECOPILADOR Alihina Z. Huarocc

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LA LAGUNA DE CHAQLLA QOCHA

La laguna de Chaqlla Qocha se encuentra a doce kilómetros de distancia del distrito de Conaica. Se cuenta que muchos años atrás, a cincuenta metros de la laguna, vivía un señor llamado Lázaro apacentando su rebaño al compás de las melodiosas notas de su quena. Y así acostumbraba tocar la quena todo el tiempo. Lázaro convivía con su soledad y extrañaba a su familia porque vivía lejos y hasta llegaba a maldecir a su ganado porque era el causante de su soledad. Un día que salió de su choza para llevar al campo a su rebaño, grande fue su sorpresa que al retornar encontró frutas y comida bien preparadas. Lázaro sorprendido y preocupado a la vez se puso a pensar y se preguntaba: ¿Quién me habrá traído la comida? ¿Algún familiar o...? No comprendía lo que pasaba. Esta situación se había hecho costumbre, cada vez que salía, al campo con sus animales, ya le esperaba la comida preparada y las apetitosas frutas. El hombre cansado de las sorpresas diarias, decidió descubrir al personaje misterioso de la comida y las frutas exquisitas. Cual una liebre se apostó tras el montículo de su choza escudriñaba atentamente. Después de muchas horas de estar, el hombre vio a una señorita salir de la laguna de Chaqlla y que se dirigía a su choza. Al poco rato la choza comenzaba a humear, entonces el hombre salió de su escondite se armó de valor y entró a la choza. Con gran sorpresa y admiración comprendió que la autora de los potajes y las frutas era la señorita salida de las profundidades de CHAQLLA QOCHA, porque en ese momento estaba cocinando. El hombre vislumbrado por la belleza de la chica quedó profundamente enamorado y al poco tiempo procrearon un hijo.

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Después del matrimonio de la pareja, el ganado de Lázaro fue aumentando más y más, él como ya tuvo su familia vivía muy feliz hasta que un día decide salir de viaje con sus llamas a recolectar algunos granos para mantener a su familia. Este viaje se hizo cada vez más constante y por meses. La esposa le esperaba molesta, por lo mismo tenían discusiones. Un día la señora cansada de tanta discusión decide poner fin a esta situación. Primeramente la señora mata a su hijo y se dirige a la laguna y tras ella todo el rebaño, llegado a la laguna se hundían en las aguas hasta que no quedó ningún animal vivo. El hombre no sabía qué hacer, cansado de tanto llorar a orillas de la laguna, se retiró con dirección a la cima del cerro en donde desapareció. RECOPILADOR Juan Pariona

UNCHU QOCHA Y EL NIÑO Leyenda

Cierta vez un niño apacentaba su rebaño cerca a la laguna UNCHU QOCHA, este niño había perdido su fiambre y triste y acongojado se dirigía a la laguna a beber agua. Sentado a la orilla de la laguna, contemplaba el azul del límpido cielo cuando inesperadamente del centro de la laguna, salió una joven que caminaba sobre el agua. Ésta preguntó al niño la razón por la que lloraba, él respondió que había perdido su fiambre y tenía hambre. Mas la joven tomándole de la mano le condujo al centro de la laguna en la que desaparecieron ambos. Los padres del niño pensaron que éste se había ahogado, pero al tercer día, después de haber realizado una intensa búsqueda, se sentaron a descansar en una cueva, pero

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grande fue la sorpresa cuando vieron salir de la cueva a su hijo en compañía de una joven desconocida que se sostenía en el aire. Los padres al ver a su hijo en tal situación, comprendieron que el niño estaba encantado, por lo que deciden desencantarlo utilizando una bufanda tejida con lana de vicuña. Entonces los padres interrogaron al niño quien les contó lo sucedido. El día que estaba sentado llorando a la orilla de la laguna, se le había aparecido una joven en el centro de la laguna y conducido hacia la profundidad donde tiene un palacio de cortinas multicolores, luego después de haberle dado de comer panes, frutas y comida le había conducido por un camino subterráneo hacia la salida de la cueva, los padres al enterarse de la aventura del niño, se sintieron agradecidos por haberle devuelto sano y salvo al niño. RECOPILADOR Sara Castañeda Cárdenas

EL ZORRO Y EL OSO Fábula

Hace mucho tiempo, Ignacio se encontraba sembrando maíz con sus bueyes en una de sus chacras que se encuentra a orillas del río Cachi. Un momento después se había presentado un oso ordenándole que dejase de trabajar, le entregara los bueyes porque estaba con mucha hambre. El hombre calmadamente le contesta diciendo que ya terminaría. Horas después aparece un zorro preguntando por el oso, pero éste se le adelanta y le enseña que le dijera que aquí no está. Nuevamente el zorro pregunta al campesino: ¿Qué es esa cosa negra?

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El hombre le responde que era un tronco negro y tal como le había enseñado el oso que dijera. Pero el zorro insistente preguntó nuevamente: - ¿Puedes golpear con tu hacha al tronco? Entonces el oso con voz quedita le dice que le golpeara con el filo del hacha, muy despacio. Don Ignacio hizo caso al oso, pero no despacito sino con tanta fuerza que destrozó la cabeza del oso que murió instantáneamente, salvando así el zorro a los bueyes y al mismo campesino. RECOPILADOR Sara Castañeda Cárdenas

DIOS Y EL CHIWACO Fábula

Según los pobladores más ancianos, el hombre después de muerto iba a resucitar al tercer día y los dientes jamás tenían que sufrir caries como hoy. Para todo esto el único culpable fue el chiwaco, que informó el mensaje de Dios al revés, de la siguiente manera: Dios dijo al chiwaco que comunicara a todo el pueblo que todo aquel que muera permanecerá bajo tierra solamente tres días, luego resucitaría y los dientes de las personas serán eternos. Lo que el chiwaco había pregonado una mañana fue de manera contraría; en quechua diciendo: -Taitakunaaa, llapa runa wañuqsi sarachamanta, tutqlla kanqaaa y kimsakutitas quk punchuupi mikusunnnnn.

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Terminado el pregón el chiwaco retornó donde Dios diciendo: - Señor ya he cumplido con el mensaje tal como has dicho, cumplí. Entonces Dios le dice: Desobedeciste mis órdenes comunicando el mensaje al revés, toda la gente ahora se encuentre muy triste por tu culpa. Como castigo a tu desobediencia tus pies permanecerán amarrados de por vida, tendrás una sola tripa y no podrás retener los alimentos por mucho tiempo. Morirás y revivirás tres veces de hambre durante la noche. El chiwaco silenciosamente había recibido su castigo. Se cree por eso que el chiwaco acostumbra saltar y no caminar como otros lo hacen, dicen que tiene atados los pies. RECOPILADOR Sara Castañeda Cárdenas

LA TENTACIÓN Cuento

Caminaba un hombre preocupadísimo por conseguir dinero necesario para adquirir un caballo, cavilaba sobre la necesidad de trabajar en cualquier empleo para obtener el dinero. Un día, cuando iba a su chacra, de pronto vio a un hombre cabalgando, y el jinete le preguntó: - ¿Adónde va usted señor? - Voy a mi chacra a trabajar.

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Pero el intrépido logró detenerle con más intrigas. - ¿Señor, Ud. no desea comprar este caballo? - Estoy por comprar uno, pero me falta dinero. - ¿Cuánto tienes? - Aún no me alcanza. - Ya que lo necesita, hagamos esto; usted me da todo el dinero que tiene ¿Qué le parece? -dijo descendiendo inmediatamente de su caballo y animándole a ensillar al temeroso comprador. Enseguida el tímido inicia sobre el animal giros necesarios de obediencia quebrando el cuello para ambos lados, luego entusiasmado acepta la oferta, realizándole la transacción. Según el comprador cabalgaba un brioso caballo que le conducía por lugares inaccesibles siquiera para personas sólo para pastar cabras, como Bumbunya, Pilacuchu y lugares parecidos; los observadores le decían: ¿Qué tiene señor, qué le pasa? La frase repetida era: «Compré mi caballo y nadie me lo quita». El hombre había sido engañado por el Satanás, que le había vendido un insignificante palito, sobre el que correteaba cabalgando. Murió endiablado. RECOPILADOR Reyna Digna Espinoza Estrada

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EL JOVEN DORMILÓN

En una ocasión de fiesta patronal, en el pueblo de Conaica, asistieron a una celebración de Salve de Víspera, muchísima gente, habiéndose terminado el acto, los fieles se retiraron del templo; pero un joven se había quedado dormido profundamente en uno de los extremos de los bancos, el sacristán al cerrar las puertas del templo no había logrado verlo por la poca luz de las velas que se consumían para apagarse ya. El desdichado entre sus sueños oía decir ¡Este pobre ha muerto! ¡Iremos a llamar a las demás almas para que le carguen! Desaparecieron las voces y logró despertarse preguntándose: ¿Dónde estoy, qué sucede? Su sorpresa fue grande porque estaba sólo en la oscuridad y se dirigía hacia la puerta principal cerciorándose que estaba asegurada con candado. Instantes después llegaban más «almas» buscándole en el lugar inicial donde se había quedado dormido, diciendo: Dónde está, adónde se fue? Iniciando la búsqueda por todos los rincones del templo y por los lugares imaginables de escondite como los camarines de los Santos iniciando a buscarle detrás del «Padre Eterno», al no encontrarle se decían en quechua: Natichapapichu Sebastianpapichu, etc, por la extrema confianza que se tenían entre los Santos y almas. El joven aterrado en extremo, se dirigió hacia el campanario y desesperado tocó las campanas como pudo. La población al oír el llamado imperativo de las campanas acudieron a informarse qué sucedía. Como el joven pedía auxilio fueron a dar aviso al sacristán para que abriera la puerta, de esta manera se salvó de ser cargado al cementerio por las diligentes almas.

RECOPILADOR Reyna Digna Espinoza Estrada

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CUENCA LA TRADICIÓN CUENQUINA Leyenda

El Distrito de Cuenca tenía la Iglesia Matriz techada con paja, ichu y palos simples; entonces los cuenquinos tuvieron que cambiar de techo, tuvieron que traer palos de la selva central. Desde entonces los españoles invadieron nuestro territorio cuenquino. Nuestra «Iglesia» fue quemada de un cañonazo explosivo, entonces los hombres de Cuenca vieron salir una paloma blanca hacia el denominado paraje Mullacamarca; cuentan nuestros antepasados que esa paloma se encantó en la roca, desde ese momento se había ido el santo de la lglesia «San Vidal» . Entonces los cuenquinos fueron con música de banda y orquesta para rescatar al santo San Vidal. Por lo que no quiso salir dicha paloma, el pueblo de Luquia fueron también a rescatar a la paloma igualmente con banda y orquesta, entonces la paloma se

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desencantó de la roca y se fue a la Iglesia matriz de Luquia. Quedando así una imagen del San Vidal, que en nuestros días existe y cada mañana se escucha una melodía de arpa y violín. RECOPILADOR Municipalidad Distrital de Cuenca

LA LEYENDA DEL PUQUIAL DE SALAPATA-CUENCA

Cuenta la leyenda que los antiguos pobladores de esta localidad sufrían de la escasez del agua, por el descuido del mantenimiento del agua por entonces se proveía el agua de diferentes lugares para el consumo diario, pero conocedores de la noticia de que al sur en un pueblo llamado Huamanga donde existía formas de piedras encantadas las que contenían agua y que se podían trasladar a cualquier lugar que uno quería les vino la idea de organizar comisiones de hombres y mujeres valientes. Un día lleno de entusiasmo emprendieron el viaje al lugar donde encontraron la piedra de Huamanga encantada de agua, empezaron a trasladar en quirma. Un hombre de cuyo pene salía el agua y una mujer de cuyos pechos salía el agua, donde por el cansancio descansaron y por el descuido se escaparon ambas, y lograron detener a la mujer donde llega al lugar denominado Salapata que es un manantial que en nuestros días existe para el consumo diario de agua.

RECOPILADOR Municipalidad Distrital de Cuenca

LA LEYENDA DEL PUQUIAL DEL JALGANCHANY

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Cuenta la tradición cuenquina que el dicho puquial era muy malo: Las personas que bebían el agua o pasaban por lugar les agarraba una enfermedad terrible e incurable. El puquial tenía abundante agua que sólo servía para las plantas, desde entonces la población cuenquina decidió eliminar con una explosión de dinamita curándolo con: Coca, aguardiente, cigarro, kerosene, etc. Al estallar la dinamita vieron salir una paloma blanca lastimada que algunas plumas cayeron y fueron llevados por el aire a distintos lugares que ahora diferentes puquiales forman con poca agua como: Humar Puquio. Es un puquial de muy poca agua y que ahora sirve para el consumo diario de la pequeña población de Jogoña y también para los animales domésticos. Ventana Puquio. Puquial con muy poca agua. Nucycha Puquio. Puquial con muy poca agua que sirve para la gente que va a pastar sus animales. Desde entonces, aquella paloma reveló a uno de sus compoblanos en sus sueños diciendo: - ¡No serviré a nadie! Y se fue al denominado paraje llamado. «PACCHAYCO» que antes sus aguas frías se iban al río, que hace tres años atrás sirve como Irrigación Huysia, Huayllapampa. RECOPILADOR Municipalidad Distrital de Cuenca LA LEYENDA DEL DEL AGUA POTABLE DE CUENCA

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Cuenta la leyenda que los antiguos pobladores de esta localidad sufrían de la escasez del agua, por el descuido del mantenimiento del agua por entonces se proveía el agua de diferentes lugares para el consumo diario, pero conocedores de la noticia de que al sur en un pueblo llamado Huamanga donde existía formas de piedras encantadas las que contenían agua y que se podían trasladar a cualquier lugar que uno quería les vino la idea de organizar comisiones de hombres y mujeres valientes. Un día lleno de entusiasmo emprendieron el viaje al lugar donde encontraron la piedra de Huamanga encantada de agua, empezaron a trasladar en quirma. Un hombre de cuyo pene salía el agua y una mujer de cuyos pechos salía el agua, donde por el cansancio descansaron y por el descuido se escaparon ambas, y lograron detener a la mujer donde llega al lugar denominado Salapata que es un manantial que en nuestros días existe para el consumo diario de agua.

RECOPILADOR Municipalidad Distrital de Cuenca

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HUANDO EL UNCHUCHUCHUY AMBICIOSO

Comenzaba el estío y en la quebrada de Tinkocc a las orillas del río Ichu, los chihuacos revoloteaban en el viento, cual pericos juguetones alrededor de los guindales disputándose las guindas más apetecibles de aquellos añosos árboles. El color de la pradera, pintada por el clima, se mostraba de un amarillo pálido. El río, que en el otrora invierno se presentaba caudaloso, hoy sólo era un lánguido riachuelo; algunos Akaclios, presurosos, horadaban los riscos y peñascos haciendo nuevos nidos. A la vera del río sentada en una piedra, el Unchuchucuy hurgaba con su cola el interior del riachuelo; el chapoteo de su cola sólo conseguía despertar la curiosa mirada de algunas aves que alrededor se hallaban. A lo lejos los pericos posados en los duraznales hacían bromas con la ocurrencia del animalejo, que cansado de menear la cola sin ningún resultado se dirigió a un lugar más profundo del río. Tal fue la suerte del Unchuchucuy que en un extremo del riachuelo, en una especie de meandro, se encontró con una poza con algunas challhuas dentro; tal era su hambre que astutamente se trazó un ingenioso plan y parándose al borde de la poza empezó a divagar de esta manera:

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¡Oh, que hermoso río corre a mi derecha frescas azuladas aguas bifurcan la pradera cuanta comida encontraré allá ! Oteando con una mano en la frente en señal de saludo, despertó la curiosidad de una vieja challhua. - ¿Qué más ves ahí? - Sólo patos y tarucas refrescándose en las aguas -respondió. Quien de reojo le sugirió semejante proposición: - Yo puedo llevarte a ti y al resto de tus compañeros hacía este lugar del río. - ¿Cómo lo harías? - Muy sencillo -respondió-, te sujeto con mi boca y listo ya estás en el río, mas si no estás de acuerdo te regreso al lugar que estás. Un tanto inquieta la vieja challhua decidió consultar con sus demás compañeras y le contó lo narrado por el unchuchucuy pero aún más desconfiadas que el resto solicitaron la opinión de un viejo bagre inquilino de la poza, quien apelando al tiempo y a la experiencia justificó no confiarse del astuto; un tanto desalentados por la respuesta del bagre decidieron un último recurso y propusieron lo siguiente enviar a la challhua más tonta para que sea la que observe el otro lado de la poza del cual hablaba el astuto unchuchucuy. Y así lo hicieron lo cual el unchuehucuy llevó a la challhua más tonta al lado del río y la dejó chapotearse insinuándole lo siguiente: si tú no le dices al resto de tus compañeras que este lugar del río es hermoso ya no saldrás del pozo; tú bien sabes que la comida es escasa y el lugar es estrecho a comparación del río donde podrás nadar a tus anchas, y devolviéndola en su boca la dejó caer en el pozo esperando la respuesta de los demás. La tonta challhua exageró lo observado y convenció al resto para que se trasladen al río. En tusiasmadas las challhuas, hicieron fila para que sean trasladadas al supuesto lugar que prometía el astuto unchuchucuy, y una a una se confiaban a la boca del animal pero a donde iban a parar era a la barriga hambrienta del unchuchucuy que cuando hubo terminado con la última challhua su ambición pudo más y decidió redondear su banquete con el plateado y regordete bagre al cual le sugirió semejante triquiñuela. El bagre nada tonto decidió vengar la suerte corrida por el resto de sus compañeras que le solicitó al unchuchucuy apearse al borde de la poza para sujetarse de su cola con la boca y mordiendo este arrastró hacia las profundidades del pozo al vivaraz unchuchucuy, que por la enorme panza que tenía producto del banquete dado

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momentos antes, nada pudo hacer para salir a la superficie y pereció ahogado haciéndole pagar con su vida el haberle arrebatado a sus compañeras de la poza. Ya cerrada la tarde, un grupo de chihuacos que lo habían observado todo concluyeron la siguiente moraleja: «Más pudo la ambición al hambre que el tragón terminó al fondo del estanque».

RECOPILADOR Alex Gutierrez Roque

LOS HOMBRES VESTIDOS DE ORO Mito

Antiguamente en Huando sucedió en el sitio llamado Qakarayac. Cuenta el señor Teófilo Torres cuando era niño estaba pasteando sus ganados en el lugar, en ese momento ocurrió un sonido parecido a un temblor, se movió la tierra, a la vez escuchó pasos de caballos. Él se paró dando unos pasos y se asomó entre los arbustos al pie del cerro, vio que se había abierto una piedra como puerta grande, donde estaban cuatro caballeros o personas completamente adornados de oro que se dirigieron al túnel. Él, asombrado entró para ver quiénes eran, de pronto se cerró la puerta cuando estaba dentro y observó en el interior las paredes estaban perfectamente talladas en piedra, la medida era para cuatro caballos de ancho. El niño caminó tras los caballeros de oro, de tanto caminar notó caer gotas de agua del techo del túnel y se sabe que pasaba por debajo del río Mantaro. Él seguía caminando muy lejos cansado de tanto viajar, ya iba a descansar cuando de pronto vio una luz, corrió alegre para llegar, sorprendido que era una ventana de donde observó un mar de agua roja, en ella se encontraban aquellos caballeros vestidos de oro que no deploraba calor, mientras yo padecía de calor, prosiguiendo el viaje hasta un día de duro trajinar

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sin comer, cansado aparece delante de él veinticuatro puertas de túnel en diferentes direcciones, se piensa éstos van a los veinticuatro departamentos. Continuando el viaje el muchacho tomó al azar la puerta del centro que era apropiada para él, un día más de camino llegó a la puerta de salida que parecía la entrada del inicio. Cuando el niño ya está afuera en la puerta contemplando el lugar, ocurrió un sonido parecido al anterior cerrando la puerta de la piedra. Al caminar preguntando a los pobladores del lugar se llegó a saber que era el departamento de Cajamarca. A ellos le contó lo que le había sucedido, pidiendo alimentos orientación para su regreso a su casa. Pero los pobladores pensaron que estaba loco, de compasión le dieron de comer cada cual le indicaron el camino para su regreso a Huando. En una semana de intenso viaje a pie llegó a su casa que según la información de sus familias había pasado un año de su desaparición y se habían olvidado de él. En casa sorprendidos sus padres recibieron con alegría al pastor perdido, quien le contó el suceso, en ese momento se fueron a ver el sitio o lugar por donde había entrado, pero estaba cerrada. Después de muchos años hubo otro temblor, los campesinos comentaron que otro niño se había perdido. Desde ahí los pobladores tenían miedo de acercarse y recomendaban a sus hijos a no estar en ese lugar cuando hay temblor. Actualmente en el lugar está el colegio Agustín Gamarra.

RECOPILADOR Narciso Teodoro Ccahuana Huamán INFORMANTE Alan Yoel Condori Torres

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PIEDRA INKANTADA Leyenda

Cuando llegamos a Silla Qasa se ve al pueblo de Pamparhua, en una hoyada profunda, a doscientos metros de altura un vallecito sonriente al sol; al pie de enormes cerros grises. En la carretera que pasa de Huancayo a Huancavelica se observan huellas visibles de que se había hundido la tierra. Cuentan que en una época se había realizado en el pueblo el matrimonio de una familia muy reconocida, apreciada por los comuneros. Después de recibir su bendición, en la iglesia por el cura, los novios, acompañados por sus familiares, pasaron a la casa del novio en donde iniciaron la celebración. Los concurrentes bailaron; los compadres de ambos cónyuges y los familiares más queridos, comuneros compartieron coca, licor con mucha alegría al compás de la música hasta la hora de almuerzo. Al servir el alimento, se invitaron a todos los presentes para sentarse y compartir rica comida con sabor de pachamanca, con ají de huacatay, atendido por los servicios y la cocinera quien repartió los potajes con bastante cuidado de igual proporción para todos. En ese instante llegó, un anciano desconocido, harapiento, sucio y desordenado pidiendo un plato de comida. La cocinera le insultó:

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- ¡No hay comida, para ti viejo apestoso, espera si quieres hasta el final a ver si alcanza para darte! El anciano salió de la casa del matrimonio y se dirigió a una casa en la que vivía una señora pobre, viuda, con sus dos hijos y que se alimentaba sólo de la machca. Ella invitó al anciano, quien le alcanzó en su manta piedras para que cocinara. Le dijo: echa a la olla y cocina sin abrir la tapa. Obediente la señora preparó y al poco rato abrió la olla. Era papa que ya había cocinado, sirviendo al anciano. El anciano con apariencia de mendigo era Dios que había descendido a observar sus predios y probar a sus habitantes. Y creía que sus pobladores de Pamparhua eran malos, odiosos con los viajeros y personas que visitan a este pueblo. Después de compartir la papa la señora con el anciano. Él agradeció a la viuda y le dijo: Ahora mismo te vas con tus hijos y animales. Te suplico, es para tu bien y no te des vuelta cuando escuches cualquier ruido que sucede en este pueblo -indicó en el camino. Ella recogió sus cosas importantes, cargó su hijo y al otro lo tomó de la mano, le siguieron sus chanchos y ovejas y empezó a caminar, cuando ya estaba en la loma para voltear a Silla Qasa, se escuchó un sonido espantoso que su cuerpo no soportó. Ella descuidó la recomendación del anciano se dio la vuelta para ver al pueblo. Se estaban hundiendo las casas, se levantaba polvo, mientras el anciano indicaba con su bastón en señal de castigo. Al instante la señora y sus hijos, animales se convierten en roca que los habitantes llaman incauto. En la actualidad los moradores del pueblo de Pamparhua dicen que las piedras que están en el lugar, son un encanto, las que están ubicadas en la subida más alta del anexo. Los comuneros son caritativos, amables con los viajeros y las visitas que llegan a estas tierras.

AUTOR Narciso Teodoro Ccahuana Huamán INFORMANTE Víctor Ccente Ccanto

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QALLU MIKU Cuento

Aquella mañana el cielo despejado, los vientos en el campo hacían saltar las pajas de rastrojo, hojas de quinual, los pastos escaseaban en el pueblo. Huando sonreía hacia el triste amanecer. Era el mes de agosto el año 1930, los comuneros del pueblo habían realizado un llamado a una reunión por intermedio de sus autoridades políticas para acordar sobre la fijación de los hitos de linderos en la supuesta línea colindante entre los terrenos de la hacienda Cachi Llallas de propiedad de don Genaro Ponce. Después de coordinar, planificar los comuneros de Huando, asistieron al citado lugar en forma pacífica, una buena cantidad de comuneros entre mujeres, hombres y niños quienes llevaban en la primera línea la bandera nacional. Cuando llegaron al lugar llamado «Tasta» encontraron a Genaro Ponce acompañado de las autoridades, políticas judiciales y cuatro miembros de la guardia civil de Huancavelica, embriagados en el agasajo del almuerzo que invitó el hacendado; quienes, con el poder del licor se pusieron furiosos frente a la comunidad, conversando

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sobre la línea del hito verdadero, alegando cada cual su posición legal de los terrenos que corresponde a cada dueño. En esta circunstancia de discusión, al no ponerse de acuerdo ambos concurrentes se enfurecieron cada cual lanzando palabras, gritos incitantes a la agresión o muerte. En esos instantes como el hacendado estaba en estado etílico, no soportó su cólera, sacó de inmediato de su cintura un revólver al mismo tiempo disparó hacia la comunidad impactando la bala al comunero Víctor Gonzales, quien cayó al suelo. Los guardias también dispararon al aire, para atemorizar a la comunidad. Al instante acudió a auxiliarlo su madre, Dofia Severina de Gonzales, quien desesperada de rabia cogió una piedra y la tiró hacia cuerpo de don Genaro Ponce obligando a la policía actuar con furia y disparar sus fusiles sobre la comunidad. Los comuneros ante esta situación y por los abusos cometidos por el hacendado reaccionaron capturando a todos. Tomaron al hacendado Genaro Ponce lo castigaron hasta dejarlo muerto de la misma forma a los guardias. La masa campesina exaltada de rabia sin control hizo justicia en el mismo lugar. Después de matar al hacendado los comuneros enardecidos trasladaron el cuerpo de Genero Ponce y restos de los comuneros en el campo de confrontación. En el camino surgen diferentes ideas de como acabar con el cuerpo del hacendado, unos querían llevarlo al pueblo, otros enterrarlo en cualquier lugar. Es así cómo se llegó a la simple idea de ocultar su cuerpo echándolo a una zanja. Así no delataría su alma a los hombres autores de la muerte. Antes de proceder los comuneros le cortaron la punta de la lengua como se planificó para tenerlo en aguardiente remojado. Al respecto sobre este hecho, los comuneros descontrolados tomaron al muerto. Don Alejandro Landeo quien había jalado la lengua abriendo la boca con unos ichus mientras don Angelino Quispe cortaba con una navaja y al mismo tiempo preguntaba a los comuneros, si ellos tenían aguardiente. Pusieron la lengua sobre una piedra. En ese momento el perro colorado que estaba allí presente se había comido la lengua, por un descuido de los comuneros. Por eso no tomaron su remojado. Por esta razón los comuneros huandinos de futuro recibieron el sobrenombre de Qallu Miku en honor al abuelo valiente y aguerrido ante la injusticia de los hacendados quienes humillaron a las familias de estos comuneros humildes e intrépidos en todo tiempo.

AUTOR Narciso Teodoro Ccahuana Huamán INFORMANTE

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Rudy Iladeo Valencia Lulo

SANTIAGO LLUPA Cuento

Pasando Utushuaycco, llegamos a Aqchyqasa, empedradero, antes de bajar observamos a Pampalanya, es una aldea de caseríos que está en una pampa de manantiales de agua cristalina, es anexa del Distrito de Huando, que tienen un clima frígido las casas están hechas actualmente de teja y calamina. Antiguamente era un campo donde abundaba mucho pasto e ichu. Sus primeros dueños eran una familia llamada Alanya, quienes administraban como propietario los lugares: Occoro, Moque, Huando, Llallas, Quimina, Palca, Miraflores, Tinyacclla. Eran personas muy ricas que tenían muchos animales y eran conocidos por estos pueblos vecinos. Pero demostraban ser injustos y abusivos con sus sirvientes y viajeros de otros lugares, por eso las personas que vivían alrededor de esta propiedad los llamaban con desprecio Pampapi Alanya, que quiere decir que la familia Alanya vivía en lugar bajo pampa amplio para sus animales; mientras que los otros comuneros vivían en las laderas y morros que miraban desde lejos a este señor. Cada cual comentaban viendo el lugar:

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- Pampapi, Alanya Pampapi taita Alanya siempre se escuchaba en la boca de los campesinos por muchos años. Pero con el tiempo los pobladores le dieron nombre propio al lugar Pamapalanya. Luego cuentan que este señor Alanya hizo cambio con un español llamado Santiago Llupa, por un pedazo de tela de bayeta y una olla de manteca, le repartió la tierra en pedazos que fue Pampalanya, otras tierras con el correr del tiempo sucedió la misma suerte en poder de otros dueños. Santiago Llupa un personaje progresista en la ganadería extendió su tierra hacia los lugares pastales, cuidando los pastos de otros animales que afectarían su propiedad, también aumentó el ganado como: ovejas, vacas, caballos, llamas, cabras y colaboró con sus vecinos. Era una persona comprensible y amable con sus servidores. Así pasaron muchos años. Al tiempo llegaron al lugar los invasores chilenos destruyendo la hacienda y se llevaron quinientas vacas y 300 ovejas para alimentar su ejército en el pueblo de Huando. En los últimos años el anexo de Pampalanya, después de ser una hacienda muy conocida por los pueblos cercanos llegó a formarse y pasó en poder de los campesinos La Cooperativa de Pampalanya a manos de toda la comunidad quienes la administraron por muchos años. Hasta que un día llegó un grupo, de guerrilleros de Sendero Luminoso realizaron una actividad política y organizativa en contra del gobierno central. Se llevaron los animales para alimentar a otros pueblos. Así, los campesinos se quedaron con pocos animales, continuando unidos en el progreso de sus hijos y su anexo, como comunidad campesina en bien de los demás.

RECOPILADOR Jorge Pumarcahua Ambrosia INFORMANTE Emilio Pumarcahua Vargas

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TAITA WAMANI Cuento

Cuentan que en un tiempo unos hombres desconocidos llegaron al pueblo de Huando, se acamparon en la iglesia y plaza principal. Estos extraños eran nada menos, un regimiento del ejército chileno, que iban en busca de las tropas de Andrés Avelino Cáceres que estaba en el centro del país. Un comunero desprevenido salió de su casa hacia la plaza y vio a los desconocidos, corrió muy desesperado gritando asustado por una de las esquinas. Los chilenos armados vieron al comunero y dispararon balas en su dirección pero el hombre escapó. También en esos tiempos la comunidad consumía pan de trigo y tomaba agua con cedrón. Otros comuneros vieron a los chilenos y comu-nicaron a la comunidad, entonces ellos salieron de su casa como ovejas en busca de refugio, anteriormente muchos de ellos ya sabían por boca de viajeros, que los enemigos de otros sitios estaban creando terror en las comunidades y haciendas, esto era en el año 1882, aproximadamente. Entonces los comuneros se fueron corriendo llevando a hijos atemorizados, dejando sus casas y sus animales en diferentes lugares como: A Pakipaki, muchos comuneros

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arribaron hasta un lugar llamado Karpas, otros tomaron el camino a Tinkuq y algunos se marcharon hacia el lugar Tucus. Mientras los chilenos ocupaban la playa y la Iglesia actual; Santa Rosa de Lima. Después de una semana regresaron algunos comuneros en la noche y entraron muy asustados a sus casas destruidas, pirwas quemadas, puertas destruidas. Se llevaron animales como gallinas, cuyes, chanchos y otros animales mayores para alimentarse. Sólo encontraron cenizas, humo con olor a ropa quemada, los productos como grano y papa carbonizados, habían destruido todas las casas de Huando. Sólo los tucus cantaban tristes por las noches, los gatos que escucharon maullando en la luna llena asustaba en medianoche a los presentes. Después de muchas semanas volvieron a la comunidad pero antes enviaron algunos comuneros a observar de cerca a los chilenos que estaban acampados en la plaza. Los comuneros al ver a ellos en la iglesia, sus caballos en el parque, mordían sus labios de cólera y maldecían, comentaban si tuvieran armas los enfrentaríamos y los botaríamos de nuestro pueblo. La mayoría de los comuneros venían por Ccanrahuaycc y se encontraron con el sacristán, quien estaba regresando al pueblo cumpliendo los mandatos de los chilenos, el era como prisionero y al mismo tiempo contó su sueno, que Taita Wamani le anunció que tocaran la campana al tercer canto del gallo. El campanero dijo a los comuneros que cumpliría con la orden de Taita Wamani y se fue rápido. Los comuneros continuaron caminando, y se preguntaron entre ellos sobre el anuncio y la valentía del sacristán de tocar la campana de la iglesia; comentaron entre ellos: ¿Cómo iba a subir a la torre? Si está el enemigo, si descubren los chilenos sería riesgoso y lo matarían al momento y su cuerpo lo quemarían en la plaza; así decían los comuneros, preocupados cada uno rogaba muy triste a Dios y otros santos para que le ayuden al sacristán en su tarea. El campanero logró subir a la torre y tocar la campana como lo había anunciado y prometido a los comuneros huandinos. Cuando el jefe chileno escuchó los sonidos de campana recordó su sueño en el que se le presentó un hombre montado en un caballo blanco, muy autoritario y molesto le dijo: Tengo diez mil soldados bien armados y estamos preparando un ataque en Jirkapata, al toque de la campana de la iglesia estaremos ingresando a la plaza tú y tus amigos soldados no saben si amanecen vivos o muertos. Al mismo tiempo preocupado ordenó a los soldados preparar su equipaje para la retirada. Subiendo a la torre de la iglesia observó Jirkapata, viendo a mucha gente en movimiento, marchar batallones de soldados y flamear varias banderas rojo y blanco en posición de ataque. Al jefe se le había aparecido en sueños y sintió temor, bajó muy rápido de la torre para coordinar con los subalternos y dar la orden de partida con dirección a Huancayo antes de amanecer. Mientras algunos comuneros se alistaban en un lugar secreto para capturar a los invasores, otros estaban temerosos y preocupados por la forma de actuación de los

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chilenos en la iglesia, ellos utilizaron los santos y cruces para amarrar sus caballos y mulas. Además, le servían para exhibir o colgar la cabeza de los que habían matado, a los prisioneros de guerra, para atemorizar a los comuneros débiles y sin armas. También mataron animales de la comunidad en los corrales y se llevaron la carne para alimentar a sus perros. Los huesos de los animales muertos por los usurpadores se veían en las calles y caminos, tirados blanqueándose en el sol. Los chilenos después de destruir al pueblo de Huando, se marcharon muy asustados hacia la dirección de Izcuchaca, con la noticia de su jefe que había soñado sobre la existencia de un ejército armado que estaba a punto de combatirlos. Entonces los huandinos se organizaron en varios grupos para capturar y castigar a los invasores. Se dividieron en dos grupos mientras uno marchó tras el enemigo otro se quedó en Huando para organizar refuerzos. Los grupos que seguían a los invasores se separaron, uno se adelanto por el camino secreto poniéndose delante de las tropas enemigas esperando organizarse en la quebrada de Izcuchaca, el otro grupo de comuneros armados continuaron tras los pasos de los enemigos entre las espinas y arbustos en la oscuridad. Cuando el ejército invasor llegó a Tambos los huandinos se comunicaron con todo el pueblo para reunirse en la plaza, preparar refuerzos y apoyar a los comuneros que seguían a los chilenos. Salió la comunidad de su escondite, después se reunieron en la plaza, acordando armarse con lo que hubiera a mano, marchando hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños cada uno con palos, piedras y hondas. Los comuneros armados se acercaban al lugar llamado Pumas. Los enemigos se dieron cuenta que los perseguía la comunidad y se apresuraron a caminar haciendo un sonido que se escuchaba «talac, talac, talac» sus cargas de sus caballos, mulas. Luego se dispararon de ambos bandos como demostrando su poder de combatir pero los comuneros eran mayor cantidad de personas decididas a capturar y acabar con los enemigos. Estos soldados eran pocos y estaban cansados pero armados. La bajada de Cachicuyau, era un lugar apreciable para aniquilar al enemigo, los comuneros ordenaron a uno de los corneteros tocar el orden de ataque de acuerdo el plan realizado por la comunidad. Iniciando con el arrojo piedras y espinas sobre las tropas chilenas, quienes desesperados corrían por la bajada, muchos soldados y animales fueron aplastados por las piedras, otros trataron de salvarse apoyándose en sus mulas alcanzaron a pasar el río Cachi hacia Tambillo, el combate era feroz entre ambos bandos. Grupos de comuneros de Izcuchaca combatieron en el trayecto hasta llegar al puente de Izcuchaca para cruzar el río Mantaro. En este lugar el combate fue sangriento porque los comuneros que esperaban en el otro lado del río se lanzaron sobre ellos. En el lugar muchos comuneros valientes sacrificaron sus vidas, se sabe que una mujer campesina alzó su pollera y dijo: «Matemos a los invasores arrojándolos al río» lo hicieron en realidad en el campo de batalla. Otro campesino desesperado dijo: «que no quede ni un chileno vivo» con esta insinuación entraron a matar a todos los

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soldados, los animales fueron arrojados al río. Así ganaron la batalla con dolor y sufrimiento, derramando sangre en el camino de la vida, quedando libre de toda maldad y abuso de los poderosos. En ese combate muchos hombres murieron, señoras, señores, jóvenes, niños y ancianos, peleando con el enemigo demostraron su poder comunal. AUTOR Narciso Teodoro Ccahuana Huamán INFORMANTE Alejandro Núñez Soto

EL ALMA Anécdota

Había una vez un señor que se llamaba Juan, que sabía tocar un instrumento musical llamado «Pincullo» y «Tinya» pero un día se fue a participar a una leñada que realizó un mayordomo de una fiesta en el pueblo Chaccoma, en donde le hizo bailar a toda la familia de comuneros con su música. Todos los presentes bebieron licor y estuvieron borrachos, como de costumbre se quedaron dormidos con los otros en la casa del mayordomo. Don Juan despertó a medianoche mareado, llamó al dueño de la casa y como no respondió en la oscuridad él decidió regresar a su casa en Huando. Al instante salió del lugar caminando bajo la luna por el camino de herradura y tocando su instrumento, cuando estuvo cerca al panteón escuchó gritos de alegría, entonces don Juan avanzó pensando que había una fiesta con algunos comuneros del lugar. Cuando se acercó a la puerta del panteón, varias personas cantaban y comentaban en grupos, entonces le llamaron «Taita Juan Tukaikapullahucacuy tusurnay-kupaq». El músico aceptó amigablemente tocando su pincullo y su tinya a medida que pasaba la hora el músico se dio cuenta que él estaba tocando en la puerta del panteón y que las almas bailaban al

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compás de la música de él. Pasaron muchas horas y seguían bailando las almas, al primer canto del gallo el alma dijo: - Faltanraqmi hora... El señor tocaba incansablemente muy animoso, en el segundo canto, el alma dijo: - Qokrami faltan... Pero el maestro músico proseguía con la música y las almas disfrutaban en el último canto del gallo porque está cerca el amanecer. Un alma dijo a don Juan: - Kunanq repukuña wasiquiman... Él respondió: - Qampas pasakuña. El alma despidió al músico con un agradecimiento apreciable quien continuó su viaje a Huando, llegó a su casa al amanecer se acostó en su cama sin hablar ni una palabra. Preocupados sus familiares, más que nada su esposa quien pensó que estaba muerto. Después de dos días despertó y contó los sucesos de la noche en el panteón.

AUTOR Narciso Teodoro Ccahuana Huamán INFORMANTE Iniani Palacios Quispe

PUEBLO SEPULTADO: «PAMPARHUA Y HUARICUHO» Leyenda

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El lugar denominado PAMPARHUA Y HUARICUHO está a unos cuatro Kilómetros. al este del distrito de Huando, provincia y departamento de Huancavelica; es una hondonada de tierras en declive y a un extremo se encuentra una laguna de poca cantidad de agua. En el lado superior hay un hundimiento de tierra que podemos llamar fractura o deslizamiento por efectos geológicos. Deja una caída de unos cincuenta metros de altura por quinientos a seiscientos metros de ancho y de largo un aproximado de tres Kilómetros. En lo ancho del deslizamiento; al pie hay una piedra parada de unos treinta metros de altura, semejante a un monumento. Su punta adornadas de ichu tiene la forma de medio cuerpo de un hombre, con pelos, ojos, nariz, boca y mira fijamente a cualquier lado. Da la impresión de un hombre colérico; pues nadie se atreve pasar cerca ni subir, por que dice que puede hacer daño o volver en estatua de piedra. A esa enorme piedra lo llaman «HUARICUHO», en su contorno hay bosques de piedras de todo tamaño, hundimientos y socavones. En la temporada de lluvia cae gran cantidad de agua y desaparece en su totalidad y no se sabe por donde existe la salida. La leyenda dice... que en los tiempos muy remotos era un pueblo muy progresista y un día sus habitantes realizaban una fiesta y banquete general, en esa ocasión se había presentado un anciano con su bastón, todo harapiento, con hambre y sediento, pues le pidió caridad de algo que comer y beber. No le hicieron caso ni le dieron importancia, continuaban con la fiesta y los banquetes. Entonces, maldijo al pueblo y se retiró el anciano despreciado, advirtiendo que un «TACLLAZO» en la cabecera del pueblo lo hundiría, porque era hijo de Dios. Sus habitantes no le creían ni le hacían caso. El anciano seguía caminando y alejándose del pueblo, cuando estuvo ya fuera de la población, se encontró con una pareja de matrimonio en compañía de sus padrinos, músicos y familiares que les seguía unos tras otros.Los recién casados se compadecieron y dieron de comer y beber, agradecido el anciano por la bondad, los previno aconsejando que al escuchar ruido en la población no dieran vuelta de cabeza para ver, por que iba a hundirse el pueblo, caso contrario se convertirían en estatuas de piedra. En efecto, al cabo de unos instantes escucharon un ruido estrepitoso en la población; voltearon la cabeza y se convirtieron en estatuas de piedra. De ahí que las piedras que se encuentran al frente de Pamparhua, que forman hileras en forma de matrimonio son las parejas encantadas. De la catástrofe sólo se habría salvado la torre de la Iglesia con la campana que daba saltos repicando. Al pretender escaparse saliendo al extremo del hundimiento, se habría quedado convertida en una piedra de tamaño grande a la entrada de Pamparhua y tiene un sonido cuando se le avienta una piedra encima de donde retorna a su sitio en las noches de llovizna y colocándose al medio de la laguna llama a sus antiguos habitantes, en ese momento no se puede llegar porque se quedaría convertido en piedra. Por cuya razón lo llaman «PAMPARHUA», que significa ciudad enterrada y «HUARICU-HO», malo o personaje serio.

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Esta misma versión narran los habitantes de la laguna de Paca de la provincia de Jauja del departamento de Junín; como los de Acolla de la misma provincia. AUTOR Fabián Serpa Mendoza INFORMANTE Julian Serpa Valencia

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IZUCHACA HISTORIA DE LA VIRGEN DE COCHARCAS Y NATIVIDAD

Del departamento del Cusco escaparon dos hermanas huyendo de la esclavitud española, eran hijas del Dios Sol, la primera se llamaba Cocharcas, y la segunda Natividad. Caminaron día y noche sin rumbo definido y después de tanta caminata llegaron a Izcuchaca, que era un pastoral del distrito de Conaica. La Virgen de Cocharcas tras un descanso de tan agitadora caminata, dio una pestañeada y se quedó encantada, convirtiéndose en piedra. La gente de Conaica mientras pastaba sus ovejas vio la piedra y hallaron encantada a la virgen, la recogieron y la llevaron con un alboroto de fiesta a Conaica. Al día siguiente los pobladores se fueron a la iglesia, para verla y se dieron con la sorpresa que ya no estaba. La comunidad conaiquina bajó a Izcuchaca y vieron que la virgen se hallaba en el mismo lugar que la encontraron. Cuando uno de los pobladores quiso alzarla para llevársela nuevamente a Conaica sintió que pesaba demasiado y que no podían levantarla. La gente dijo que la virgen no quería irse, construyéndole su

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Iglesia donde ahora se encuentra la actual Iglesia y por eso sus simpatizantes y creyentes poblaron Izcuchaca. La otra hermana llamada Natividad llegó más allá, hasta Larmenta, donde llegó a descansar y también se convirtió en piedra y los pobladores la encontraron y le hicieron su respectiva Iglesia pero ella no quería estar allá, se salía todos los días a caminar. Una noche, a la gente del pueblo se les reveló en sueños diciendo que en su memoria se haría una fiesta con bailarines «negritos» porque la Natividad era defensora de los esclavos negros traídos del áfrica por los españoles. La virgen se quedó después en la Iglesia que le hicieron. La encontraron el ocho de septiembre. RECOPILADOR Tania Rios Santiago INFORMANTE Julia Ríos

CONSTRUCCIÓN DE LA IGLESIA DE IZCUCHACA Leyenda

Izcuchaca es un lugar muy precioso por su ubicación topográfica y por su clima templado, por donde recorre el río Mantaro, que en todo el valle de Izcuchaca se encuentran árboles como los duraznos, guindas, tunas, nísperos, lúcuma, y los cedros, eucaliptos, pinos, y muchos árboles más, que adorna este histórico distrito. A unos cuatro a cinco kilómetros aproximadamente, por camino de herradura se encuentra el distrito de Conaica, que celebran la fiesta de la Santísima Trinidad ya tenía su Iglesia por ser más antiguo.

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Izcuchaca en el año de 1807 aproximadamente, se titulaba «Pueblo de la Santa Cruz de Izcuchaca, anexo de la doctrina de Conaica». Pero cuando ya alcanzó una buena cantidad de pobladores, era necesario contar con una Iglesia. Una tarde se encontraba pastando carneros una pastorcita en un monte de yerbas, de molle, tara, y mientras hilaba (puchcaba) y cantaba se tropezó con una piedra de regular dimensión, plana cubierto de tierra y musgos, en esos instantes la pastorcita pensó que esta piedra serviría de «batán» y se puso a limpiarla, se sorprendió al ver en la piedra el rostro de una mujer teniendo entre sus brazos a una criatura. Entonces avisó a sus padres y éstos a los integrantes de la comunidad y todos atribuyeron que era una patente aparición de la Virgen, y que el taita cura inmediatamente señaló el nombre de «La virgen de Cocharcas». Entonces surgió la discusión y el egoísmo, y algunos pobladores decía, yo regalo el terreno con la condición de que se levante la iglesia en mis propiedades y ayudado por otros trasladaron la piedra al lugar designado, pero al día siguiente, como por encanto apareció en el mismo lugar en que lo encontró la pastora. Otro día los pobladores de Conaica con acompañamiento de una orquesta y fieles se robaron la piedra, pero también volvió a su lugar de origen. Convencidos de que la Virgen deseaba que levantaran su casa en el sitio en que ella había hecho su aparición, los del lugar es decir, los izcuchaquinos construyeron su iglesia. Los superiores eclesiásticos, por el gran esfuerzo desplegado y por la revelación milagrosa de la Virgen premiaron con el título Santuario de Izcuchaca. Desde entonces festejan con gran solemnidad el primer domingo de octubre de cada año en gracia y como recuerdo de su aparición. RECOPILADOR: Moisés Acuña Acuña

IRONÍAS DE LA VIDA «LA SEMILLA: HAY QUE ESCOGER»

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Es la historia de un izcuchaquino muy peculiar, muy popular. Es el hombre del pueblo presente en toda alegría y en todo dolor, odiado hasta los tuétanos por su carácter belicoso, explosivo y grosero; pero también admirado por sus ocurrencias muy memorables. De estatura pigmea, su cara como de papa vieja, tez grasienta y de vestir sucio y deslucido como si ofendiera al shampoo y al jabón. Solía decir: ... Mi presencia será ridícula, ¡pero se me respeta! Es la otra cara de la medalla, de un joven estudioso, ordenado y responsable. Este personaje es producto de la universidad de la vida: duro de corazón, de sentimiento, vive resentido con todos porque los avatares de la vida marcaron en él muchas huellas que no cicatrizan, recuerdos que duelen en lo profundo de su alma. Tal vez porque es hijo del azar, que no conoció el calor de sus padres, que nació pobre, triste y abandonado. Cuando recuerda este pasaje de su vida, dice: - ¡Soy hijo del río, del aire y del viento! ¡ Mi padre es el Sol; mi madre la Luna y las Estrellas son mis hermanitos! ¡Mi colchón es el suelo, la piedra mi almohada y el pajar mi frazada! ¡Pobre nací, pobre es mi vida y pobre será mi muerte! Para llevar una vida sin sobresaltos aplica su astucia y habilidad. Por ejemplo, para conseguir el trabajo que hoy ostenta como portero-guardián de una Escuela, incursionó en la política y fue militante del partido del APRA en la época de Alan García, y para asegurar sus alimentos y tener compañera, contrajo matrimonio. No es ningún zonzo. Ahora tiene un sueldo y esposa y se relaja a pierna suelta. Habitualmente está a la búsqueda de alguna reunión o Fiesta donde haya abundante licor. En algún velatorio, es el personaje más acongojado que acompaña día y noche a los atribulados dolientes. En las zafa-casas es el más bullanguero y afanoso hombrehormiga, que todo por un copón de «cañazo» corretea escaleras arriba y abajo cargando las tejas o el barro; abriendo camino y gritando: ¡Permiso... carajo! ¡Hombres trabajando! En los matrimonios, se las ingenia para colarse a la cocina y hacer las veces de «mozo» o ayudante de cocina y si engatusa a algún ingenuo padrino se coloca de «despensero»

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para luego ser dueño de la Fiesta, y así por el estilo; en cada Fiesta es un personaje aparte, como ven, todo lo fácil de la vida. Si en algún momento, alguien le provoca una conversación sobre temas como: el estudio, trabajo, higiene, aseo, responsabilidad éste amigo, se ofusca, se enfurece y ataca con groserías. Mejor es evitar esos temas. Si se quiere una reunión amena, a éste personaje se le tiene que alabar, tratarlo con cariño, con respeto decirle «Cocon» «Coquito» que es el apelativo que mas le agrada. Una tarde había varios profesionales académicos que parlaban sobre grados, maestrías y doctorados y Coco se soltó una de sus ocurrencias: ¡Señores, yo estudié primaria en Ninacaca; Secundaria en Huamancaca; Superior en Potosí, Masterado en Acapulco y mi Doctorado en Luxsonburgo! Arrancando de los oyentes una sonora carcajada, y como estaba con la chispa lúcida le pidieron otro chiste, que gustoso accedió y dijo: - Les voy a enseñar algunas palabras del quechua huancavelicano y verán que toda palabra termina en «rani»: Micurani, tusurani, pucllarani, wajarani. Y también les voy a enseñar algunas palabras del dialecto Wanca y verán que toda palabra termina en «culo»: Micuyculo, tusuyculo, pucllayculo. Coco es una persona que tiene bondades y defectos, como todo humano; pero no es un buen ejemplo para la niñez y la juventud; por eso, la semilla hay que escogerla. RECOPILADOR Hugo Serpa Torres

EL DUEÑO DE LAS FIESTAS DE AÑO NUEVO

Esta Fiesta, es esperada por Coco con un inusitado interés. Con una calculada anticipación ha preparado su disfraz: pantaloneta larga de color blanco, con bastas adornadas con croché; un saco oscuro adornado con pañuelos variopintos prendidos con un imperdible; máscara de metal al estilo colmenero; sombrero y pañuelo para la

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cabeza, matraca, bastón de madera adornado con un cuerno de toro que servirá para invitar chicha a las amistades. En la víspera a Coco se le ve, afanoso para ganarse el mejor lugar dentro de los bailarines, pero, su estatura no le favorece. Él quiere ser guiador pero consciente que no tiene los méritos suficientes, será el más entusiasta para sacar cara por su barrio que es Cabildo. El día central, los bailarines haciendo dos hileras, intercaladas por hombres y mujeres bailan cadenciosamente el zapateo que hace retumbar el piso de cemento del parque y la Plaza; la orquesta típica es traída desde la ciudad incontrastable de Huancayo, cuna de músicos para ésta ocasión. Coco, es la atracción de chicos y grandes, hace lo imposible para figurar: guapea, agita su matraca, se contornea de un lado para otro y zapatea con un gusto especial. A cada rato pide: ¡orquesta, carajo! ... En la pausa, se acerca a los distinguidos de Izcuchaca, para desearles: ¡Feliz año mama Cata! ¡Feliz año tío Elías! ¡Feliz año madrina Feliza! Y así a todos los que encuentra a su paso. Luego comparte algunas cervecitas con su collera de infancia. Allí está con Chíllico, chiwacos, Gringol, Rin tin tin, Cuchi Macho, Canca-supi, papinco, majato, Caputito y otros. Entre risa y risa recuerdan su infancia, las palomilladas de la escuelas, las tomaderas de pelo a los profesores, su debut en el sexo y el amor . Interrumpe un momento y grita: ¡Estoy valiente para el trago; cobarde para el trabajo; sufrido para los hombres; pero ardiente para las mujeres! ¡El comer es placer de chanchos... el tomar es placer de dioses y bailar... virtud de los grandes! Luego, tiene que cumplir con su obligación de bailar con su grupo, caso contrario será expulsado. La costumbre es ley. El día 2 de enero es el encuentro de los dos bandos: Tambillo y Cabildo para los cuales ambos mayordomos se han preparado para ganar el concurso, tanto de orquestas como de bailarines. Los jurados Calificadores son las autoridades y hay buenos premios. La plaza está abarrotada de gente y visitantes de los pueblos vecinos porque el «Japinacuy» es en todo orden. Música, bailes, tragos, barras, globos, etc. El público tiene sus preferencias, al final cada quien defiende a su barrio, la policía tiene que redoblar el resguardo y los jurados a cada instante piden calmar los ánimos. La fiesta es todo furor. Coco, para el «Japi-Nacu» tiene la preferencia de disfrazarse de «LATAS-MACHO» que es el personaje de un viejo harapiento, especie de un pordiosero que cargado de espinas y empuñando un látigo baila correteando y brincando, poniendo orden y disciplina y abriendo campo para sus bailarines. Cabe señalar que el «Latas-macho» es el terror de niños y de los perros que deambulan en la plaza, este personaje tiene que hacer reír al público y Coco, tiene esas cualidades. Al día siguiente la mayoría de los fiesteros amanecen con una terrible resaca y Coco aparte de ello estará con el cuerpo

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maltratado de tanto zapatear y con escaso físico para continuar bailando; pero la fiesta continúa, recorriendo tienda por tienda pidiendo una colaboración consistente en cerveza, aguardiente, coca o cigarro a lo que los mayordomos llaman el «HUASI-CUY» y de paso invitará al banquete preparado especialmente para sus colaboradores, amistades y público en general. A eso de las 2 de la tarde el mayordomo casa por casa invita a la gente y al compás de la orquesta se dirigen a la casa de la mayordomía donde los platos serán a base de carne y culmina con una cervezada, la comida es para todos, chicos y grandes tienen que degustar los platos. A estas alturas ya existe el nuevo mayordomo para el año siguiente, y todos tienen que anotar su colaboración voluntaria y los bailarines renovarán su sentimiento por su barrio preferido hasta cumplir siete años continuos que es la creencia que se tiene dicen para satisfacer el deseo del «Niño Jesús», en este caso «niño Tambillo» o «niño Cabildo». También han habido años en que no hay mayordomo de uno de los barrios, entonces los cobarrianos hacen una colecta para contratar una orquesta sólo para el día del «JapiNacuy» y a esto llaman YANA-CANCHA. Coco, para cumplir bien con la Fiesta de Año Nuevo a tenido que ahorrar dinero para su disfraz aún a costa de castigar su estómago y el de los suyos, tiene que guardar la apariencia de estar bien económicamente. En ocasiones se le ha visto jactarse de ser platudo y a llegado a quemar billetes de 20 ó 50 nuevos soles ante la mirada atónita de los presentes. Esta no es la historia de una irracional imaginación, es la vida tempestuosa de Jorge Bada, «Cocon», el hombre folklórico, del pueblo, estimado y odiado hasta el paroxismo, cuyo carácter violento, grosero y diabólico ha dejado huellas, dramas, veleidades como maldición telúrica en el pueblo de Izcuchaca. Donde nació, creció, vive y será su sepultura. Más Izcuchaquino que la tuna o el durazno, que ama esta tierra a su manera, con un deseo insaciable, que para el que escribe estas líneas ha sido difícil hacer una meticulosa observación. Estamos ante una puerta nueva del siglo XXI, hermosa y moderna y es el momento de buscar nueva vida ante los escombros vividos ante un pasado nauseabundo, indecoroso para las nuevas generaciones, esa nueva vida que sea ejemplo para la posteridad.

RECOPILADOR Municipalidad Distrital de Izcuchaca

LA FIESTA DE MAYO: SEÑOR DE CCEHCAMARCA

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Es la Fiesta patronal y se celebra el domingo de Pentecostés. El mayordomo con mucha fe y devoción asume la delicada y titánica tarea de organizar la gran fiesta. El calendario festivo se inicia en el mes de agosto con el ancestral «CHAPRA-CUY» que es seleccionar chamiza; es decir leña menuda de arbustos como chilca, ccechoca y molle. Los varones provistos de machetes, papapicos, chafle y sogas, acudimos al pie de algún cerro que generalmente es Bado sachamarca o Chulloca, para iniciar nuestra faena que animados por la chicha de jora y aguardiente traídos de Vichaycoto, Monobamba o Chanchamayo, coca, cigarro y la infaltable cerveza tenemos que demostrar nuestras destrezas y mafias en el manejo de la leña, que servirá para las futuras actividades de la mayordomía. El «chapra cuy» es animado por dos parejas de campesinos que dominan el arte del «pincullo» y la «tinya» dos ancestrales instrumentos que servían para animar las faenas comunales, de la siembra, la cosecha y otros. En esta actividad, se pulsea o se mide cual termómetro, el grado de entusiasmo, atención y voluntad de los mayordomos. Si pasan la prueba, es probable que habrá buena fiesta y el "populorum" se encarga de propalarlo dentro y fuera de Izcuchaca. Luego, vendrá el esperado «YANTA-CUY», que se programa dos días, un sábado y domingo del mes de octubre es obligado contratar una banda de músicos pues, los mayordomos con la confianza ganada del pueblo han hecho el anuncio un viernes por la noche. El sábado por la mañana después del suculento desayuno consistente en papachupe o mondongo, los mayordomos varones con la bandera nacional, sus mantas en la espalda, sombreros y al compás de la música del Yanta-cuy, entonado por la banda de músicos se dirigen a los lugares donde han obsequiado árboles de eucalipto, molle o cedro para trozarlos con motosierras y conducidos por los varones a la casa del mayordomo, a media tarde los mayordomos acompañados por sus compadres se reúnen alrededor de la imagen del Señor de Ccechecamarca, luego invitan al «MISKIPA». Las comadres llevan flores artificiales, artísticamente diseñados, que son ofrecidos al Señor para luego ser colocados en los sombreros y mantas de los mayordomos por el compadre de mayor edad o el más antiguo. Al finalizar la tarde, se da inicio al «CHIWI», costumbre en la que solamente las mujeres lo presiden la mayordomía, enrumban a cargar leña y troncos de un árbol especialmente trozado para ellas. El retorno es entusiastamente esperado por los varones porque las damas ponen el toque de sabor a la fiesta, ellas entonando los conocidos jarawis entran a la casa de la mayordomía; luego es de imaginar el entusiasmo desbordante en la multitud. Al día siguiente, continúa el Yanta-cuy; los varones formando grupos y en audaz competencia proceden a rajar los troncos para leña, cada grupo se ha provisto de

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combos, puntas y sogas, siempre al compás de la banda de músicos que para la ocasión entonan alegremente el «CULLU-HUACCHAY». La leña tiene que ser apilada formando una buena estructura, que sirve de base para que la pareja de mayordomos trepen sobre ellas, quienes tirando galletas, caramelos, frutas y dirigiendo algunas palabras de agradecimiento, esperan ser rescatados por los compadres debiendo pagar con diversos licores su rescate. Así concluye el Yata-cuy con baile general en la plaza. Los meses de noviembre y diciembre, están programados para realizar el «YAYKUPAKU», costumbre que sirve para invitar y recordar a las personas sus obligaciones como colaboradores. Esta costumbre consiste en la preparación de ricos bizcochuelos, bollos, rosquitas, jallullas, bizcochitos, mantecados todos a base de harina de trigo puro y huevos de corral, hechos especialmente por las hábiles manos de mujeres izcuchaquinas y de diestros panaderos; para luego ser entregados a los colaboradores, familiares, amigos y pueblo en general. Hay obsequios especiales según la importancia y valor de cada ofrecimiento, entonces el mayordomo tiene que entregar el obsequio en una canasta y acompañando su caja de cerveza, chicha de maní y jora y su pierna de lechón. En la población se reparte generalmente en la noche y se ingresa a las casas entonando una canción que es exclusiva para la ocasión y se llama «MAYHUACHA» cuyas letras son: Mayhuachallay mayhuachallay Mayhuachallay, mayhuachallay huasiymanta llocsimuni soccos hina vacio soneco (bis) Huasiymanja cutiycuni chuchau Jina sonccosapa Mayhuachallay, mayhuachallay mayhuachallay, mayhuachallay ñoccallaymí jamuchcaiqui Taita Ccecheca servinaipaj (bis) Taita Ccechcca servicuyja ancha sassam cacullascca (bis) Mayhuachallay, mayhuachallay Mayhuachallay, mayhuachallay ñoecallaimi jamuchcaiqui tuta tapas punchau chaspa quichca tapas sarullaspa rumitapas mitcallaspa chasquiy cuhuay, chasquiy cuhuay rupa rupa tantachaita

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chasquiy cuhuay, chasquiy cuhuay chambra chambra misti chaita (bis). El Yaykupaku, es la tarea más agotadora e incansable, que pone a prueba la fortaleza del mayordomo. A estas alturas de las celebridades invade la debilidad y el desánimo en ellos y es cuando deben cargarse de energía y vitalidad, porque es la prueba que impone el Señor. Al final se percibe el manto protector del Altísimo, que es el Señor más respetado y temido por propios y extraños por sus castigos severos a las personas que alguna vez se mofaron u ofendieron de su imagen. Con este cumplimiento el mayordomo espera la fiesta central que recae en el mes de mayo. Ahora su mayor preocupación se centra en contratación de una de las mejores bandas de músicos de la ciudad de Huancayo

LA FIESTA CENTRAL La fiesta dura cinco días, las familias izcuchaquinas se han preparado con inusual emoción la llegada de la fiesta, han arreglado la casa, han preparado camas para los familiares y amigos que vendrán de Lima, otras ciudades y del extranjero. Coco Bada, es uno de los más singulares entusiastas que el primer día de la llegada del tren, «macho» estará saludando a los recién llegados como la familia: Aguirre, Cabanillas, Manrique, Bautista, Serpa, Miranda, Sánchez, Matos, Campodónico, Castellares, Gálvez y Cáceda entre los más notables fiesteros que hacen su arribo al pueblo y son quienes realzan la fiesta. Van quedando atrás los tiempos en que la familia Gálvez Cox, ofrecía pachamanca a todos los asistentes, en su finca del barrio Tambillo. La noche del día sábado, es la gran víspera y el encuentro de copoblanos, amigos de infancia, amores perdidos, compañeros de promoción, y también día de la reconciliación con alguien que se haya enemistado. Ya se hizo costumbre que los residentes izcuchaquinos buscan sus «minas», los platudos limeños que hacen gala de buena posición económica son quienes ponen los tragos. Solamente hay que ser zalameros y adulones y dejar que sólo ellos hablen. El Coco Bada y otros conocidos como el Churre, Jala Mati, Mangocho, el Gringo, Astico; son viejos sabuesos del trago y se las ingenian para gozar de la Fiesta. También las antiguas colleras se reclaman entre sí y rememoran antañas aventuras de la escuela, los paseos a Aguas Calientes, Larmenta, Tambillo, Ccechua, que fueron lugares de la infancia y hasta dejan escapar algunos suspiros. Aquí vale recordar un dicho que se a hecho popular... ¡Quién a venido a Izcuchaca y no a chupado con Coco Bada, no a llegado a Izcuchaca! Entonces hay quienes incluso se toman algunas placas para demostrarlo en Lima.

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Conforme va llegando la noche, la víspera se va haciendo más pomposa, porque va llegando auto tras auto, el ambiente se torna más festivo y la gente va llenando la plaza; los saludos y abrazos están al orden del día. A las ocho de la noche hay misa de víspera y culminada ésta se carga en procesión a la Santísima Cruz del Señor rumbo al «TOLDO» especialmente diseñado con las mejores frazadas, colchas y sábanas que se levantan en la plaza mayor haciendo una especie de capilla, donde abundarán los cirios, ceras y flores ofrendados por los devotos quienes en sus oraciones y plegarias dan gracias al Señor. El programa continúa con el recojo de los espectaculares castillones y al compás del toril se van colocando ordenadamente en toda la plaza mientras tanto en los grupos de familias o amigos no faltan la rica y espumante cerveza y las preguntas del momento: - Oye ¿qué tal... y qué dice Izcuchaca, qué novedades? - ¿Qué obras están haciendo? - ¿Qué tal el Alcalde? - ¿Por qué están sucias las calles? - ¡Es una vergüenza que Izcuchaca no tenga servicios higiénicos! Y otras preguntas: ¿Qué jermitas han llegado? … - Oye, la Satuca ha llegado toda pituca, con lentes y botas y ahora se llama Vanessa. Te acuerdas que era más fea que un estado de coma... Todos son chismes, dimes y diretes, otros van contando chistes colorados, chistes de huantinos, de curas, de policías. Quienes son especialistas contando chistes eróticos son el Chillico y Chanquil. Cerca de media noche, se da inicio a la gran víspera, con quema de juegos artificiales que iluminarán el cielo izcuchaquino: Castillones de dieciocho, veinte y veinticuatro tiempos; toritos de luces con buscapíques y globos aerostáticos. Hay baile general y la banda de músicos y los conjuntos musicales se prodigan en ejecutar su mejor repertorio, la gente reclama el «CHIWILLITO NEGRO» huayno izcuchaquino que la gente lo canta a toda garganta. El júbilo continúa toda la noche, hay derroche de dinero, nuevas conquistas, los callejeros amores reconciliados, las promesas eternas. Hay licencia para todo un poco, Sodoma y Gomorra porque también hay perdición; al día siguiente habrán muchos que no retornarán a sus casas. A las cinco de la mañana del domingo se da inicio al «DíA ALBA» que es el anuncio del día jubilar del Señor de Ccechccamarca. El albero, quién debe ser un especialista en pirotécnica, porque tiene que hacer retumbar la madrugada con quema de bombas

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japonesas, camaretazos, triángulos, palmeras, troyas, petardos de dinamita, cohetes de dos, cuatro y seis tiempos al estilo huanuqueño. Como alberos tienen su fama la familia Martínez Chanco y los hermanos Manrique; aparte y el albero tiene su grupo selecto de chicas que con teteras en mano invitan sus mejores tragos, calientitos de casa de Monobamba, Vichaycoto, y macerados en guindones y chuchuhuasi, remedio para el alma enferma. A las siete de la mañana el mayordomo invita a la población a tomar un reparador desayuno, consistente en un delicioso mondongo que carga las energías perdidas. Para las diez de la mañana hay que estar serenos y sanos para asistir a la Santa Misa, los Mayordomos impecables en su presentación y con sus bandas pectorales de estreno, tienen que hacer un esfuerzo para demostrar al Cura su ecuanimidad, de lo contrario el sermón será con café bien cargado. La Misa es solemne y pomposa y la Iglesia queda abarrotada de feligreses sumidos en un catolicismo de profunda fe y devoción cristiana, al interior se observa un coro polifónico bien uniformado que ejecutan canciones religiosas de renovación espiritual, también los diáconos dan un marco especial a la solemnidad. Luego sale en procesión la milagrosa Cruz y Trono del Señor, con el acompañamiento de cruces de los pueblos vecinos, autoridades religiosas, civiles, militares y fieles en general. En cada esquina de la plaza están los ALTARES, decorados artísticamente por damas izcuchaquinas, como doña Marta Huarcaya. Culminada la procesión, la cruz es cargada al Cerro Ccechecamarcas. La peregrinación a la cima del cerro es lenta y pesada por el agobiante sol de la tarde, los que más sufren son los gorditos y los visitantes; en el trayecto hay chicha, pachamanca y una vez llegado a la cumbre hay premios que recibir: polos, llaveros, recordatorios y bien ha valido el sacrificio. Mientras tanto en la plaza hay presentación de orquestas con bailarines Chonguinos venidos desde Huancayo, por la noche continúa el programa con el «TORO VELAY» que da el inicio a la víspera de la fiesta brava donde se quemarán los temidos «RUNATOROS» o toro de cohete que es cargado por un valeroso y temerario hombre que tiene que estar animado con unas copas. Ese personaje es Coco Bada que hace su show, aparte espantando a la gente ubicada en los andenes de la plaza, lo que provoca alegría y desorden, en ocasiones recibe encargos especiales para dirigirse al grupo de los pitucos izcuchaquinos que la gente lo moteja como los «jalacunas» y cargosean a la mancha de perico Gálvez, Chorocoto Matos, Pedro Aguirre, al Gringo Sánchez; la Banda viene animando con el toríl que la muchachada los baila cabreando a los «Nina Toros». El día lunes es la GRAN CORRIDA DE TOROS en la plaza principal el día es netamente taurino y el programa empieza con el recojo de huallccas; toritos de plata; divisas; cinta para los obligados; los toros de muerte, también la recepción y encierro en el coso de los toros de lidia y pañuelo que deberán jugar por la tarde, éstos animales son traídos desde

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lugares lejanos como es Soracocha, Curabamba (Vilca), Tambopata (Nuevo Occoro), Pampalanya (Huando) y de criaderos de Acostambo. Al iniciar la tarde y con la plaza totalmente llena viene la presentación de la cuadrilla de toreros semiprofesionales venidos desde Huancayoy, Sicaya u Orcotuna. El ambiente se anima con la presentación de parejas que bailan marinera, Pasos Dobles y pasacalles. En el palco de honor se encuentran las autoridades y personas notables deleitándose con la refrescante y espumosa cerveza. Empieza la tarde taurina, pero el público reclama a gritos la presencia de Héctor Marmanillo, el torero izcuchaquino conocido como «Cuchi-macho», quién en sus años mozos realizó memorables faenas y aún a sus cuarenticinco años le queda algunos pases; también es jocoso ver algún intruso borrachín que siempre no falta en las corridas de toros, como desafiar a las bestias solamente con su pañuelo o su chompa. La corrida es bien comentada, si hubo muertos o heridos, caso contrario pasa inadvertido. La finalización de la corrida es con baile general y reparto del «CAÑAQUINTO» (caña de azúcar) por todas las calles y ambos puentes de la localidad. El día martes es el GRAN CONVIDO, ofrecido por los mayordomos a sus colaboradores, invitados familiares y pueblo en general quienes contribuyeron al éxito de la fiesta. Luego viene la retreta y baile general en la plaza animados por la banda de músicos quienes ejecutan música de despedida como: «coca-quintucha», «adiós pueblo de Izcuchaca», «paja brava», «chiwillito negro» y otros más, esperando que los paisanos retornen pronto a la tierra santa y querida. La despedida es triste, la estación del tren se encuentra concurrida con los viajeros de retorno lágrimas y abrazos de despedida: mamá, papá, cuídense..., les llamaré por teléfono, me despido de mis tíos primos, saludos para tal y cual persona y hasta para el perrito «dólar» que se queda triste.

REFLEXIONES Todos hacemos historia. Unos por el lado bueno y otros por el malo; en el mundo hay una pugna entre el bien y el mal. Nuestra sociedad está corroída por grandes males sociales, como son: la inmoralidad, la corrupción, la delincuencia, la prostitución, la drogadicción, el soborno y otros que sumado a los quince millones de peruanos que viven en pobreza esta tercera parte en extrema pobreza, la falta de trabajo y de oportunidades han hecho de miles de peruanos el constituir una sociedad chicha, en el que el vivo vive del zonzo y se ha ingeniado mil maneras para poder sobrevivir. Izcuchaca no escapa a esta realidad siendo un pueblo pequeño, hay proliferación de fiestas durante el año, hay centros de diversión, las cantinas siempre tienen clientes, hay madres adolescentes. En este contexto es difícil encontrar personas que sirvan de paradigma para los niños y jóvenes, los defectos priman sobre las virtudes.

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Por eso que no cause extrañeza haber contado la historia de un personaje del pueblo que todos los días se ve en la rutina de estar buscando fiestas o reuniones donde haya trago, cigarro y alegría. En ella encuentra placer, satisfacción y se ha hecho costumbre en su atribulada vida, aunque el dicho popular dice: EN LA ESQUINA DE LA VIDA SIEMPRE HAY UN PUÑAL QUE NOS AGREDE; PERO TAMBIÉN HAY UNA LUZ QUE NOS ALUMBRA. No hay que caer en la furia de la frustración, del desánimo, ni quedarse a mitad de camino, hay que tener la suficiente fuerza de voluntad para buscar los triunfos en base a sacrificio, tesón y pundonor. Debemos construir una nueva sociedad con paz, pan y libertad.

RECOPILADOR Víctor Hugo Serpa Torres

LA CUEVA DEL DIABLO DE LARMENTA

En el anexo de Larmenta, a tres kilómetros del distrito de Izcuchaca, hacia el norte. Existe una cueva no muy profunda llamada «Larupa Tienda» más conocida como la Cueva del Diablo. En dicha cueva se pueden apreciar tres sillones de piedra debidamente alineados y pulidos. La del centro es la más hermosa y las de los lados son más pequeñas. El piso está cubierto de fina arena donde se observan huellas y rastros de personas y de animales. Entre los años de 1912 y 1922 este lugar se había convertido en un sitio tenebroso porque con frecuencia eran atacados o se les presentaba el demonio bajo la forma de un ser querido, amigos o animales. Eran engañados y desaparecían del lugar viajeros y transeúntes, esto sucedía con frecuencia.

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Generalmente se oían gritos de auxilio y estas personas eran sentadas en estos sillones de piedra o tiradas al suelo. Algunas salían dementes o se les encontraban en medio del río desnudas y golpeadas, otros en lugares inhóspitos o abismos. Los ataques eran tanto de día como de noche, eran sorprendidos en medio del paraje, pero nunca recordaban nada de lo sucedido. En vista de tantas desapariciones y muertes un grupo de personas viajaron a la ciudad de Huancavelica a informar de los suceso a los religiosos para que realicen conjuros y bendiciones en la cueva. Colocaron cruces en sus esquinas pero esto no fue suficiente, ahora con más ira y venganza fueron atacados los transeúntes y aún los niños. El obispo tuvo que viajar para bendecir y hacer misa todos los días durante un año. En total existen setentisiete cruces talladas que se observan hasta el día de hoy. Pero aún se cuentan de ataques a viajeros y especialmente a borrachos que son sorprendidos e interceptados. En el lugar todavía se siente, a veces, un fuerte olor y ruidos extraños.

RECOPILADOR Katy Ayala Matos

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LARIA MATÍAS HUARCAYA Y EL ALMA EN EL PANTEÓN DE LARIA Cuento

En Laria hasta la fecha se acostumbra hacer el entierro en las noches a los párvulos y niños que mueren. Un día murió el hijo de don Matías Huarcaya. Después de los velorios lo llevaron a enterrar en el panteón. Aproximadamente a la una de la mañana, llegaron al panteón, tomaron el aguardiente chaccharon coca, así todo lo hicieron; pero los que habían ido acompañando el cortejo no se habían dado cuenta que don Matías se había retirado fuera de la multitud y se había quedado dormido entre los matorrales que existía en el panteón. Algunos de ellos, ya en la puerta, echaron de menos a don Matías, y dijeron que ya se habría ido a su casa; diciendo así se fueron todos a la casa de don Matías. Llegaron a la casa pero no había don Matías por ninguna parte, inmediatamente regresaron al panteón, algunos fueron comisionados, a buscar a don Matías, pensando a lo mejor que se habría dormido por allí en un rincón. Llegaron a la puerta, entonces los comisionados sintieron una gran bulla dentro del panteón y se preguntaron: - ¿Pero... quiénes habrán quedado? Parecen varios los que están haciendo bulla ... Luego entraron y buscaron a don Matías; por fin lo encontraron, semi muerto y asustado, le auxiliaron y dieron agua para que tome y así reaccionó y le preguntaron, qué había pasado con él. Don Matías empezó a contar que aparecieron bastantes almas y lo cogieron del suelo de donde estaba durmiendo diciendo: CAYCCAYA CAY OPACCA QUEDARCCOSCC, que quiere decir: Aquí había quedado este opa.

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Don taita Matías siguió contando que las almas se pusieron en círculo, que le hicieron parar en medio de aquel círculo, luego una de las almas lo pateó. Y luego otra alma también lo pateó. Contó que él parecía una pelota. Una tras otra las almas lo iban pateando. Bueno así estuvo don Matías sin caer al suelo, como una pelota, rebota y rebota, las almas estaban jugando con taita Matías, ya cuando sintieron las almas que la gente entraba al panteón, una de las almas lo dejó caer al suelo, a Matías Huarcaya y éste se quedó desmayado. Por eso no vale dormir en el panteón.

RECOPILADOR Angel Dámaso Pariona Solano INFORMANTE Damaso Pariona Ordóñez

El CHOFER QUE SE ENAMORÓ DE DAVI O MAL ESPÍRITU Cuento

No hace mucho tiempo, del cual quiero recordar, siguiendo un camino diverso en la sierra, en la frondosa rocosa barrosa y una variedad de ríos del distrito de Laria, de habitantes modestos, viviendas entre los cerros en las orillas de los ríos y del campo hay los árboles se multiplican dando sombra a los lugares y que al sembrar en sus tierras todas las flores dan fruto que al madurar revientan y sus pajarillos trinan por las mañanas alegremente. Lo que les voy a contar no es cosa rara pero sí misteriosa. Cierta tarde un camionero que llevaba ajos se estacionó en el barrio Vista Alegre, del mencionado distrito donde el

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chofer se puso a dormir y se despertó aproximadamente a la una de la mañana y luego escuchó en las faldas del cerro llamado Wisa Orccon que gritaba davi davi o eso era mal espíritu y después del susto siguió durmiendo. Luego, posiblemente a la hora del canto de gallo, el chofer bajaría a las quebradas o a las cuevas. Así fue, a la madrugada el chofer comenzó arrancar el motor de su camión y siguió la ruta recorriendo aproximadamente una hora entrando a una quebrada profunda y silenciosa al pie del cerro Wisa lugar llamado Alama Huacco; allí se presentó una pasajera la cual hizo parar al vehículo diciendo: - Llévame a Huancayo. El chofer la recogió. Durante el trayecto el chofer le conversaba y preguntaba su nombre pero ella inicialmente no le respondía y viajaba agachada en la cabina junto al chofer y por las insistentes preguntas del chofer le contestó que tenía mucho frío. El chofer de compasión, sacó su casaca y le dio a la muchacha y seguía preguntando qué hacía a esa hora en la quebrada y ella seguía agachada y no permitía que le vean su rostro, sólo decía: tengo mucho frío. El chofer le preguntó su nombre y su dirección, la muchacha le dio su nombre y su dirección. En cada minuto que pasaba el chofer se enamoraba más y más de la muchacha. Al llegar a Izcuchaca le invitó a tomar desayuno pero la joven no quiso. El chofer le insistía. Ante su negativa sólo bajaron el chofer y el ayudante, asegurando la puerta del carro. Entonces fueron a tomar desayuno en un restaurante estacionando su camión en la puerta, dejando a la muchacha en la cabina. Cuando terminaron de tomar desayuno solicitaron una porción de desayuno para la muchacha y le llevaron a la cabina y se dieron con la sorpresa de que la muchacha no estaba en el camión ni la casaca del chofer, sorprendidos ambos no entendían cómo salió la muchacha si la puerta estaba asegurada. Prosiguiendo el viaje, el camionero llegó a la ciudad de Huancayo cumplió de vender sus mercaderías y retornó nuevamente a Laria pensando en la muchacha por la que estaba tan enamorado como un adolescente, y preocupado de su casaca. Al llegar a Laria recordaba la dirección que le había dado la muchacha y buscó dicha dirección y tocó la puerta. Salió una señora y preguntó por la señorita Angélica Quispe, la señora contestó: para qué la necesitaba. Por la insistencia del chofer con voz seria y enojada respondió que su hija había muerto o fallecido así dos meses atrás y el chofer no le creyó y volvió a preguntar repetidas veces que se había encontrado con la muchacha en el viaje. Entonces le dijo la señora molesta, al no ser creída:

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- Vamos al cementerio a ver su tumba si no me crees... Al llegar encontraron su casaca. - Tal vez esto sea tuyo todo arrojada al lado de su tumba - dijo la señora. Sorprendido por dicho acto, muy asustado, el chofer y su ayudante regresaron preocupados al pueblo y pensando en el mal augurio. Y llegando al puente Pachachaca aventó su casaca al río de miedo para no correr el mismo riesgo o destino de la muchacha. Desde esos tiempos se cree que todo chofer que se encuentre con una sola pasajera en el camino no debe recogerla para no correr el mismo destino.

RECOPILADOR Remigio Torres Acuña

MAMÁ PETOCA, SU PERRITO Y SU GALLO

La mamá Petoca era natural y vecina de Laria, quien en su humilde casa vivía juntamente con su perrito y un gallito para que despertara en las mañanas. Una mañana aparecieron algunas personas procedentes de Cachi Coyau-Huando, alarmando a la mamá Petoca, diciendo: nuestros enemigos chilenos ya están cerca para matarnos con todos nuestros animales, luego nuestros productos que tenemos en nuestra casa se van a llevar nuestras pertenencias van a destruir, nuestras casas van a quemar, por eso nosotros nos hemos venido para escondernos por ahí en alguna cueva. Entonces mamá Petoca quedó muy triste y preocupada, también ella fue a buscar escondite por allí, pero antes ella pensó primero en esconder la cebada, habas y otros productos de pan llevar en la cueva que está a unos 1500 metros de la población, la

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puerta de la cueva la cerró con piedras y barro para que nadie pudiera sacar las cosas, luego fue al sitio Paca Huaycco, conversó a sus animalitos: el perro y el gallo, diciéndoles: - Aquí vamos a escondernos de los chilenos, no vas a ladrar y tú gallito no vas a cantar sino los enemigos nos pueden oír. Pero como era su naturaleza y costumbre tanto del perro ladrar como el gallo cantar no se podía impedir por más que le diga cualquier cosa, no comprendían y como era la guarida del zorro, en la noche el zorro volvió y entonces el perro ladró aunque la mamá Petoca tapaba su boca. Igualmente el gallo a las tres y media de la mañana empezó a cantar; así seguía. Luego ya eran dos noches y a la tercera el zorro buscó vengarse con la mamá Petoca porque su casa estaba invadida. Como a las dos de la mañana el perro desapareció porque el zorro lo había atrapado y se lo llevó para comérselo en otro sitio y la cuarta noche hizo lo mismo con el gallo. La mamá Petoca quedó solitaria en la cueva porque a los dos animalitos se los había comido el zorro, ella tuvo que regresar a su casa llorando por sus animalitos que eran los únicos que la acompañaban en su soledad.

RECOPILADOR Dámaso Pariona Ordoñez INFORMANTE Petronila Hilario Mallma

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MARISCAL CÁCERES CAMINANDO SOLO

Caminando solo por la carretera de Mariscal Cáceres, tomé sin saber un camino apartado y después de andar mucho me di cuenta que estaba perdido. En un campo silencioso donde sólo se escuchan el ruido del río y el canto de los pajarillos vi a un joven sentado en una piedra. - ¡Oiga amigo! -le grité, pero no me contestó. Otra vez le grité con más fuerza, y tampoco me contestó. Me fui acercando y al verle el rostro lo reconocí como uno de mis compañeros de estudio llamado Luis. Al preguntarle sobre el porqué estaba allí me dijo que tenía problemas en su casa y que debía irse de Mariscal Cáceres para quizás nunca volver. Me dijo yo era entre todos sus compañeros el más bueno y que siempre le ayudé en los problemas que tuvo. Con lágrimas en sus ojos me dio un apretón de manos y que nunca se iba a olvidar de mí.

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- ¡Adiós Joseías! -me dijo. Yo lo llamé pero él no me hizo caso y se fue lentamente con el rostro apenado. Finalmente regresé a mi casa pero me faltaban fuerzas para caminar por el profundo dolor que sentía por mi compañero de estudio. Cuando llegué a casa me dirigí directamente a mi cuarto a descansar. Momentos después llegó mi padre y me preguntó sobre mi tristeza, le conté sobre mi amigo y que no pude hacer nada para evitar que se fuera.

RECOPILADOR Percy Villalba Bendezú

UN HOMBRE Y EL ALMA

Un hombre trabajaba en el ferrocarril y tenía el oficio de camionero, un día salió de Mariscal Cáceres rumbo a Izcuchaca. Era como la medianoche cuando al llegar al puente vio una sombra oscura. Cuando entraba al puente sintió un bulto pesado sobre su espalda, como si estuviera cargando una roca, esto lo asustó mucho. Entonces la sombra le empezó a hablar pero el hombre no lo podía entender porque era como si estuvieran tapándole la nariz. El alma empezó a asustarle más y cuando terminó de pasar el puente, aquel bulto que sintió había desaparecido. Cuando llegó al campamento algo le molestaba que no lo dejaba caminar, era como aquella sombra del puente. Se arrinconó en los arbustos y entonces pasaron dos

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pistachos, luego se dio cuenta que la sombra le había ayudado para que no se encontrara con ellos. RECOPILADOR Dincy Kety Chanco Alanya

EL CÓNDOR

Un cóndor apareció en la punta del cerro con grabadora, pantalón, zapato, chalina y chompa nuevos, bien peinado cuando ve a una chica pastando en una pampa sus ovejas de color blanco y negro. El cóndor le silba y baja a conversar con ella invitándole a su casa, ella acepta no sin antes pedirle que lleve su rebaño a casa. Por el camino ella se sentía cansada y el cóndor la lleva volando hacia la suya, en la cual viven por un año y tienen un hijo. Un día cuando va a lavar la ropa al río ella se sentía triste y lloraba porque extrañaba a su familia, en ese momento se aparece un sapo quien le pregunta sobre la causa de su tristeza. Ella le cuenta todo y él le propone lavar la ropa y que ella vuelva a su hogar. Mientras tanto el cóndor, quien preocupado por la demora, le pregunta hasta por tres veces si había terminado, el sapo respondía en vez de la chica. Al verse engañado el cóndor bajó al río y vio al sapo en lugar de ella, entonces se va a buscarla y la encuentra en su casa. Ella había puesto a hervir agua en una olla y la había tapado con una frazada, cuando ve al cóndor le invita a sentarse y descansar sobre la frazada. Cuando lo hace cae al agua hervida y muere.

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RECOPILADOR Yanet Yisela Huamani Quispe

LAS DOS PALOMAS

Había una vez dos palomas que se bañaban en un río, un señor las vio ocultamente cuando ellas bajaban hacia el río, eran dos señoritas muy lindas. El hombre escondió la capa a una de ellas mientras la otra tomando su capa se fue. La que no encontró su capa se quedó llorando cuando se dio cuenta que estaba sola. El hombre se acercó y le preguntó por qué lloraba, pero al no recibir respuesta se la llevó a su casa. El hombre la hacía sufrir mucho y en momento en que el hombre durmió, la chica vio su capa dentro de un abrigo, la sacó muy suavemente y se la puso, pues era un ala y una cola. Después de ponérselo el hombre despertó y le preguntó si se iba y que de dónde era. La chica le dijo que era de Crespusquere Amores y que se llamaba Justina. El hombre se quedó llorando, pero se levantó y se puso a buscarla por la selva, cuando la noche llegó el lugar se torno peligroso debido a las fieras, entonces se subió a un árbol y escuchó a dos demonios, hablaban entre sí sobre dos caminos: uno por arriba y otro por abajo. En el camino de abajo encontró una capa y una gorra tal como había escuchado cuando vio a una viejecita con lágrimas en los ojos que vivía en una choza, tenía cinco hijos malos. El hombre le preguntó sobre algún trabajo que pudiera realizar pero en vista que no había le curó sus ojos.

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La viejita estaba tan agradecida que le prometió ayudarle a encontrar el pueblo de Crespuquere Amores. Uno de sus hijos le dijo que era un pueblo pasajero pero que lo llevaría, entonces subió encima de él y ¡zas! se fueron volando. Cuando llegaron al pueblo el hombre vio a una viejita con una varita en la mano que estaba parada en la puerta de su casa. Él se acercó y como la viejita estuvo caminando se le cayó la varita, que se convirtió en una olla rota de arcilla. El hombre tomó la varita y viendo unos leones en el camino diciendo quiero ser una hormiguita, se convirtió en ella y pasó entre los leones. Más adelante vio a unos perros y diciendo quiero ser gusanito nuevamente la varita cumplió su deseo y pudo pasar entre los perros. El hombre vio a un señor que era dueño de las palomas y le pidió trabajo, éste le dijo que había trigo para cosechar y hacer pan. Cuando éste se fue él viendo volar una paloma la tomó y enjauló reconoció en ella a Justina quien le dijo que tomara la pluma nueva del pecho de un cóndor y la arrojara a la cara de su padre. De esta manera se podrían casar. Como el hombre deseaba esto lo hizo y el padre quedó convertido en una rata de arcilla, de esta manera se casaron y fueron felices.

RECOPILADOR Juan Carlos Villalba Garpar

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EL TOROWACA

Un día apareció una cueva en una hacienda, la hacienda pertenecía a la familia Enríquez y ellos sorprendidos y temerosos vieron dentro de la cueva un toro, una paloma y un hombre en forma de una estatua, como las personas no le creían fueron de noche y comprobaron que era cierto, cuando se lo quisieron llevar se sintieron mal y arrojaban de miedo. Desde entonces jamás volvieron a entrar a la cueva. Se dice que la estatua salía en noches de luna llena y a las personas que encontraba las mataba o las convertía en estatuas. Por eso yo no salía ni andaba en luna llena, tampoco andaba por la cueva. La familia Enríquez tenía una enorme hacienda donde sembraban variedades de alimentos, el hermano mayor se llamaba Ángel. Como era tiempo de siembra él se encontraba sembrando papa, de pronto encontró una pequeña cueva que nadie había visto. Cuando Ángel la abrió, vio la estatua de una mujer vestida de oro, la limpió y la puso en el mismo lugar siguiendo con el sembrado. Ángel pensaba a cada momento en la mujer de oro, hasta que atardeció y se fue a su casa. La familia Enríquez cenaba contenta y cuando anocheció se fueron a dormir. A la mañana siguiente, fue a ver a la mujer de oro, pero no la encontró, entonces decidió ir a otra cueva, y al destapar la cueva encontró a la mujer de oro junto con las otras estatuas en fila. Primero la mujer luego el hombre, la paloma y por último el toro. Se alegró y regresó a casa, como estaba alegre contó todo lo que había sucedido. Pasaron los años rápidamente y la familia Enríquez tuvo una cosecha excelente, así como frutos muy ricos.

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RECOPILADOR Ángel Carhuapoma Enriquez

LOS DOS HERMANOS HUÉRFANOS

Los dos vivían en un caserío, en una chosita de ichu cerca del pueblito de Ccarhuaranra cerca de la laguna Cceheca, en el departamento a Huancavelica. Un día salieron los dos hermanos a trabajar al campo y cuando la tarde se acercaba regresaron a su casa. Al llegar se encontraron con la sorpresa que la cena estaba preparada, el hermano menor se preguntó quién habría cocinado. Al día siguiente salieron al campo a trabajar y cuando regresaron en la tarde, la cena estaba lista. Esa tarde los dos hermanos conversaron y se pusieron de acuerdo para que uno de ellos se quede y sepa quien estaba cocinando. El hermano menor se fue al campo y el hermano mayor se quedó en casa escondido detrás de una roca allí esperando. De pronto apareció una chica de cabellos rubios que entró a la casa y el muchacho acercándose con miedo a la casa vio que una mujer de ojos azules era la que cocinaba. Al verlo se asustó un poco pero le explicó que lo hacía porque eran huérfanos de padre y madre. Además le dice que está enamorada de él y que vayan donde su padre a pedirle permiso, el joven le dice a su hermano menor que regresara más tarde y se va con la chica. Cuando llegaron a la laguna tenía miedo pero saltaron juntos y llegaron al padre de la joven dentro del cerro, que era todo de plata y oro y le pide un perrito juanequito, arroja toda clase de animales y los dos hermanos se hacen millonarios. El joven mayor engaña a la chica quien al darse cuenta le dice al menor que si su hermano llega y la golpea se irá de la casa. Al suceder los hechos como los dijo, la joven hace sonar una ondas y todos los animales la siguen hacia la laguna. El hermano menor corre tras ellos pero es muy tarde y se vuelven pobres otra vez.

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RECOPILADOR Farfán García Ledesma

DIONISIO EL CAPATAZ Y SUS TRES PERROS

Hace muchos años atrás en la Hacienda «La Mejorada» había un capataz de nombre Dionisio que era muy querido por todos en especial de su patrón. Dionisio quedó viudo y nunca tuvo hijos, su esposa falleció sin perder la esperanza de algún día tener hijos. Como no tenían en quién poner su cariño adoptaron tres perros, dos machos y una hembra, a los cuales le pusieron los nombres de Rigoberto, Anselmo y María. Al fallecer su esposa él quedó al cuidado de sus perros a los cuales consideraba como hijos, con mucho cariño y esmero hizo Chaquitakllas para Rigoberto y Anselmo mientras que a María le hizo hilar una manta. Una mañana Dionisio le decía a sus tres perros: - María vas a cocinar el almuerzo para mí y tus hermanos. Rigoberto y Anselmo, agarren sus herramientas que vamos a trabajar volteando la tierra, con dos ayudantes ¡uff! cuánto avanzaré! Y así Dionisio se iba al campo a trabajar mientras que su María se quedaba cuidando la casa hasta que el dueño regresara y no dejaba entrar ni asomar a nadie. Cuando le arrojaban carne o algo de comer María no comía. Al regresar de sus faenas de trabajo Dionisio se ponía a cocinar y les hacía cenar a sus tres queridos y predilectos hijos los cuales a veces se ponían a pelear por la comida y

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Dionisio enojado les llama la atención y ¡ay! si no hacían caso, les daba con tres puntas que especial-mente había confeccionado de cuero de vaca. Al anochecer todos se iban a la cama, los perros se ponían a jugar con su amo y al cansarse les decía: ¡Tranquilos Macktas! ¡Upallaychitk! Van a ver, les voy a castigar con las tres puntas, y los tres perros obedecían a la voz de su amo. Dormían juntos en una sola cama, para su patrón era una cosa única porque decía, nunca he visto que un hombre hable con sus perros, coma con ellos y hasta duerma en la misma cama, soy afortunado al tener a un ser que quiera tanto a los animales. Cada Domingo iba con sus tres perros al Río Ichu a lavar ropas y bañarse, los tres perros competían por un pan, quién nadaba más rápido; a Dionisio le causaba risa y se distraía mucho, esto le hacía bien para su avanzada edad. Transcurrieron así muchos años y Dionisio aún no había podido superar la muerte de su esposa, cada vez que la recordaba se ponía muy triste y lloraba. A veces se levantaba de noche y lloraba hasta cansarse junto a sus tres perros. Los peones sabían cuando Dionisio estaba llorando porque sus perros hacían bulla hasta que su amo se callase, su patrón le enviaba cada vez que sucedía esto, carne para todos porque decía: Si Dionisio se muere quién podrá cuidar con tanto cariño y esmero a sus tres perros. Seguramente morirían también. Debido a su avanzada edad Dionisio ya no podía trabajar, pero como su patrón le respetaba y le estimaba porque toda su juventud había trabajado para él, como a Dionisio le gustaba la carne de venado su patrón mandaba cazarlo y como le traían dos o tres piezas, una se la enviaba a él quien agradecidamente lo recibía. Sucedió un día, que Dionisio se sintió muy mal de salud, entonces se fue al río juntamente con sus perros a bañarse diciendo: ¡Haber Majtas, nadaichik! Y así pasó el día nadando con los perros hasta cansarse, ese día se no divirtió como nunca. El médico le había recomendado que saliera de su casa y que guarde reposo, pero no hizo caso de las advertencias y salió hacia el río, cuando regresaron a casa, jugaron, comieron y luego se fueron a dormir. A la mañana siguiente se despidió de sus tres queridos perros diciéndoles: Hijos míos ya me voy, ¡Jamcunallañam! Rigoberto, Anselmo cuiden a su hermana, trabajen la tierra que cada uno tiene su herramienta. Al patrón también cuídenlo. Y diciendo esto cayó al suelo y los perros al instante comenzaron a aullar como nunca antes. Esto llamó la atención de las personas que estaban en la hacienda quienes fueron a la casa de Dionisio para ver qué ocurría, pero los perros no los dejaron entrar. Al sepultar a Dionisio los perros lloraban y aullaban escarbando la tierra, así pasaron tres meses sin que los perros pudieran olvidar a su amo, y no querían comer nada, se la pasaban en el lugar donde habían sepultado a su amo y en las noches los tres perros aullaban.

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Sucedió que en una de las mañanas los tres perros amanecieron muertos junto a la tumba de su amo. Así termina esta historia que pasó en la vida real Dionisio Casqui Llantoy. Murió en el año de 1866 y fue capataz de la Hacienda «La Mejorada».

RECOPILADOR Augusto Núñez Humana

EL HACENDADO Y LOS CAMPESINOS

En el año de 1960, en el departamento de Huancavelica, en la zona llamada Intinuatana o Conchán, había mucha explotación por parte de los hacendados hacia los campesinos, quienes sufrían porque los hacían trabajar mucho. Cuando llegaba el mes de la siembra, les mandaban a sus sirvientes que eran el mayordomo, el capataz y otros para que ordenen a los campesinos que trabajen. A los hombres los mandaban a la chacra a trabajar con herramientas como: Pichco, pico, chaquitaccla y otros. A las mujeres las enviaban a pastar los ganados como: vacas, burros, caballos, carneros y otros animales más, algunas ayudaban al mayordomo en la cocina y los demás quehaceres de la casa. Cuando las mujeres iban a pastear los ganados del hacendado, sucedían muchas cosas, a veces los carneros y vacas desaparecían o algún animal se los comían; también las pastoras desaparecían o los pishtacos las mataban. Cuando regresaban de pastear sus ganados el hacendado al ver que faltaban animales castigaba con el látigo a las pastoras, les quemaba su casa y no lo daba de comer y así

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pasaban los días pasteando y trabajando, si algún animal estaba un poco flaco lo mataba y se lo daban al perro. Las mujeres puchcaban (hilado) la lana de los animales como el carnero para hacer costales si no terminaban de puchcar tres sacos de lana por cada una de ellas, el mayordomo les daba el látigo o un castigo. Cuando al hacendado le llegaba una carta de Lima en la cual le informaban que parte de los trabajadores deberían de ir a ayudar a otras haciendas como Colcabamba y otras, daba las órdenes necesarias para que esto se cumpla. Las personas señaladas sean mujeres o varones iban llorando porque el viaje era como de dos días de caminata, solamente los varones usaban ojotas mientras que las mujeres andaban descalzas pisando piedras y espinas. Cuando ellas regresaban, sus pies estaban muy lastimados, pero tenían que aguantar todas estas pesadillas, hasta incluso algunas personas andaban sin ropa, los niños estaban acostumbrados a caminar descalzos y sufrían demasiado. Llegada la cosecha todos iban a trabajar para el hacendado. A algunas mujeres las enviaban a pastar los animales demasiado lejos, porque cerca estaba la cementera. Los hombres y mujeres trabajaban en la chacra cosechando y cargando los productos en las mulas, para llevarlo a la casa del hacendado, también traían de otras haciendas frutas e intercambiaban los productos agrícolas. Terminada la cosecha le pagaban una arroba de cada producto cosechado, eso les alcanzaba solamente para sobrevivir durante dos meses con sus familiares y terminado los productos ya no tenían que comer. Entonces los niños iban a la chacra con sus mantitas o manteles colgados en su pecho y buscaban los productos que quedaban en la chacra, si el mayordomo los veía se los quitaba. Así pasaron los años en donde llegaron las elecciones presidenciales del Perú, salió un presidente e ingresó otro electo, el hacendado se enteró del cambio de los mandatarios, entonces vendió todos sus ganados dejando solamente unos pocos animales y se fue. Cuando llegó carta de Lima avisando que el electo presidente daría nuevas leyes que favorecerían a todos los campesinos, éstos, al enterarse de la noticia quisieron tomar al mayordomo y al capataz, pero ellos se fugaron y desde ese momento ya nadie explotaba al campesino cambiando su forma de vida. Los sirvientes tanto varones y mujeres agradecieron el cambio de presidente del Perú.

RECOPILADOR Lucila Quispe Bendezú

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DIONISIO EL CAPATAZ Y SUS TRES PERROS

Hace muchos años atrás en la Hacienda «La Mejorada» había un capataz de nombre Dionisio que era muy querido por todos en especial de su patrón. Dionisio quedó viudo y nunca tuvo hijos, su esposa falleció sin perder la esperanza de algún día tener hijos. Como no tenían en quién poner su cariño adoptaron tres perros, dos machos y una hembra, a los cuales le pusieron los nombres de Rigoberto, Anselmo y María. Al fallecer su esposa él quedó al cuidado de sus perros a los cuales consideraba como hijos, con mucho cariño y esmero hizo Chaquitakllas para Rigoberto y Anselmo mientras que a María le hizo hilar una manta. Una mañana Dionisio le decía a sus tres perros: - María vas a cocinar el almuerzo para mí y tus hermanos. Rigoberto y Anselmo, agarren sus herramientas que vamos a trabajar volteando la tierra, con dos ayudantes ¡uff! cuánto avanzaré! Y así Dionisio se iba al campo a trabajar mientras que su María se quedaba cuidando la casa hasta que el dueño regresara y no dejaba entrar ni asomar a nadie. Cuando le arrojaban carne o algo de comer María no comía. Al regresar de sus faenas de trabajo Dionisio se ponía a cocinar y les hacía cenar a sus tres queridos y predilectos hijos los cuales a veces se ponían a pelear por la comida y Dionisio enojado les llama la atención y ¡ay! si no hacían caso, les daba con tres puntas que especial-mente había confeccionado de cuero de vaca. Al anochecer todos se iban a la cama, los perros se ponían a jugar con su amo y al cansarse les decía: ¡Tranquilos Macktas! ¡Upallaychitk! Van a ver, les voy a castigar con

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las tres puntas, y los tres perros obedecían a la voz de su amo. Dormían juntos en una sola cama, para su patrón era una cosa única porque decía, nunca he visto que un hombre hable con sus perros, coma con ellos y hasta duerma en la misma cama, soy afortunado al tener a un ser que quiera tanto a los animales. Cada Domingo iba con sus tres perros al Río Ichu a lavar ropas y bañarse, los tres perros competían por un pan, quién nadaba más rápido; a Dionisio le causaba risa y se distraía mucho, esto le hacía bien para su avanzada edad. Transcurrieron así muchos años y Dionisio aún no había podido superar la muerte de su esposa, cada vez que la recordaba se ponía muy triste y lloraba. A veces se levantaba de noche y lloraba hasta cansarse junto a sus tres perros. Los peones sabían cuando Dionisio estaba llorando porque sus perros hacían bulla hasta que su amo se callase, su patrón le enviaba cada vez que sucedía esto, carne para todos porque decía: Si Dionisio se muere quién podrá cuidar con tanto cariño y esmero a sus tres perros. Seguramente morirían también. Debido a su avanzada edad Dionisio ya no podía trabajar, pero como su patrón le respetaba y le estimaba porque toda su juventud había trabajado para él, como a Dionisio le gustaba la carne de venado su patrón mandaba cazarlo y como le traían dos o tres piezas, una se la enviaba a él quien agradecidamente lo recibía. Sucedió un día, que Dionisio se sintió muy mal de salud, entonces se fue al río juntamente con sus perros a bañarse diciendo: ¡Haber Majtas, nadaichik! Y así pasó el día nadando con los perros hasta cansarse, ese día se no divirtió como nunca. El médico le había recomendado que saliera de su casa y que guarde reposo, pero no hizo caso de las advertencias y salió hacia el río, cuando regresaron a casa, jugaron, comieron y luego se fueron a dormir. A la mañana siguiente se despidió de sus tres queridos perros diciéndoles: Hijos míos ya me voy, ¡Jamcunallañam! Rigoberto, Anselmo cuiden a su hermana, trabajen la tierra que cada uno tiene su herramienta. Al patrón también cuídenlo. Y diciendo esto cayó al suelo y los perros al instante comenzaron a aullar como nunca antes. Esto llamó la atención de las personas que estaban en la hacienda quienes fueron a la casa de Dionisio para ver qué ocurría, pero los perros no los dejaron entrar. Al sepultar a Dionisio los perros lloraban y aullaban escarbando la tierra, así pasaron tres meses sin que los perros pudieran olvidar a su amo, y no querían comer nada, se la pasaban en el lugar donde habían sepultado a su amo y en las noches los tres perros aullaban. Sucedió que en una de las mañanas los tres perros amanecieron muertos junto a la tumba de su amo.

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Así termina esta historia que pasó en la vida real Dionisio Casqui Llantoy. Murió en el año de 1866 y fue capataz de la Hacienda «La Mejorada». RECOPILADOR Augusto Núñez Humana

EL HACENDADO Y LOS CAMPESINOS

En el año de 1960, en el departamento de Huancavelica, en la zona llamada Intinuatana o Conchán, había mucha explotación por parte de los hacendados hacia los campesinos, quienes sufrían porque los hacían trabajar mucho. Cuando llegaba el mes de la siembra, les mandaban a sus sirvientes que eran el mayordomo, el capataz y otros para que ordenen a los campesinos que trabajen. A los hombres los mandaban a la chacra a trabajar con herramientas como: Pichco, pico, chaquitaccla y otros. A las mujeres las enviaban a pastar los ganados como: vacas, burros, caballos, carneros y otros animales más, algunas ayudaban al mayordomo en la cocina y los demás quehaceres de la casa. Cuando las mujeres iban a pastear los ganados del hacendado, sucedían muchas cosas, a veces los carneros y vacas desaparecían o algún animal se los comían; también las pastoras desaparecían o los pishtacos las mataban. Cuando regresaban de pastear sus ganados el hacendado al ver que faltaban animales castigaba con el látigo a las pastoras, les quemaba su casa y no lo daba de comer y así pasaban los días pasteando y trabajando, si algún animal estaba un poco flaco lo mataba y se lo daban al perro.

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Las mujeres puchcaban (hilado) la lana de los animales como el carnero para hacer costales si no terminaban de puchcar tres sacos de lana por cada una de ellas, el mayordomo les daba el látigo o un castigo. Cuando al hacendado le llegaba una carta de Lima en la cual le informaban que parte de los trabajadores deberían de ir a ayudar a otras haciendas como Colcabamba y otras, daba las órdenes necesarias para que esto se cumpla. Las personas señaladas sean mujeres o varones iban llorando porque el viaje era como de dos días de caminata, solamente los varones usaban ojotas mientras que las mujeres andaban descalzas pisando piedras y espinas. Cuando ellas regresaban, sus pies estaban muy lastimados, pero tenían que aguantar todas estas pesadillas, hasta incluso algunas personas andaban sin ropa, los niños estaban acostumbrados a caminar descalzos y sufrían demasiado. Llegada la cosecha todos iban a trabajar para el hacendado. A algunas mujeres las enviaban a pastar los animales demasiado lejos, porque cerca estaba la cementera. Los hombres y mujeres trabajaban en la chacra cosechando y cargando los productos en las mulas, para llevarlo a la casa del hacendado, también traían de otras haciendas frutas e intercambiaban los productos agrícolas. Terminada la cosecha le pagaban una arroba de cada producto cosechado, eso les alcanzaba solamente para sobrevivir durante dos meses con sus familiares y terminado los productos ya no tenían que comer. Entonces los niños iban a la chacra con sus mantitas o manteles colgados en su pecho y buscaban los productos que quedaban en la chacra, si el mayordomo los veía se los quitaba. Así pasaron los años en donde llegaron las elecciones presidenciales del Perú, salió un presidente e ingresó otro electo, el hacendado se enteró del cambio de los mandatarios, entonces vendió todos sus ganados dejando solamente unos pocos animales y se fue. Cuando llegó carta de Lima avisando que el electo presidente daría nuevas leyes que favorecerían a todos los campesinos, éstos, al enterarse de la noticia quisieron tomar al mayordomo y al capataz, pero ellos se fugaron y desde ese momento ya nadie explotaba al campesino cambiando su forma de vida. Los sirvientes tanto varones y mujeres agradecieron el cambio de presidente del Perú.

RECOPILADOR Lucila Quispe Bendezú

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LA RATA Y LA CHICA

Había una vez una rata que se enamoró de una chica a quien le pidió que le aceptara. La chica le aceptó, pero como era de noche no se dio cuenta quien era realmente ya que él parecía un joven con terno plomo y corbata blanca, desde entonces cada noche duermen juntos. La rata salía todos los días muy temprano como a las tres o cuatro de la madrugada, ella un poco intrigada le pide que amanezcan juntos y que no se vaya tan temprano pero la rata le explica que tiene que trabajar sin descansar, pero como le traía mucho dinero y ropa entonces ella no insistía más. La chica les cuenta a sus padres sobre el adinerado joven, sus padres piensan que es un joven muy trabajador y le aceptan para que se case con hija. Una noche, la chica no quiso que se vaya el joven como siempre lo hacía, pero ella se queda dormida y cuando se despierta solamente ve en una esquina de la casa una tremenda rata de rabo largo que la hace sospechar. La noche siguiente la chica y sus padres esperan al joven en la casa, pero no aparece un hombre sino una rata, dándose cuenta su padre del engaño.

RECOPILADOR Wilder Quispe Gutierrez

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LOS DIABLOS DE LA NOCHE Cuento

Cierta vez un hombre llamado Tomás pasó por un lugar llamado «Infiernillo», que queda a un kilómetro de Nuevo Occoro. A Tomás le habían contado que en aquel misterioso lugar existían unos pequeños diablillos llamados Tú y Yo. Por eso cada vez que alguien se acercaba a ese sitio y a cierta hora los diablillos hacían unos ruidos tenebrosos, pero por otro lado dicen que también eran divertidos y juguetones. Tomás se recordó de todo lo que le habían contado, se puso a pensar: ¿Cierto será lo que me dijo mi compadre Juan o me habrá mentido? Después de meditarlo un momento dijo: «Ver para creer». Pero como la noche ya se apoderaba de la rezagada claridad, Tomás esa tarde decidió esperar a ver lo que pasaba y así saber si lo que le habían contado era cierto o no. De cualquier modo todo se iba a saber en esa acalorada noche. De improviso, de la oscura cueva, apareció una extraña luz, que poco a poco fue creciendo y elevándose muy alto por unos minutos. Y de pronto..., iBUMN! se partió de la mitad. ¡FHIU! ¡FHIUI ¡BUMN! ¡BUMN! Aparecieron los dos diablillos llamados Tú y Yo. Emocionados se saludaron. Tú le dijo a Yo: - «Hola Yo». Yo le respondió: - «Hola Tú». Entonces Yo le dijo a Tú:

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- «Por fin pudimos escapar de las manos de Lucifer y ahora somos libres otra vez». Tú le respondió: - «Si, tienes mucha razón, es cierto lo que acabas de mencionar». Tomás, espectando todo lo sucedido, emocionado ante tanta destreza, se dijo: - «Cierto era lo que me dijo mi compadre don Juan». Los pequeños diablillos mientras tanto hicieron un gran banquete. Pero Yo comió más que Tú y por eso Tú se enfadó, diciendo: - «Eres muy malo, por qué te comiste mi presa. Ahora ya no seremos nunca más amigos». Y de esa manera empezaron a debatir el caso. Tú a Yo le decía: - «Te reto a un baile de tijera». Yo, aceptando, se rió. De esta manera comienza el gran reto de los pequeños diabillos en la danza de tijeras. El primero en bailar la danza de tijeras es Tú, pero Yo le dice que el reto no sólo tenía que ser bailar y sólo bailar, también tenía que tener, y haber, pruebas de sangre. Es decir, para ser el mejor tenían que pasar por pruebas sangrientas y peligrosas. Así, sí se sabría cuál sería el mejor. Pero Yo le respondió, con los hombros alzados: - «Como tú quieras». Entonces se inicia el gran reto del baile de las tijeras. Yo empieza a bailar, la primera prueba es de sangre. Yo en la primera prueba se corta la lengua. En esta hazaña le sale una sangre un poco verde. Sigue bailando con la lengua cortada al compás del arpa, del violín y los sonidos de las tijeras, luego de esta prueba sangrienta, se retira bailando y riéndose. El segundo en bailar es Tú, también con la prueba de sangre. En esta ocasión, Tú, con sus poderes sobrenaturales, hace magia negra haciendo aparecer un lago de espinas. Se pone de espaldas sobre el lago de espinas y se levanta con las espinas clavadas en su espalda. Luego también se retira bailando al compás del arpa, el violín y el sonido de las tijeras.

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Yo, en su segundo intento, hace una de sus más grandiosas pruebas jamás hechas: Introduce una espada en su tráquea. Por otro lado, Tú piensa y dice: yo tendré que hacer una mejor prueba que esa, a como dé lugar. En su segunda prueba propone resistencia del cuerpo. También con su poder mágico, hace aparecer un arpa y una aguja. En esta prueba de resistencia, se clava una aguja en la papada, luego baila al son del arpa, el violín y los sonidos de las tijeras. Entusiastas los danzantes bailan y sigue bailando. Sin embargo, cuando menos se lo esperaban apareció enfadado el malvado Lucifer, vociferando: - «¡Tú y Yo, por qué se escaparon sin mi permiso de nuestro infierno!». - ¿Nuestro?... ¡Tu infierno! Ese lugar es de mal agrado y no nos gusta estar allí- dijo Yo . A ningún ser humano le gustaría estar ahí. Pero Lucifer no entendió nada. Encerrándolos en un círculo de fuego, los arrojó de nuevo al infierno de donde habían venido. Tomás todavía pudo escuchar qué decían: - «Volveremos de nuevo a la tierra y eso será para nunca más retornar al infierno, crearemos odio y destrucción en toda la tierra... ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA!». Y desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Don Tomás al observar todos estos hechos se quedó perplejo por mucho tiempo. Muy emocionado vino a Nuevo Occoro, contó a toda la población lo sucedido, pero nadie le creyó. Es desde aquí que en todo el mundo se practica la danza de las tijeras, y es muy famosa por todas sus pruebas.

RECOPILADORES Fernando Chávez Javier Jhony Pariona Giraldez Wilder Zósimo Torres Pariona

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NUEVO OCCORO EL QORIÑAHUI Cuento

Cuentan que una familia habitaba en la quebrada de Qamanillo, donde moraba el Qoriñahui, animal que hacía su aparición sólo cuando una persona se encontraba totalmente desamparada y, de preferencia, en la oscuridad. El Qoriñahui, dicen, era muy similar al león. Tenía los ojos de gato, pelaje de alpaca, hocico de toro y medio cuerpo de hombre. Los viejos dicen que éste siempre estaba en busca de alguna mujer desprevenida para robarla, pues ansiaba tener una en sus manos para esposa. A él no le gustaban los hombres porque él también se creía uno de ellos por su aspecto similar al de un hombre. Codicioso estaba al acecho de poder encontrarse con una dama para poder vivir con ella a su lado. En la quebrada de Qamanillo, cierta vez una señora, que tenía su pareja y sus hijos, siempre iba a lavar la ropa de todos ellos hacia la orilla del río. Como sabían que existía el Qoriñahui la madre tenía que ir siempre acompañada de sus hijos por temor a ese animal. Pero cierto día, justo cuando su pareja no estaba en casa la señora salió a lavar la ropa de su pequeño hijo. Al terminar ya lista para irse a casa apareció el Qoriñahui gritando como un gato salvaje amenazándole que si gritaba o pedía auxilio se la iba a comer. La señora no gritó ni dijo nada. Entonces el Qoriñahui se la llevó a su guarida. Una vez allí la mujer tuvo que resignarse a vivir con él porque él no la dejaba salir de su escondite, pues la guarida del animal estaba entre unas peñas. A la señora, dicen, no le faltaba nada. Todo lo que pedía éste siempre lo traía. De donde sea conseguía los

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requerimientos que le podía dar. Al ver esto ella pensaba que él robaba, pues no sabía de dónde traía las cosas. Por otro lado también había observado que el animal era carnívoro y por eso no comía la comida que la señora preparaba. Pero pasaron ocho meses y éste fue acostumbrándose a alimentarse como un ser humano. Ella era ya como su esposa. Incluso llegaron a tener un hijo. Cuando su hijo fue creciendo la madre sintió el deseo salir al sol. Sin embargo el Qoriñahui no la dejaba salir. La sacaba apenas al umbral de su escondrijo, vigilándola con excesivo celo. Pero, sucede que éste tenía que salir a menudo de ahí para traer los alimentos necesarios. Mientras tanto la señora se sentía apenada y angustiada con su encierro. Tenía pena de los hijos y su esposo que el Qoriñahui la había obligado a abandonar. Y pensó en fugarse de este lugar. Cuando fue creciendo más grande de lo que era, el pequeño niño, también pensó en irse con su madre. Afortunadamente este pequeño era como un ser humano y no como su padre. En los momentos más angustiosos su madre solía contarle toda su historia: Que tenía cinco hijos ahí afuera, un esposo, una vida muy diferente de la que estaban viviendo y que un día había salido a lavar sola al río y que se la llevó Qoriñahui y, por último, que él, su pequeño era hijo de ese animal. Al oír esa historia el pequeño le reprochó: - Cómo va a ser mi padre ese animal, si no soy como él. Después de calmarse y pensar mucho, una mañana el pequeño le propuso a su padre salir a pasear o dar una vuelta por ahí, por el bosque. El padre no quiso. Entonces el hijo le dijo a modo de reproche: - ¿Por qué nos encierras a mí y a mi madre? Entonces el animal dejó salir a su esposa y su hijo bajo su vigilancia. Él iba delante, mientras que su hijo intentaba distraerlo diciendo: - Papá allí al frente hay un chivo. Hay que cazarlo. El padre, presintiendo tal vez las intenciones de su hijo miraba desconfiado. Pero en un momento propicio cuando no había sospechas, el hijo fue detrás de él y lo empujó hacia el barranco en el que se había asomado. Entonces las cosas que había en la casa donde vivían se la llevaron hacia la casa de su madre. Su esposo al ver a su esposa se alegró y sus hijos también. No sabían qué hacer de la emoción. El señor como tenía sus ganados, mató de alegría un toro para la pachamanca.

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RECOPILADOR Catalina Javier Alanya

EL TAITA HUAMANÍ

Cierta vez existían dos hermanos que vivían en el campo. El mayor tenía ganados, también sembraba papas y hacía chuño y charqui. Pero el hermano menor era muy pobre, tenía la ropa muy sucia y el pelo crecido. El pobre no tenía nada que comer. Pero el hermano mayor al verle de hambre y sucio, a él no le importaba nada. Él era un hombre muy malo. Le gustaba hacerle trabajar, pastear sus ovejas y llamas y no le daban de comer. Un día, cuando el hermano menor estaba sentado, triste, llorando al lado de su choza, apareció una hermosa mujer y le dijo: - ¿Por qué lloras? Y él le respondió: - Porque mi vida ya no vale nada y no tengo qué comer. Al verle ella muy pobre y de hambre le dijo: - Cierra tus ojos y lo abrirás cuando yo te diga. Él cerró sus ojos. Al abrirlos, ella tenía una manta llena de chuño, charqui y mote. -Come todo esto y ya no volverás a tener hambre -le dijo. Así pasaron los días y siempre ella aparecía al lado de él con mucha comida, cuando él cerraba sus ojos. Después se casaron y vivían en su choza.

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A ella no le gustaba vivir en una choza y le dijo a su esposo: Por qué no vamos donde mi padre, él nos va a dar una casa y muchos animales para poder vivir. Allá no trabajarás nunca. Y al día siguiente se fueron a la orilla de la laguna Allqaqocha. Después le pidió que cerrara sus ojos. Mientras cerraron sus ojos se aventaron a la laguna. Al abrirlos aparecieron en una enorme pampa verde donde había llamas, ovejas, alpacas en grandes cantidades. Y al lado de la laguna había una casa grande como un palacio. Entraron en esa casa y allí vivía el padre de la joven. Entonces el padre de la mujer le dio mucha comida y le dijo: - Ya no llorarás nunca ni tendrás hambre, porque de hoy en adelante serás muy rico y tu hermano te servirá y será tu ayudante. Entonces la mujer le pidió al hombre que cerrara los ojos nuevamente. Al volver a abrirlos aparecieron al lado de la laguna. Este preguntó: - ¿A dónde fuimos? - Hemos ido a mi padre. Nos dio muchos animales y de hoy en adelante seremos muy ricos y viviremos felices. Así pasaron los años y llegó su hermano mayor y al ver que su hermano era más rico que él, le dijo: - ¿De dónde sacaste todo esto? - Mi suegro me dio todos estos animales porque él es muy rico y tiene palacio. Así vivían muy felices, su hermano menor con su esposa y llegaron a tener un hijo y él cada día se volvía más ambicioso, quería tener más comida y dinero entonces él se iba con sus llamas a comprar maíz y regresaba después de muchos meses después de años y se había olvidado de su esposa y su hijo. Entonces ella se ponía a llorar y no comía hasta que un día se puso muy enferma. Y cuando había llegado su esposo ella ya se había muerto, pero al él no le importaba la muerte de su esposa y él seguía con sus viajes. Entonces un día surgió una desgracia y se murieron sus animales y ya no tenía nada y él andaba muy triste y de hambre, andrajoso. Y un día él se había acercado llorando al lado de la laguna y gritaba: - ¡Vuelve, vuelve!

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Quería ver de nuevo a su esposa, pero entre eso vio a su esposa caminando feliz dentro de la laguna: Un lugar hermoso donde había animales y una casa enorme, y al verle sintió un deseo de ir donde ella se encontraba. Cerró sus ojos y se aventó a la laguna. RECOPILADOR Reina Luz Rodríguez Casas

QORI MINA Cuento

¿Quién dice que es mentira? Yo mismo he ido después de la fiesta de Occoro Viejo hasta Qori Mina solito, carajo, con mi botella de trago. Apenas mi trago nomás me acompañó, porque soy bien hombre. Mis ojos estaban colorados como el fogón, bien cargados de rabia. Por eso fui, y para saber si era verdad lo que decían de Qori Mina, para ver si había ese toro de oro que dormía dentro y ver también sus ojos rojos como los de un condenado. Me habían dicho que entrar a la mina era peligroso y sí todavía sacabas oro de ahí, el toro de oro te mataba, sólo con haberlo visto; también decían que uno se moría botando sangre por la boca, pero que si se lograba sobrevivir se volvía el más rico y famoso del lugar. Bajé por «Infiernillo». Apenas se escuchaba muy a lo lejos la banda de Occoro Viejo. Lo demás era silencio. Como bultos parecían las rocas detrás de los ojos borrachos. El camino mis pies lo iban adivinando. Como en sueños bajé por el sendero que apenas se veía, sin sentir el cuerpo adormecido. Estaba encolerizado pero ni aun así solté una sola blasfemia contra el cerro. Ni siquiera me atreví a escupir a pesar de que la borrachera estaba sobre mi garganta. Cerca al río divisé la curva que lleva a Qori Mina. Tomé un trago bien amargo y seguí caminando. No tenía miedo, lo juro, aunque las piernas me temblaban y el sudor me mojaba la camisa. Apenas llegado a la puerta de Qori Mina me di cuenta de que mi

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botella estaba a medio acabar. Me introduje a la cueva; temblante, pero seguro. Y si el miedo me hubiera atacado un buen traguito y como nuevo. Ya a unos metros adentro la oscuridad era fuerte, como cuando se cierran los ojos para dormir. Un poco al costado se oía el ruido del riachuelo. Adivinando, adivinando tenías que ir, dando dos pisadas al mismo sitio para no caer. Más al fondo habla una extraña luz. Tomé un trago más y seguí acercándome. De cuclillas cogí una piedra grande para defenderme y luego me puse de pie. Entonces vi al toro que dormía como una estatua. Me le acerqué bien despacito para no despertarlo y lo cogí el cuerno con toda mi fuerza. Jalé hasta que éste se rompió. Al voltear para darme a la huida, me encontré con varios pasadizos. Me metí al azar en uno de ellos y corrí, corrí con el cuerno de oro en las manos. Sólo eso me importaba, Estaba como poseído por la ambición, pero la borrachera aún era dueña de mi cabeza. Cuando estaba por salir, me tropecé y caí de cara soltando el cuerno de oro y mi botella de trago. El miedo comenzó a apoderarse de mí. Palpando el suelo húmedo comencé mi búsqueda, porque era prioridad que salga con él para testimonio de que estuve ahí. Después sentí la respiración poderosa del toro detrás mío y no tuve tiempo de agarrar mi botella para darme el valor suficiente. En medio de la oscuridad sentí el filo del cuerno en mis manos y con gran dolor lo cogí. Sentí que de la mano comenzaba a manar una sangre oscura y me sobresalté aterrorizado, pero algo me decía que no iba a morir. Sin esperar nada, más me puse a correr como un enloquecido. Ya ni la botella de trago me importó. Recuerdo que pasé todo el camino de regreso como una sombra, casi sin verlo. ¡Qué más daba, al fin y al cabo tenía el cuerno de oro y con él sería rico y famoso, además podría comprarme el trago que quisiera! Una hora después de haber burlado al toro de Qori Mina me encontré acostado en mi cama. Esa noche dormí con el cuerno entre las costillas para que nadie me lo arrebate. - Un momento, y ¿por qué no estás muerto? - ¿Por qué? Porque cuando me levanté, profe, y levanté el cuerno de oro contra la luz de la mafiana para verlo mejor, lo que traía en la mano era mi botella de trago, estaba roto por la punta y aún manchada de trago.

RECOPILADOR Oswaldo Pari Contreras INFORMANTE Justo García Gallegos

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EL GENTIL Cuento

A ocho kilómetros de Nuevo Occoro en Corneta Wayqu vivía una bella mujer llamada Teodosia. Ella tenía treinta años, vivía sola acompañada únicamente de sus dos perros: Sambucha y Solterita. Ella tenía una gran cantidad de ganados y como era bonita y soltera muchos maqtas trataban de hablarle y decirle que se casen, pero ella no daba oportunidad a ninguno. Además sus perros eran tan bravos que no dejaban que nadie se le acerque. Una noche, cuando estaba hilando, sus perros empezaron a aullar muy tristes. Ella solía hilar al lado de su fogón y en compañía de sus perros a la luz del débil mechero. Los perros luego de aullar tanto se callaron y saltaron tras la choza. Luego, se oyó como si los perros al compás de sus propios ladridos se hubieran puesto a chaqchar huesos. De pronto se apareció en la puerta un joven muy extraño. Teodosia, con curiosidad se preguntó a sí misma ¿De dónde salió este joven? Tenía éste una chalina blanca, poncho de color negro, pantalón de bayeta blanco y ojotas bien puestas. Este joven era muy extraño. ¿Y a esa hora? El extraño de inmediato se mostró muy cortés y atento. Saludó con palabras bien dichas y un tono de voz realmente seductor. De inmediato ella sintió una gran atracción por él. No se explicaba porque ella le había permitido acercársele tanto. El joven aprovechándose de la atracción que notaba en Teodosia empezó a decirle cosas muy bonitas y cariñosas. Y cuando sintió el momento preciso la cogió de la mano y le besó lentamente en las mejillas. Para hacer esto, dicen que hay que saber: «se espera un momento, luego se agarra fuerte el corazón y después se contiene la respiración con los pulmones paralizados, con voz distinta se habla». Así lo hizo aquel joven extraño:

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- Mi nombre es Tullumanta. Teodosia había perdido el dominio de sí misma. En ese momento candente se apagó el mechero. La voz dijo: - Deseo casarme contigo. No quiero que me rechaces. Al fin y al cabo era este un joven extraño en todo, pero cariñoso y atento. No como los demás maqtas de la población. Entonces ella aceptó la propuesta. Así él iba dejando transcurrir el tiempo. Los amantes no se habían dado cuenta cuando la aurora llegó. El amanecer empezó a bañar con su claridad, el joven partió empeñando su palabra de volver. Las visitas se repitieron varias veces, pero el joven sólo la visitaba de noche y al amanecer, como era de costumbre, partía. Teodosia le pedía que se presente ante sus padres, pues ya el tiempo de amarse había transcurrido. - Faltando dos días para nuestro matrimonio me presentaré - aseguró. Teodosia sospechando algo decidió contarle a su amiga todos los detalles de tan extraño noviazgo. Ella le aconsejó organizar una fiesta como el de su cumpleaños. Era necesario que el joven asistiera a la fiesta y en lo posible no dejarle que se vaya en la madrugada como de costumbre. Llegado el día Teodosia empleando su encanto de mujer, convenció al joven a chaqchar coca, tomar un trago y fumar un cigarro. Al inicio él no quiso pero ella le rogó y lo convenció. El extraño visitante, llevado por el amor, se puso a tomar y bailar como nunca lo había hecho. Los dos enamorados entre trago, coca, cigarro y música, bailaron toda la noche. Sin embargo, algo estaría sucediendo porque el joven comenzó a cantar muy triste: Cachaykullawayna sipas tiuscha Cachaykullawayúa. sipas tiuscha Taytami mamaysí maskarnuasckan tiuscha Ripusaqña pasasaqña sipaku tiuscha Pero Teodosía no lo soltaba para nada. Los gallos anunciaron el amanecer. El sol ya se asomaba con su brillo y calor. Ellos siguieron bailando agarraditos de la mano. Entonces, ocurrió lo que nadie pensaba. Cuando el sol le cogió con sus primeros brillos ¡taqlalaq!, cayó al suelo esparciéndose sus huesos. Teodosia se quedó asustada, sólo pudo tomar los huesos de sus manos, los demás huesos se regaron en el suelo.

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Los perros quisieron llevarselos para chaqchar, pero luego de olerlos por largo rato los dejaron. El joven era gentil, como espíritu humano que vive en las cuevas, hogar de los antepasados.

RECOPILADOR Walter Gonzales Torres INFORMANTE Catalina Pariona

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PALCA EL BRUJO ARREPENTIDO Historia de Marino

Marino Quispe Mendoza, era un muchacho humilde y muy trabajador, que le gustaba pastear ganados y vivía en la comunidad de Sayhuaqasa al lado de su padre Ignacio Quispe Gaspar y doña Julia Mendoza Arango. Marino tenía aproximadamente veintitrés años de edad. Cuando un día se encontró con su amigo Juan, le contó sobre el trabajo que había en la Mina «Martha» y donde el dueño pagaba buen sueldo. Un día Marino y Juan se decidieron ir a trabajar a la mina. Pero Marino no sabía nada de su amigo, ni mucho menos de que era un brujo, y al poco tiempo Marino se enteró sobre la vida de su amigo y de todo lo que realizaba. Juan utilizaba para realizar su trabajo de hechizo: Naipes, coca, maíz, cintas de colores, velas de colores, vino de diferentes marcas y retazos de tela. Juan tenía un pacto con el cerro (Huamani), a él le gustaba hacer hechizos y burlarse de las mujeres que le

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gustaban, y con sólo averiguar sus nombres, las atraía con sus brujerías entonces tenían relaciones íntimas. Marino se sorprendió con el trabajo que realizaba su amigo en forma oculta. Pero un día Juan le dijo a Marino: ¿Quieres aprender mi trabajo? - Sí, wauqe, quiero aprender todas las cosas ocultas -respondió Marino. Así Marino poco a poco aprendió los maleficios, hasta superar a su amigo Juan. Los dos aprendieron más y más, a ver y adivinar suertes con sus herramientas de hechizo: en el amor, salud y dinero. Más tarde ellos recibieron en calidad de donación una Virgen de las manos de un Ingeniero de la mina, y lo bautizaron con el nombre de «Virgencita de Sapraylla» y desde aquel momento los dos amigos pedían que los protejan día a día. Marino también comprobó que el hechizo funcionaba perfectamente y mediante su brujería se burló de una joven llamada Rosa Huayra Mollehuara. Marino desde esta fecha se acostumbró a tener relaciones íntimas, con una y otra sólo por un día, de esta forma satisfacía sus necesidades biológicas. Y así pasaron los años realizando sus hechizos, pero un día en la Mina Martha se organizó una Feria Regional donde asistieron comerciantes que llevaban diferentes mercaderías, la cual duró tres días. Una comerciante de ropas llamada Hermitinia Huatarongo Méndez, natural de la localidad de Huando asistió a dicha feria, ella era muy bella y con su hermosura encantó a Marino. Marino y su amigo fueron a hacer compras a la feria y al ver a Hermitinia se fijaron en su belleza y se acercaron a preguntar el precio de las cosas que vendía. Burlándose preguntaron su nombre pero; Hermitinia enojada por las bromas no les dijo su nombre y le lanzó una piedra. Marino dijo a su amigo: - Conozcamos su nombre y ella caerá en nuestras manos a través de nuestro hechizo y luego nos burlaremos de ella. Marino y Juan al no conocer el nombre de la muchacha comenzaron a trabajar formando un muñeco con diferentes colores de retazos, forrado con lágrimas de velas de colores. Así siguieron trabajando todas las tardes al descansar de la mina, y por fin terminaron de construir el muñeco con suma delicadeza.

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Después de ello Marino fue al tercer día de la feria a molestarla otra vez preguntándole su nombre, la joven seguía enojada con él y le propinó una paliza por lo que Marino se marchó todo cabizbajo. Al llegar a su cuarto, Marino trajo el muñeco pensando: «Ahora va a ver esa muchachita quién es Marino», y así juntamente con su amigo Juan llevaron el muñeco y fueron al lugar donde que estaba Hermitinia, y disimuladamente con el muñeco se lo frotó a ella en el estómago, la chica seguía enojada y Marino pasó todo sonriente entonces se dirigieron a una tienda y brindaron unos cuantos tragos. Luego de unos cuantos minutos sonriente miró a la joven y al instante un cólico retorció el estómago a Hermitinia, y toda la gente sorprendida con lo sucedido le ayudaron realizando algunos sahumerios con ruda, excremento de chancho y con pelos de caballo, pero todo fue en vano, pues para que sucedieran toda estas cosas fue la belleza de Hermitinia y el hechizo lo que había preparado Marino. Cuando pasó unos momentos Hermitinia dio a luz en forma de feto, unos huevos de sapo, lo cual era producto del hechizo. Juan observando lo ocurrido le dijo a su amigo: -- Lo hiciste bien Marino - Él respondió: - Así se hace a las mujeres que no nos hacen caso. Se retiraron del lugar disimuladamente y jamás volvieron a ver a ella. Así realizando sus hechizos trabajaron varios años en la mina. Marino salió de la mina con licencia, por un periodo de cinco meses por una enfermedad de peste amarilla, en la comunidad de Saywaqasa cuando regresó a su casa encontró a su padre postrado en la cama sin cura por falta de dinero. Un día llegó Néstor Aroni Yauri, de la localidad de Cachicuyau quien era un evangélico que tenía fe en Dios y le habló sobre la palabra de Dios diciendo, que Él era Todopoderoso que sanaba enfermedades por más incurables que sean. Luego le llevó a la iglesia y dijo que se entregará de todo corazón en las manos de Dios y ellos haciendo caso al hermano se entregaron toda la familia de Marino y así poco a poco empezó a sanar el enfermo. Y sanó con la ayuda de Dios, entonces Marino fue fiel a Dios desde aquel instante. Marino extrañaba a su amigo Juan y de las cosas que hacían en la mina, pero él no regresó a trabajar ni a encontrarse con su amigo. Y así pasaron los años entonces Marino se compromete a casarse con Juana Chancasanampa Sulla, la muchacha venía a pastar sus animales al lugar de Qeqes desde la comunidad de Ccechccas, donde se conocieron. Juana juntamente con sus padres; don Toribio y doña Donatilda también eran creyentes en Dios y así llegaron a un acuerdo para que se casaran Marino y Juana. Así pasó medio año junto a Juana y un día en el mes de julio, don Toribio y Marino viajaron a juntar maíz con cuarenta llamas, tras ellos su perro chapo luego se dirigieron

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a la localidad de Salcabamba, que queda en la provincia de Tayacaja, donde llegaron por un tiempo de cuatro días con la ayuda de Dios. Una tarde se alojaron en una familia muy humilde de apellido Huambar; ellos no sabían que dentro de esa familia había un enfermo con cólicos, nadie le podía curar, ni los mejores curanderos de esa zona. La madre del enfermo preguntó a Marino y a Toribio:

- ¿Tal vez ustedes saben algo de hechizo, por qué a mi hijo nadie lo puede curar? Y él respondió: - Sí mainay tumpallatacca yachanicuin (Si madre sabemos un poco) podemos curar a tu hijo. Y la madre sollozando le respondió: - Si le curas a mi hijo te pagaré uno de mis mejores toros y un poco de maíz. Marino olvidándose de lo que se había comprometido con Dios, se acordó de los trabajos del hechizo que hacía antes en la mina, dio las recetas para que hiciera la compra como: Vino de toda marca, retazos de diferentes colores, velas de colores, coca, y Waylor de diferentes tamaños y colores. La madre del enfermo montado en su mula al instante se fue a compra todo el pedido hasta Pampas, luego realizando la compra con toda rapidez regresó a su casa. El suegro de Marino sorprendido le preguntó: - ¿Marino, sabes lo que haces? Él respondió: - Papá, tal vez no salga bien el trabajo que estoy realizando. Marino no le contó a su suegro que antes era un brujo, y así al día siguiente Marino le dijo al padre del enfermo, tayta tendrás que llevarme a un cerro donde hay grandes peñascos y así tendré un contacto con el cerro. Por fin atardeció y listo las compras para que realizara sus hechizos a medianoche. El brujo preparó un muñeco con las cintas de colores, forrado con las lágrimas de las velas y bañado con vinos. Luego partieron al cerro chacchando coca y tomando vino y llegaron al sitio y empezaron a animarse con el trago y la coca. Marino comenzó la trabajo haciendo un pago al cerro con mejores vinos, cocas y un atado de claveles, luego preguntó Marino al cerro sobre su enfermedad del muchacho y al instante el cerro se abrió como una boca y le respondió, es una brujería de su vecino llamado Lucio. Marino preguntó a causa de qué le había embrujado. El cerro respondió:

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- «Es por causa de la discusión que hubo en la asamblea de la comunidad». Agradeciendo al cerro regresaron inmediatamente con dirección a su casa, el suegro de Marino preocupado por la conducta de su yerno no pudo dormir, cuando por fin llegaron ellos a la casa Marino empezó a hacer brujería a su vecino Lucio. Antes de realizar el hechizo preguntó a la madre del enfermo: - ¿Cómo quieres que le haga, por un tiempo o para toda su vida? Y la madre respondió: - Por un tiempo nomás, taytay. Y así Marino mandó traer a la madre del enfermo un poco de tierra de la puerta de su vecino, entregándolo en manos de Marino quien comenzó a calentar la tierra mezclando con vela de colores, luego agarró el muñeco y lo frotó en la tierra el estómago del muñeco. A las cuatro de la mañana comenzaron a hacer ruido en la casa del vecino porque a Lucio le estaba empezando a doler el estómago parecido como un cólico hasta la madrugada. El vecino vino a pedir ayuda porque el joven se encontraba grave; el señor Huambar lo negó argumentando estar muy ocupado. Marino dijo: - Cumplí con mi trabajo taytay inamay, pues ahora tengo que regresar a mi pueblo. Entonces la madre del muchacho entregó lo prometido que consistía en un toro y ocho sacos de maíz. Marino todo alegre juntamente con su suegro tras sus llamas con carga de maíz y tras el toro se marchó con dirección a su casa. Llegaron a su casa por el transcurso de cuatro días y don Toribio todo enojado con lo ocurrido le contó a su mujer sobre lo ocurrido con su yerno, y doña Donatilda dijo: - ¡Cómo nuestra hija va a estar con un brujo! Y al instante se dirigieron al despacho de las autoridades de su comunidad. Y Marino al enterarse en Saywaqasa en su choza, recogió todas sus cosas de hechizo y botó al río de Aqchimachay. Don Toribio y su esposa juntamente con las autoridades llegaron a su casa de Marino y le preguntaron: - ¿Cierto que eres un brujo? Marino negó y el suegro todo enojado dijo:

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- Y yo te vi y por lo tanto mi hija no puede estar con un brujo, ahora mismo tengo que llevarme a mi hija. También el padre de Marino al enterarse las cosas que hacía su hijo le llamó la atención. Así pasó una semana Marino llorando y arrepentido de su vida. A Marino Dios le reveló castigarle con una enfermedad incurable igual que a su padre, por el daño que había hecho con su prójimo. Por lo que enfermó durante muchos años y diariamente clamaba a Dios y un día Dios respondió su oración y le reveló diciéndole: Hijo, te perdono todos tus pecados y quiero que testifiques por todo el mundo todo el pecado que has cometido con tus prójimos y de lo que hizo Dios contigo. Marino sanó de su enfermedad y se arrepintió de corazón, así comenzó a testificar de su vida a toda la humanidad enseñando la palabra de Dios, y formó una Iglesia Evangélica Peruana donde permaneció y se congregó con toda su familia, y luego congregó a muchas personas que estaban lejos de Dios. Y desde entonces, vivieron muy contentos hasta que Dios les llamó. RECOPILADOR Jhony de la Cruz Simón

LA SACAVUELTERA

Dicen que un día, una mujer campesina le engañaba a su esposo, mientras que él salía a trabajar para sostener el hogar la mujer fastidiaba a un joven diciéndole: - Juan, ¿vienes a mi casa?

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Ella coqueteaba y de tanto fastidio Juan entabló conversación con ella. En eso la mujer le dice: - Ven todos los días lunes, pero nunca vengas los martes. El joven pensativo dice: - ¿Por qué me dice esto? Como era curioso el joven fue un día martes en la noche con una linterna, miró detrás de la casa. No hay nada dijo, ella vive en esta choza, ¿qué habrá pasado? Y de pronto miró por la puerta pero no había nada. Juan entró y vio la cama donde estaba el cuerpo de la mujer sin su cabeza. El cuello estaba hirviendo de sangre sin derramar ninguna gota, el joven asustado pensó que se lo había imaginado, entonces agarró un poco de ceniza de la cocina y subiendo al techo de la casa derramó ceniza sobre el cuello. Asustado el joven se escondió y de un momento a otro apareció la cabeza de la mujer que entró apresuradamente a la casa y se acercó a su cuerpo. La cabeza intentó unirse a su cuerpo pero no pudo porque el cuello estaba sucio. Luego la cabeza observó alrededor de la habitación y miró al joven sentado en el techo de la casa entonces le suplicó que bajara y limpiara la ceniza. Cuando el joven no hizo caso, la cabeza empezó a llorar rogándole. De pronto el muchacho le preguntó. - ¿A dónde fuiste en altas horas de la noche? - Le dijo a la mujer, ella contestó: - Fui un rato a pasear. Ni bien habló el joven, la cabeza de la mujer se pegó a su hombro diciendo la siguiente frase: - ¡De hoy en adelante estaremos juntos tú y yo! El joven muy desesperado quiso zafarse y no pudiendo, lloró amargamente. Tenía vergüenza de estar con dos cabezas, pero como el sendero era largo, pasaban los días y como también el hambre se apoderaba de ellos, en ese instante al lado del camino observaron algunos plantones de manzano y durazno, como la cabeza estaba de hambre preguntó: - ¿Puedes traerme esas ricas frutas? - No quiero - dijo casi llorando. Entonces la cabeza le dijo:

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- Ya, no llores, estaremos juntos hasta la muerte, anda corre y tráeme esas manzanas. - ¿Cómo voy a subir si tiene muchas ramas? Si te quedas aquí yo subo. Entonces la cabeza dijo: - Está bien me quedo con tu chalina en la boca. Dicho esto, la cabeza se separó para quedarse y el joven todo liviano se fue a recoger los manzanos y cuando estaba así apareció en el monte, muy velozmente, un venado, en eso la cabeza se unió a sus astas y se perdió en el monte. El joven como loco sin la cabeza ya regresó a su casa y contó minuciosamente todo lo sucedido. De esta manera la mujer adúltera por querer saciar sus apetitos sentimentales perdió la vida.

RECOPILADOR Jhony de la Cruz Simón

LA IMAGEN DE UN CURA YUNA VIRGEN Cuento

Cierta vez en el distrito de Palca vivía un cura ambicioso y mentiroso el cual se llamaba Gregorio. El cura hacía rezar todas las tardes a los moradores y los domingos en la Iglesia de Palca. Cierta vez, al cura se le ocurrió una idea en el cual engañaría a la gente del distrito y lo hizo diciendo muy desesperado:

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- ¡Pobladores de Palca! Tal vez no me creerán pero lo que les diré es cierto, la Virgen de la iglesia me ha encomendado, que cada comunero deberá traer un kilo de papa y maíz de lo mejor que tengan. La gente confiando en el cura Gregorio llevó el pedido, poniendo sus productos en la iglesia y llevando a la vez una vela para prenderse en la iglesia. Pero el cura Gregorio comercializaba los productos que recibía de la comunidad palquina y también guardaba para su comida. El cura caminaba en los diferentes barrios, haciendo rezar frecuentemente a los moradores cristianos. Cierta vez, caminaba hacia el barrio de Badopamapa que era más lejos de Palca, en el camino se encontró con la Virgen, entonces el cura Gregorio asustado se arrodilló y llorando dijo: - ¿Qué quieres de mí? La virgen respondió: - ¿Por qué engañas a la gente pobre de este distrito? El cura Gregorio pensó, tal vez la Virgen me castigará mejor será escapar, luego salió con prisa cruzando el río Palca, llegando a chocar con una roca que parecía estar tallada como una piedra triangular bajo la vertiente, el cura nuevamente se arrodilló frente a la piedra tallada y arrepentido con los ojos mojados dijo: - ¡Perdóname, no lo haré mas! Entonces, la Virgen le respondió: - ¡Vivirás grabado junto a mí en aquella roca! En ese momento el cura Gregorio y la Virgen desaparecieron. Desde entonces se ven grabados en la roca del paraje de Achka Toqyaq Pampa.

RECOPILADOR Alex Nefataly de la Cruz Rojas INFORMANTE Paulina Rojas Escobar

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WARMI PUQUIO Cuento

Un pastor vivía en una zona alto andina, cerca de un puquial. Cierta vez al llegar a su choza encontró en la cocina la comida lista, todo muy limpio y ordenado. El pastor tenía una hermana que trabajaba en el distrito de Palca, entonces pensó: ¿Será mi hermana?, luego decidió saber quién era y se escondió; a poco, vio salir del puquial una jovencita muy encantadora, tenía el cabello húmedo y trenzado con prolijidad. No era persona conocida ni el vestido propio del lugar; la muchacha después de limpiar la choza se puso a preparar la comida del pastor. Entonces salió éste del escondite, le preguntó quién era . Warmi Puquio -dijo ella. Que quiere decir, «soy la fuente», y luego se quedó a vivir con el pastor. Desde que llegó Warmi Puquio el ganado empezó a prosperar, hasta la hembras más viejas parían. Los pastos que daba justo a la choza del pastor crecían, la misma siempre estaba limpia y nada faltaba. El pastor se hizo arriero y viajaba de pueblo en pueblo vendiendo ganado; pero cada vez se demoraba más y más en los viajes. Como consecuencia de esto el pastor y la joven se habían distanciado. Entonces Warmi Puquio se fue por el mismo camino por donde había venido, al llegar al borde del manantial dio un fuerte silbido y ante la sorpresa del hombre todos los animales la siguieron y se perdieron con ella en las aguas del puquial. Luego, el pastor quedó otra vez solo y pobre; como se sabe Warmi Puquio vive en los puquiales, pero también habita en las lagunas y ríos, de noche canta y su voz es fulgurante, son tonadas que recogen los músicos más populares de nuestro valle.

RECOPILADOR Rosalym López Arias INFORMANTE Julia López Castellanos

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DOROTEO EL ARPISTA Cuento

Éste era un hombre orgulloso, muy conocido amigo por los pobladores en donde vivió, allá en el siglo veinte del pasado milenio. Tocaba el arpa por demasía, mientras se deleitaba el mismo, con un cierre de ojos japoneses hacía disimuladamente comentarios sobre su propia aptitud que tenía hacia el arte fecundo y tradicional de su pueblo. - ¡Buenos días! Mi nombre es Doroteo taytas... para servirles. ¡Disculpen! Doroteo Casqui para que no se olviden. Yo ando de pueblo en pueblo, de fiesta en fiesta, tocando mi humilde arpa que casi destruida y tan maltratada sigue vigorosa y fuerte como su dueño. ¡Ah! De sonidos fuerte y hermosos. Así diciendo, Doroteo el arpista se encaminaba por los pueblos huancavelicanos dándose la oportunidad al menor llamado. Un día en las haciendas, otra en las diversas fiestas de su pueblo. Artista por descendencia familiar; padres, hermanos, tíos y primos, estaban tenazmente enmarcados con el arte de tocar el arpa y el violín. Dos instrumentos diferentes, dos sonidos familiarizados entre sí, que forman una sola armonía musical. Demasiadamente daban las prioridades de tocar el arpa y el violín, puestos en marcha con los pies firmes sin asistir a ningún centro de enseñanza musical. Tocaban y cantaban las mejores composiciones altoandinas, propias de un cantor de harawis inédito. A quienes los mayores como verdaderos maestros enseñaban a tocar desde muy pequeños a sus discípulos aunque el empirismo y la tosquedad reinaban en la prescripción. Un día mientras se deslizaba una ligera llovizna sobre la hacienda Cachi Baja, Doroteo se encontraba en medio de una multitud de gente encaramado en su arpa, erguido el

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cuerpo, con mirada al cielo; caminaba lentamente como quien demuestra pedantería. Sus ojos somnolientos por la mala noche miraba por momentos obstinadamente a sus «pasñas» y jovencitas, averiguando con filosofía sardónica la procedencia y el estado civil en que se hallaban las mozuelas. Tocaba y hacía bailar como nunca a los hacendados y campesinos confundidos en una fiesta de matracaladas, de trápalas acompasados según el paso más liviano y tosco. Aunque los hacendados parecían disfrutar por cumplimiento y solapadamente de la gran solemnidad civil; mientras los labriegos como olvidados de su ardua labor; bailaban y cantaban y tomaban desmesuradamente, la chicha de «qora» combinados con alcohol metílico y para más gracia, servidas por bellas muchachas de la hacienda. Diríamos que don Doroteo fue el «Dios» del arpa; sus manos maravillosas al contacto con las cuerdas mágicas, hacían emanar sonidos, que a veces era más de lo normal, melodías raras, excitantes y dolorosas según la percepción de los oídos de cada persona.

Sin exageraciones, fue famoso tocando el arpa y el violín en estas serranías, la que manejaba con facilidad y como nadie. Sus paisanos decían que tayta Doro tenía el contacto con las temibles sirenas del río. Las cuales eran consideradas malas, salían a parapetarse en cierta planta exótica llamada el «rayán». En las tardes cuando cae el crepúsculo, don Doro conversaba aturdido y a pesar de ser una persona de pocos escrúpulos, sagaz y astuto. Al decir de los taytas, a orillas del río Palca, existían sirenas de trecho en trecho y conforme a las plantas que en él se ubicaban. Esta bellísima arbórea, atraía sirenas y malos espíritus; principalmente las primorosas sirenas y encantadoras, donde tocaban todos los instrumentos musicales que uno requería en el aprendizaje. Eran compositoras y cantoras, podemos decir, mejor que: L.V. Beethoven, J. S. Bach, W. A. Mozart y otros grandes musicólogos del mundo. De ahí, por adelanto y Doroteo tocaba y cantaba nuevos temas musicales, los mejores harawís de la región; cánticos elegantes y bien estructurados que hasta a las doncellas más descorazonadas y rebeldes hacía estremecer de alegría y encanto. Después de una tarde de mucho ajetreo, cuando la noche ya estaba entrada. Doscientos metros fuera de la hacienda se dio cuenta de que los peñascos cercanos perdían su claridad y que la luna resplandecía agonizante mientras avanzaba con paso calmo y respirando un aire de cansancio. Su humilde y destartalada casa quedaba a una distancia de siete kilómetros (una distancia larga y kilométrica) como la jornada del día. De pronto y a cincuenta pasos de

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él claramente reflejados por la luz lunar apareció un hombre alto, envuelto en una capota, con pantalón de color blanco humo, de figura torva y espantosa. Era una persona conocida y tenía algunos recuerdos muy marcados de él. Apenas vio al sujeto se puso dispuesto y resuelto, nada había temido porque el hombre era su hermano y en otros tiempos había sido un excelente violinista bastante alegre. De allí que anteriormente cuando todavía eran solteros juntos pasteaban sus ovejas y cabras, hacían cosas sorprendentes con el violín y el «rondín», cantaban canciones que dejaban impresionadas a las muchachas solteras y tranquilas. En el campo, en los cerros pétreos y negruzcos de «Illapa» y «Yanaqa». El veinticinco de noviembre, día del nacimiento del niño Jesús, en la plaza principal del distrito de Palca, al costado de una iglesia descolorida y destartalada por los años. Tocaban con solemnidad las tonadas de las danzas de Tijeras, «mayorales» y «kurkus». Danzas autóctonas, adoratorios y divinas de gran significado para los dioses terrenales, santas y santos, tayta inti (señor sol), tayta wamani (señor cerro) compartían la misma tradición del pueblo. Espere al contrario ni siquiera sentía interés ni decaimiento estaba realmente ebrio lo del pasado el tiempo no había podido ocultar. Pero algo había de ocurrir aquella noche. Doroteo inocentemente hizo el encuentro con el hermano que en verdad era espantoso. - ¡Hola! ¿Cómo estás hermanito? -dijo Don Doroteo. - ¡Hola, hola! ¡Qué bien... ! ¿Cómo está la familia? -contestó el terrible hombre. Sabía del fallecimiento de aquel hombre, pero la bebida lo hacía confundir y distorsionaba sus sentidos. Después de una conversación breve el hombre que llevaba una soga que le caía de la cintura a la punta de los pies blancos, flacos y pálidos como la nieve tenía una mirada siniestra con la cabeza gacha. Exclamó estas palabras de invitación: - ¡Vamos hombre! ¡Vamos a la fiesta! Mis compadres están ansiosos de escuchar tu arpa y yo también tocaré el violín. ¡Vamos! ¡Tú sabes! - ¡Caramba! ¿Conque tus compadres tienen fiesta?, ni manco ni cojo para perderla. ¡Vamos hermano! –contestó ansioso don Doroteo. Pero don Doroteo pensó : ¡Ah! ¿Por qué habré aceptado la invitación de este espantoso hombre? El hombre había sido su hermano un año atrás antes de lo sucedido. En tanto la aceptación significaba el enredo y la opacidad errónea de la memoria a causa del licor. Por cierto, el hombre misterioso era una alma solitaria que en determinados momentos sale a deambular por los caminos y campos silenciosos, lugares oscuros donde la presencia del hombre es poco. De allí que las almas puedan aparecer como hombres

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semejantes a los de este tierra, idénticos a los que hayan sido en vida. Aunque en cierto modo terribles y espantosos; son más bien pacíficos y temerosos. Los habitantes de los pueblos andinos aconsejan a toda persona no caminar callados por lugares silenciosos y oscuros. Claro, las almas tienen miedo y los viejos poblanos comprobaron aquel hecho; para no causarles miedo debemos caminar silbando lo que a unos les place. En caso de ser asustados reaccionan como hombres de características doblemente salvajes. A pesar de su timidez comprobada, tayta Doro no sentía el aprieto en su corazón y no tuvo miedo. Al contrario, valiente y cauteloso, recorría caminos llanos rodeado de «paqpas» tentaculares, enfrascado de púas amenazadoras y espinas puntiagudas como agujas de «no me toques que te agarro». Ni bien avanzaron doscientos metros, llegaron a la capilla de muertos, panteón de la localidad de Llallas que en noche de luna se ve más terrorífico y desesperante. Quedó dormido y como en sueños sentía la sensación de estar caminando por las calles de su pueblo y llegando a la casa de su compadre Castellanos ya muerto. Su hermano difunto se veía bien vestido como si la muerte no hubiera ocurrido. Una vez encontrados en el supuesto hogar de su compadre, que en realidad era la capilla. Uno de los partícipes de aquella fiesta le pide tocar alguna pieza musical. Al cumplir el pedido todos empezaron a bailar: jóvenes, adultos y ancianos de ambos sexos. Brindaban con copas de «aguardiente» con sus compadres de la otra vida. La jarana continuó interminable, su hermano de la otra vida tocaba incesantemente el violín y los otros participantes cantaban con una voz ronca y borrascosa sin detenimiento: - «Makitataq chakikitataq ,yaq la pataq yaq la pataq...» - «Makitataq chakikitataq, yaq la pataq yaq la pataq...» Que quiere decir: Gallito a qué has venido a estas entrañas tú solo tienes la culpa para que me vaya... Maldigo a tus canciones sorprendedoras, tú solo tienes la culpa para que me vaya... Con pasos desmedidos y cánticos fúnebres de tonos, estremecedores danzaban aquellos hombres ermitaños como si se odiaran y quisieran armar trapizondas. Más tarde, ya de medianoche, iba el arpista entre la vida y la muerte en el martirio más

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horrible y arrastrando las últimas fuerzas y cuerdas, dando toques desconocidos y abstraídos en un no sé qué de insepultos pensamientos. A la mañana siguiente, la mujer de don Doroteo lo buscaba desesperadamente y al no hallarlo pensó: «Alguna cosa le habrá pasado». Buscaba metro a metro con los ojos bien abiertos y por aquellos campos y caminos enredados de «paqpas» y arbustos coposos; oteando por los contornos y alturas de la que fue hacienda de Acobambilla; escudriñando en las respuestas que daban los poblanos a su pregunta. De tanto buscar y andar por los caminos que recorren de Palca a la hacienda de Cachi Baja, lo encontró casi al mediodía ¡ahí! en uno de los ángulos de la capilla; profundamente dormido, con el arpa entre los brazos y los dedos sangrantes e hinchados. Las cuerdas estaban íntegramente arrancadas sin más señales de golpe y maltrato por los hombres de esta tierra.

RECOPILADOR Elmer Simón Vidal INFORMANTE Amador Casqui Ccente

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QAQACARA PAYA Cuento

En el año de 1962, en la comunidad de Conaicasa, Distrito de Palca, cuando asumió el cargo de Teniente Gobernador, el señor Herminio López Castellanos, la profesora Ida Falconi (Qaqacara paya) ya venía trabajando durante muchos años. La profesora era muy mala con los alumnos y para los padres de familia. Esta señora laboraba en la escuela 36030 de la misma localidad, y venía maltratando a todos física y verbalmente. La Qaqacara paya quería que sus alumnos aprendieran a golpes, - «La letra entra con sangre para estos cholos» -pensaba en silencio. Entonces, los comuneros de acercaron y le llamaron la atención. Dialogaron y le amonestaron, pero la profesora se enfureció y les puso la mano a los comuneros; en especial al tayta Mauricio, quién había reclamado más sobre el porqué de los castigos hacia sus hijos. La profesora era muy mala, no hacía caso a los padres de familia. Entonces los padres, presentes en un cabildo, manifestaron que la profesora no debía ser así y que debía cambiar su conducta. Mas la profesora no les hizo caso a nadie y aún peor, les insultó y golpeó. Después de la riña, los padres se retiraron y tomaron acuerdos para destituir a la Qaqacara paya, y de esta manera evitar que continúe castigando a los alumnos y ellos quejándose a sus padres. Entonces el señor Teniente Gobernador se acercó a la escuela a amonestarle en forma drástica, pero la profesora como era muy mala, también abuso de la autoridad,

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metiéndole la mano y tirando su hermoso sombrero de paja al suelo. Al ser agredido físicamente, el señor Teniente Gobernador se enfureció y tomó cartas en el asunto. Empezó a elaborar un memorial. Pero la elaboración del citado documento se le hizo muy difícil por no saber redactarlo. Entonces, en el distrito de Palca, en uno de sus anexos, había personas que sabían redactar unos documentos de manera empírica. Por lo que el señor Teniente Gobernador acudió a la comunidad de Putacca, donde la persona del señor Felipe Ccanto, que sí sabía redactar documentos. Entonces con él redactaron el memorial para luego enviarlo a la ciudad de Lima, pues la Zonal se encontraba allí. Dicho documento contenía la queja de las autoridades en contra de la profesora Ida Falconí, Qaqacara paya, y era bastante serio. Luego de la redacción del memorial el señor Teniente Gobernador regresó a la comunidad de Conaicasa, e hizo firmar a los comuneros para enviarlo a la ciudad de Lima. Luego en una semana el señor Teniente se fue de comisión, llevando el memorial, hacia la capital; pero éste no conocía aquella ciudad para entregarle al señor Doroteo García, quién también era uno de los comuneros más antiguos de Palca, ya en Lima, pero el señor Gobernador tenía la dirección de él. El comisionado preguntó por la dirección a un Guardia Civil y éste le indicó e inclusive le dijo que suba a un colectivo que iba al distrito de San Martín. En ese distrito, el comisionado buscó y ubicó la vivienda del señor García y tocó la puerta de su vivienda; salió el sobrino del señor Doroteo a quién le preguntó: - ¿Aquí se encuentra el señor García? ¿Regresa pronto? - Dentro de media hora. Entonces el comisionado esperó al señor Doroteo y cuando estaba esperándolo triste y pensativo apareció él. Al ver al comisionado, el señor Doroteo sonrió y le saludó y sorprendido, le dijo: - ¿Qué hace Ud., don Herminio, por aquí? Y el comisionado le contestó diciendo: - Señor Doroteo, le estoy visitando porque en la comunidad de Conaicasa sucedió un problema. La profesora de la escuela abusa de nuestros hijos y también de nosotros y es por eso que vengo donde usted para que nos ayude, pues queremos retirarla de la escuela. Inmediatamente el señor Doroteo tomó cartas en el asunto y le dijo al comisionado que espere unos días. Luego se fue al Ministerio de Educación para hacer los respectivos papeleos y cambiar de lugar a la profesora.

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El señor Doroteo regresó del Ministerio de Educación y le dijo al señor comisionado que regrese tranquilo, al pueblo, porque los documentos planteados se solucionarán dentro de tres días. El comisionado regresó alegre pues llevaba una buena noticia. Luego de llegar a su pueblo comunicó lo siguiente a todos los comuneros: «El documento que hemos elevado fue recibido y saldrá el resultado de una semana en Huancavelica». Entonces los comuneros, sin que sepa la profesora, alegres, le aplaudieron al señor Teniente Gobernador. Luego de una semana llegó un oficio a la comunidad de Conaicasa, mencionando la destitución de la profesora Qaqacara. Al ver ese oficio, la profesora empezó a llorar con mucha pena e inmediatamente agarró sus maletas y su cocina y se retiró muy resignada a su suerte.

RECOPILADOR Nilda Huarocc Yauri

EL ALMA POR LOS NIÑOS Y TRISTEZAS POR DELANTE Cuento

En el anexo de Conaicasa, distrito de Palca, los niños acostumbraban jugar por las noches en los campos. Una noche los niños llamados Rafael, Gonzalo, Rufino y Zacarías salieron a jugar. El último de éstos tenía un tío muy graciosos que quería mucho a sus sobrinos. Se llamaba Benedicto y tenía 30 años de edad. Una noche los niños salieron a jugar y su tío cansado de que ellos jugaban todas las noches decidió asustarlos disfrazándose con unas sábanas blancas simulando ser un alma. Los niños se dieron cuenta de su presencia y por la desesperación echaron a correr hacia la casa de su tía Alejandrina, muy asustados por lo que vieron. Cuando se quedaron dormidos y debido al susto se orinaron en la cama.

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Al despertar contaron todo a su tía, ella les escuchó y les convenció que no existían las almas en pena. Para comprobarlo iniciaron un plan. Los niños salieron a jugar nuevamente y salieron preparados llevando dos perros muy bravos para sorprender al alma en pena. Cuando apareció soltaron a los dos perros los cuales se lanzaron sobre el alma, éste empezó a gritar pidiendo auxilio. Así los niños descubrieron la falsedad del alma y que era su propio tío Benedicto. Él tenía muchas mordeduras por todo el cuerpo y enfermó gravemente durante meses, esto le sucedió en tiempo de cosecha y al no poder ir a la chacra ni hacer otras actividades, toda su cosecha se vio arruinada por los animales. Su esposa no podía cosechar sola y para su desgracia una de esas noches se encontró con dos malvados zorrinos, uno de ellos al orinarle en los ojos la dejó ciega para siempre y los olores nunca desaparecieron. La familia se vio desdichada y en pobreza a consecuencia de una broma que hizo Benedicto a los pobres niños ingenuos.

RECOPILADOR Yudy Cinthia Castellanos Escobar INFORMANTE Rafael

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